Cambiando las prácticas de consumo; desde la comuna a la ciudad / COP15 Copenhagen 2009

COP15

Hoy en día nuestros hábitos de consumo demandan cerca de 3 planetas Tierra para poder producir recursos y absorber la totalidad de deshechos producidos. La cantidad de hectáreas globales consumidas por la población mundial es a todas luces excesiva,  por lo que a este ritmo claramente no llegaremos muy lejos. En otras palabras estamos agotando nuestros recursos y Chile no se escapa de esta tendencia. Nuestra huella ecológica de 2,9 hgp (hectáreas globales por persona), si bien significativamente menor a la de países como Emiratos Árabes, Estados Unidos o Australia, se encuentra sobre el promedio mundial de 2,1 hgp registrado en 2005.

La agenda global de Naciones Unidas se encuentra hoy enfocada en revertir esta peligrosa tendencia. El objetivo impuesto por líderes mundiales post protocolo de Kioto es lograr bajar estos índices a 1,44 hgp. En la próxima conferencia de COP15 en Copenhagen, se reunirán líderes políticos, ONGs, académicos, practicantes y organizaciones civiles de todo el mundo  para llegar a nuevos  acuerdos en temas de desarrollo sustentable y medidas para combatir el cambio climático. Si bien existen voces suspicaces sobre la real efectividad de la asamblea, el objetivo primero de ésta es limitar los efectos negativos en el medio ambiente producidos por el hombre. Chile, uno de los países miembros del COP15, llega a la conferencia con al menos dos cartas interesantes de mostrar, pero con un gran desafió a nivel de prácticas y maneras de hacer las cosas.

Por un lado Chile cuenta con el atributo de haber institucionalizado recientemente un Ministerio del Medio Ambiente, el cual viene a enfrentar las prácticas dañinas que han acompañado a ciertos desarrollos y proyectos a nivel país – recordemos el desastre de los cisnes de cuello negro en la planta de Celco en Valdivia en 2005 o las repetidas omisiones de EIA (Estudios de Impacto Ambiental) en mega proyectos urbanos como Costanera Centre por sólo citar algunos. Esta nueva institucionalidad, si bien presente hoy, no dejará ver sus resultados sino hasta dentro un mediano o largo plazo. Por otro lado, la inminente incorporación de Chile al grupo de países OECD le entrega una posición distintiva por sus políticas progresistas en temas de regulación bancaria o sistemas de pensiones. ¿Pero es Chile un país verdaderamente alineado a las políticas de desarrollo sustentable?, ¿Cómo están respondiendo las ciudades chilenas a nivel de las prácticas cotidianas?, ¿Qué tanto puedes aportar tú como ciudadano a cambiar las maneras de hacer las cosas?

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Vamos por partes. Primero es importante destacar hacia donde se dirige el discurso de desarrollo sustentable y en qué pie se encuentra Chile al respecto. En palabras de Peter Head, director de la consultora de ingeniería inglesa Arup  – responsable de proyectos como las eco-ciudades de Dongtan y Wanzhuang en China -, el desarrollo de los países no es posible seguir midiéndolo con él sólo rendimiento de su PIB. Una piedra angular de la nueva “Era Ecológica” – como la llama Head – es la sumatoria de tres índices fundamentales; Disminución de las actuales emisiones de carbono en un 50%, huella medioambiental alineada a 1.44 hg/per capita, y un aumento importante en los IDH (Indices de Desarrollo Humano).

Chile ha logrado avances al respecto. En los últimos años nuestro país ha consolidado una nueva institucionalidad basada en una democracia representativa efectiva. Así lo confirma el último informe de Desarrollo Humano en Chile 2009 desarrollado por el PNDU (Programa de Desarrollo de Naciones Unidas), el cual posiciona a nuestro país como uno de los más altos en IDH en la región de Latinomamérica1 .  Una de las observaciones positivas de este reporte es la existencia de instituciones válidas, pero a la vez hace hincapié en la urgencia de  cambiar las prácticas, es decir, la manera de hacer las cosas. Tarea difícil pero no imposible. En ese contexto es clave re-pensar qué estamos haciendo por mejorar nuestros hábitos no sólo cívicos, sino de consumo y responsabilidad medioambiental. Si bien la manera de hacer las cosas está ligada fuertemente a los hábitos culturales y a la formación educacional, resultaría una negligencia colectiva excusarnos sobre temas tan fundamentales como reciclar la basura o intentar cambiar los hábitos de transporte.

Es esta carrera por cambiar los hábitos de consumo, los gobiernos locales y la sociedad civil juegan un rol clave. Posiblemente ahí radica uno de los mayores desafíos de Chile, ya que si bien los marcos institucionales hoy parecen existir, las facultades y atribuciones de los gobiernos locales es aún muy limitada. Basta sólo pensar en la falta de coordinación entre las municipalidades Santiaguinas en temas de transporte, ciclo vías o reciclaje, donde sólo algunos llevan adelante buenas prácticas mientras otros se quedan atrás marcando la omnipresente desigualdad de las ciudades chilenas.

Sin embargo desde hace unos años existen instituciones que han surgido bajo el alero de la Agenda 21 tales como el ICLEI (Local Governments for  Sustainability). Esta agencia en particular se esfuerza por hacer llegar las preocupaciones globales de cambio climático a gobiernos locales o municipalidades para implementar cambios efectivos y reales. De esta manera objetivos que parecen lejanos y de escala global se hacen locales a través del trabajo con comunidades. Es a nivel local donde las políticas de desarrollo sustentable tiene más posibilidades de alinearse a la realidad del barrio, y por lo tanto, a la de los ciudadanos. En Chile muy pocas municipalidades se han incorporado hasta ahora a la red ICLEI, donde sólo figuran comunas como Ñuñoa o Chillán, pero casi la totalidad de éstas parece quedarse fuera de aquellas importantes actualizaciones.

Ecological Footprint

Si te interesa tener una noción aproximada de cuál es tu huella ecológica, esto es, cuantas hectáreas globales se requieren para sustentar tu estilo de vida, sigue este link del WWF (World Wildlife Fund). Este es un interesante ejercicio para verificar, a grandes rasgos, cuántos hectáreas globales consumes como persona, qué puedes mejorar y cuáles son las piedras de tope en tu barrio para disminuir tu consumo energético. ¿Sientes que tu Gobierno Local está haciendo lo necesario para generar un cambio en temas de reciclaje? Este es un momento para informarte  y actuar. Mientras más locales y controladas sean nuestras producciones, menores serán sus impactos.  Todo pequeño esfuerzo suma, desde la generación de alimentos locales hasta la movilidad y el trabajo intra-distritos. Si hace unos  años se instaló el consumo de productos orgánicos, hoy se habla de cultivos locales. Juntando a no más de 50 vecinos es posible acercarte a la municipalidad para incentivar un mejor uso de los suelos, para auto-cultivo o granjas urbanas.  Ideas hay, pero es tiempo de ponerlas en práctica cambiando nuestra manera de hacer las cosas.  Claro que los esfuerzos tienen que venir de ambos lados, desde la comuna a la ciudad y viceversa. Es por esto que los resultados del próximo COP15 en Copenhagen deben ser bien incorporados en la flamante institucionalidad chilena, sino lamentaremos tener otro elefante blanco esta vez en temas Medioambientales.

Borough Market, Londres  - producción de alimentos locales. Foto: Javier Vergara Petrescu

Borough Market, Londres - producción de alimentos locales. Foto: Javier Vergara Petrescu

  1. Sin embargo estos índices contrastan con el omnipresente exceso de desigualdad en nuestro país []