Mapocho Antinavegable
En las últimas semanas el tema del Mapocho Navegable ha tomado otros aires desde que Aguas Andinas confirmó los planes de tratamiento de aguas, y con esto la posibilidad de revalorizar el cauce del río que pese a la significancia histórica que tiene para los santiaguinos, representa más una espalada, que la cara visible y orgullosa de una urbe de 6 millones de habitantes.
Frente a esta nueva oportunidad de potenciar el río, el proyecto conocido como Mapocho Navegable no solo arroja nuevas luces sobre el problema, sino que también da pie a otras visiones completamente opuestas. Ser o no ser navegable,… será esa la cuestión?
Para todos aquellos que viven en Santiago, la realidad geográfica del valle debe ser parte de la cotidianeidad de la vida en la ciudad. Que para algunos bajar en bicicleta de oriente a poniente sea un agrado, y en sentido contrario un desafio, se debe a que la ciudad tiene una pendiente decreciente hacia el poniente en aproximandamente entre un 6 y 10%. Esto se hace más evidente en el Río Mapocho, el cual se caracteriza por pasar mayormente desapercibido 360 días del año, pero irrumpe en invierno activándose con fuerza y recordandonos el por qué de su ancho – el espacio que requieren los ríos es aquel que permite conducir su crecida centenaria más las piedras que ella arrastra (más de 100.000 m3 por crecida)-1
Estos dos puntos por solo citar algunos, son parte de la realidad y la naturaleza del cauce urbano, la pendiente y las crecidas que sin duda cualquier proyecto debiera considerar al momento de hacer un borde río. Dadas las condiciones naturales del éste, las críticas que se pueden hacer a un proyecto que busca navegar lo inavegable toman otro tenor. Dentro de una discusión epistolar en el Mercurio, nuestro actual premio Nacional de Arquitectura, Germán del Sol plantea todo lo contrario de un mapocho a remos. Algunos breves extractos de la carta publicada el miércoles 13 de junio dicen;
“…Quizás sea mejor idea sacarle partido a esa cualidad de unificar la ciudad que tiene el río, y llevarla a la plenitud, que tratar de hacerlo navegable con 31 esclusas que rompen con lagunas la continuidad del cauce, que cruza el valle entre las cordilleras. Así se aprovecha el río a lo ancho y a lo largo en toda su magnitud…” y luego continua “… Santiago tiene un río, que puede volver a ser un enorme espacio abierto al cielo luminoso u oscuro, al sol y a la lluvia….con unas orillas amplias con caminos de maicillo que serpenteen a la sombra de sauces llorones, y un enorme lecho de piedra, surcado por un curso de agua muy variable…”
Después de un par de autopistas y unos modernos túneles bajo el lecho, caracterizar al río mapocho bajo un mismo perfil no es tarea fácil, sobretodo cuando en ciertos tramos el río dejó de ser el cauce rural previo a la construcción de Costanera Norte. Sin embargo, la realidad es más fuerte y nos hace recordar que la ciudad cambia más rápido de lo que creemos y muchas veces más rápido de lo que queremos.
Para esto urge pensar cómo debería ser el río, y tal como hoy se debate en torno a un mapocho navegable, podríamos estar discutiendo sobre un rio recorrible, caminable, transportable, quién sabe cómo….. De hecho, esa es la pregunta. Quién sabe como debería ser la cara del Mapocho?. Entonces, no deja de ser intersante abrir el tema a las Escuelas de Arquitectura, al mismo Colegio de Arquitectos, a la Asociación de Oficinas de Arquitectos, a todos aquellos que nos interesa el tema del río y vemos en él múltiples posiblidades, como dice GDS en su carta, “ Creo que un buen proyecto para el río Mapocho debe recuperar la cualidad única e irrepetible que tiene el potente vacio de su cauce, para estructurar el paisaje desmembrado de los barrios del valle de Santiago”.
Fuente de imágenes:
Imagen 01. Flickr – anarchitect
Imagen Los Tajamares del Mapocho. Óleo de Giovatto Molinelli. Museo Histórico Nacional.
Imagen Mapocho Histórica v/s Mapocho actual – Flickr vhs80 © Todos los derechos reservados.
Imagen río costanera norte – Flickr entrelaspiedras
- ASTABURUAGA G., Ricardo. El agua en las zonas áridas de Chile. ARQ (Santiago). [online]. jul. 2004, no.57 [citado 16 Junio 2007], p.68-73. Disponible en la World Wide Web: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-69962004005700018&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0717-6996. [↩]
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