Cierre de calles y pasajes, ¿Seguridad o Segregación?
No siendo un tema nuevo dentro de las problemáticas urbanas, hace algunos días se reabrió el debate sobre el cierre de calles y pasajes con el propósito de generar una mayor seguridad ciudadana, a raíz de que un vecino de la comuna de Peñalolén denunciara a la Contraloría, la ilegalidad de la existencia de una reja que cierra su calle frente a Avenida Grecia.
Por una parte los vecinos del sector –a favor de la reja-, aseguran que se sienten más protegidos con sus calles cerradas, por otro la Ministra de vivienda, Patricia Poblete, defiende las calles y pasajes como espacios públicos, que son más seguros al ser transitados por vehículos y peatones.
Ante estas dos visiones, se vislumbran además otros problemas: ¿son las rejas condicionantes para que un barrio sea más seguro?, ¿se justifica la privatización del espacio público en pro de la seguridad de los vecinos, o es una acción en perjuicio del costo social?
Alrededor del año 2000, el desarrollo inmobiliario de la comuna de Peñalolén se centró en los antiguos terrenos de la Viña Cousiño, desatando un crecimiento acelerado de conjuntos habitacionales para clases media-altas. Si bien estos conjuntos se construyeron bajo la lógica de conjuntos habitacionales, varios de ellos, prometiendo seguridad, controlaron los accesos al punto de parecer grandes condominios que quedaban aislados del resto de la comuna, tanto en el diseño con sus intrincados pasajes, como con soluciones más drásticas como el enrejamiento de sus perímetros en los conjuntos que quedaban más expuestos a Avenida Grecia.
El cierre de los pasajes de todo el sector que da hacia Av. Grecia, no sólo salvaba de la intensidad de flujo y tránsito que hubiera perturbado la reducida intensidad de movilidad del sector, sino que además encubría –de manera bastante visible-, un sentimiento de temor hacia lo que se encontraba al frente de estos nuevos conjuntos, el sector de Peñalolén alto.
Como dos ciudades distintas funcionan estos dos mundos: el primero, el sector de Peñalolén Nuevo, del lado de los conjuntos habitacionales, enmarcado en la renovación urbana de una de las comunas que más ha experimentado un alza de crecimiento en los últimos años, tanto en ingreso socioeconómico de sus habitantes como en un aumento en los estándares de vida de la comuna. El segundo mundo, el sector de Peñalolén Alto, situado en una población con niveles socioeconómicos mucho más bajos que la anterior.
Imagen intervenida de Google Earth
Rejas v/s Accesibilidad
“Las calles y pasajes constituyen bienes nacionales de uso público que, por su propia naturaleza, se encuentran destinados al tránsito de las personas y son, por ende, de uso común, autorizándose sólo excepcionalmente su cierre por las municipalidades, en resguardo de la seguridad ciudadana, y siempre que se cumplan ciertas condiciones mínimas, como ser: que se trata de calles y pasajes de una sola entrada o salida, o pasajeros peatonales, excepto cuando estas calles o pasajes converjan en una avenida o calle principal y siempre que ello no implique un deterioro importante al uso común de dichos bienes, ni se afecte gravemente los derechos constitucionales, tanto de los residentes como de cualquier persona”
Requisitos para el cierre de calles y pasajes. Dictamen 40.874/2006. Bienes Nacionales de Uso Público. Fuente
La accesibilidad a los sectores que está cerrados, particularmente en el caso del Parque Tobalaba II, y de la Villa Violeta Cousiño (las que están expuestas a Av. Grecia en uno de sus bordes), es uno de los factores que más inciden en los “contra” que surgen con las rejas. Por ejemplo, el trabajo de Bomberos, Ambulancias y Carabineros puede resultar entorpecido debido a la difícil accesibilidad, que muchas veces puede hacer que un vehículo tenga que darse una vuelta de por lo menos 10 cuadras para llegar a otra entrada.
Debido a esto, la ley establece que las calles que pueden ser cerradas son sólo las que tienen acceso en uno de sus lados, los llamados “pasajes ciegos”, con el propósito de resguardar la seguridad del sector, y teniendo en cuenta que el pasaje es sólo ocupado por los residentes.
Rejas v/s Segregación
El tema del cierre de pasajes no es menor cuando se considera que en varias comunas de Santiago se toma esta medida como solución inmediata a la delincuencia del sector. Paradójicamente, en vez de recurrirse a sistemas que apaleen la segregación social y espacial de ciertos sectores, la división generada por el enrejamiento de calles, trae más seguridad aparente a los vecinos y sin embargo contribuye a la permanencia de ésta en un círculo vicioso, difícil de ser superado. A esto además se suma que la segregación generada por las rejas aumenta el sentimiento de inseguridad cuando se está fuera de ellas.
No es de extrañar que muchas veces se opte por este tipo de soluciones parches ante un problema del cual nadie se quiere hacer cargo, sin embargo es importante resguardar ambas caras de la moneda. Si bien la solución no pasa por cerrar las calles y los pasajes, deben existir los resguardos para el sector que se sienta vulnerado en sus derechos de seguridad ciudadana.
Por otro lado, la ciudad y la sociedad entera no pueden permitirse el lujo de encontrar soluciones que potencien el círculo de la segregación. Lo que necesita la ciudad no son más rejas, sino puentes que ayuden a superar los temas de delincuencia, seguridad que si bien debe ir de la mano del diseño de las ciudades, se debe complementar con políticas públicas que vayan aplacando el sentimiento de vulnerabilidad con respuestas concretas para los ciudadanos.
Dejamos abierta la palabra, la idea, el debate: ¿se justifica la privatización del espacio público en pro de la seguridad de los vecinos, o es una acción en perjuicio del costo social?