Oposición a procesos participativos en propuesta de Ley de Medio Ambiente
Imágen Vía Flickr de reflectification
Andres Concha, presidente de la Sofofa, declaraba hace unos días acerca de lo planteado en el proyecto de Ley de Medio Ambiente presentado en el senado, que pretende incorporar más participación en los procesos de Declaración de Impacto Ambiental. Lo citado en El Mercurio fue lo siguiente: Ampliar la participación ciudadana en las Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) es innecesario desde el punto de vista del medio ambiente, dijo, señalando que, por definición, los proyectos pequeños generan un impacto ambiental irrelevante (…) esto haría más engorrosa la aprobación de las declaraciones, sin reportar beneficios. Es preferible perfeccionar las definiciones contenidas en el reglamento de Ley de Medio Ambiente que determina cuáles son los proyectos que deben someterse a estudios y que generan un impacto ambiental relevante.Quienes presentaron reparos a esta propuesta, en todo caso, no se limitan al presidente de la Sofofa; representantes de Libertad y Desarrollo, el Instituto Libertad, los dirigentes Lorenzo Constans, de la Construcción, y Francisco Costabal, del Consejo Minero, se suman a las opiniones de Andrés Concha, en representación de la Confederación de la Producción y del Comercio. Otra de los reparos estuvo en relación al rol de la Superintendencia de Medio Ambiente, sosteniendo que ésta debe fiscalizar, pero las facultades jurisdiccionales, incluyendo sanciones y reclamación, deben quedar en manos de un tribunal independiente.
La lectura de estas declaraciones, con las categóricas palabras innecesario o irrelevante, no puede dejar de llamarme la atención en relación a los paradigmas de sustentabilidad y de una sociedad civil emergente que tiende a hacerse cada vez más partícipe de los procesos de desarrollo (urbanos, medio ambientales, inmobiliarios, políticos, sociales…) y a lo lejano que parece estar esto de esas ideas: lo engorroso parece algo molesto, y ciertamente incluir más agentes en un proceso de decisiones, resulta para algunos, demasiado engorroso. Parece cada vez más importante tener esto en la cabeza a la hora de dar forma a las políticas que a su vez darán forma a los proyectos del país. Al respecto, el Ingeniero de Caminos Español, José Luis Gómez Ordóñez, señala lo siguiente:
“No es que lo pequeño sea hermoso, sino que a veces es absolutamente necesario tener frente a los grandes planes, también los pequeños. Si Santiago, impulsado por las universidades, por las comunas, empezase a ponerle condiciones a las políticas sectoriales, me parece que lo interesante estaría en esa complejidad organizativa, en fomentar esa organización.
(…) Un plan que fuese capaz de dibujar la ciudad del futuro, tendría que generar procesos sociales que intercedan en la toma de decisiones y que le quiten la voz exclusiva a algunos sectores o políticas. Es verdad que esto aletarga la toma de decisiones; no es estar cuatro años zanjando discusiones, pero sí que crezca la multiparticipación, la multiescala, en que las decisiones son múltiples, económicas, estratégicas, espaciales, sectoriales. Esto sin hablar de ideología sino refiriéndome en la esfera técnica. El miedo a que aparezcan complejidades está detrás de la ideología neoliberal“*
Ana Lya Uriarte, ministra de Medio Ambiente, declaró en respuesta a las palabras de Concha(también a El Mercurio) que incorporar participación ciudadana de nuevo cuño no implica retrasar el período de evaluación de los proyectos, y que la viabilidad y oportunidad de tribunales ambientales independientes no ha sido discutida en el marco de la tramitación de la ley.
* Texto del libro “Agenda Pública: Arquitectura Ciudad y Desarrollo”. Cientodiez.cl
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