Mapocho Navegable ¿Integración o Privatización de sus bordes?
Durante el mes de febrero de este año, antes de que el terremoto llegara a sacudir agendas personales y públicas, había escrito esta reflexión, para publicarla los primeros días de marzo a la espera de que el nuevo gobierno asumiera, como un tema de posible interés. Está de más decir que luego del 27 de febrero, esta discusión resulta absolutamente fuera de lugar, ya que los posibles recursos para proyectos como Mapocho Navegable, quedarán evidentemente postergados en pos de la reconstrucción del país. A pesar de esto, creo que la discusión sobre el espacio público que aquí se planteaba sigue siendo apropiada en el actual contexto; sin ánimo de pasar gato por liebre, ni de maquillar y pegotear lo escrito para que quede ad hoc al contexto actual, comparto esta reflexión, tal cual pre-terremoto, sobre una discusión que si bien se posterga, puede ser retomada en algún tiempo más.
(10 de febrero de 2010)
Incluso desde antes que existiera la opción real de que Sebastián Piñera fuese presidente, el proyecto de Mapocho Navegable de Fundación Futuro ha sido una de sus cartas importantes. Hoy, a pocos días de que la por años oposición asuma el mando del país, revisamos un proyecto que ya aprece como un punto en la web del presidente lanuevaformadegobernar.cl, sin olvidar que este ambisioso proyecto ha sido sujeto tanto de alabos como de cuestionamientos de distintos sectores, y que por lo mismo, y por el alto impacto que podría tener, estará seguramente muy presente en la agenda y el debate sobre proyectos urbanos en Santiago.
En la página de la Fundación Futuro se le presenta de la siguiente manera:
“La propuesta consiste en colocar esclusas o compuertas regulables en forma automática de manera de regular el cauce del río durante los períodos en que su caudal lo permita, en áreas estratégicas del cauce. De este modo, en las épocas en que esto sea factible, se generarán lagunas o espejos de agua que permitirán, por una parte, recuperar el río para la gente mediante la implementación de diversas actividades recreacionales tales como botes a remo, bicicletas de agua, etc. y, por otra, recuperar las riberas utilizables para la realización de proyectos de desarrollo urbano (parques, restaurantes, campos de deportes) que, parcialmente podrán ser explotadas comercialmente de modo de recuperar las inversiones realizadas”.
El tema técnico está relativamente explicado en el pdf de presentación del proyecto, que se puede ver en este link. En síntesis, lo que se plantea es que de los 35 kilómetros de Mapocho urbano, 15 están sin canalizar; canalizando éste tramo y reduciendo así el ancho del caudal, se instalarían diques o esclusas que retendrían parte del agua en ciertos puntos, como se muestra en las imágenes objetivo de Vitacura, Parque Forestal, Parque de los Reyes y Cerro Navia. Estos diques podrían ser de dos tipos: hidráulicos metálicos, o hidráulicos de agua, teniendo estos últimos una altura de entre 1 y 3.5 metros, por lo que estamos hablando de lagunas de baja profundidad.
Junto con Piñera, el arquitecto que se ha abanderado con el proyecto es Cristián Boza, el mismo que estuvo hace pocos meses en el centro del debate urbano sobre la mega escultura del papa y el edificio de la Universidad San Sebastián en Bellavista; como mencionabamos al principio, existen sin embargo ciertas dudas acerca del desarrollo de este proyecto. Habría que comenzar por distinguir que se trata en realidad de dos proyectos complementarios, pero independientes.
Un primer proyecto y por el que existe absoluto concenso, es el de recuperación de los bordes del río; con respecto a esto, posiblemente una de las obras más significativas será la que se encuentra en ejecución por Aguas Andinas y que se traducirá en el Mapocho Urbano Limpio; con los desechos entubados y el agua del río limpia y sin malos olores, la posibilidad de recuperar sus bordes se hace muchísimo más promisoria.
En relación a esta misma línea, la construcción del Parque Bicentenario en Vitacura, la ya consolidada zona de parques en la comuna de Providencia, la preservación del Parque Forestal, la consolidación del Parque de los Reyes en su sector poniente, y la eventual construcción del parque Costanera Sur en Quinta Normal y Cerro Navia, son el avance con que contamos en la consolidación del borde, a lo que indudablemente habrá que agegar más inversión y proyectos específicos.
En relación a la consolidación del borde, la gran diferencia con la propuesta de Piñera es que estos pasarían a ser concesionados. En la presentación de Fundación Futuro, no sólo se dice que los bordes parcialmente podrán ser explotados comercialmente de modo de recuperar las inversiones realizadas (por las concesionarias), sino que también se asumen como costos indirectos absorvidos por los privados los items de “paisajismo y embellecimiento” del entorno del río.
Los costos directos del segundo aspecto en torno a la recuperación del río, es decir, de su intervención para hacerlo navegable, son de alrededor de US$25 a 30 millones. Las opciones propuestas para que las concesionarias puedan recuperar la inversión son 3:
– Uso y goce de las riberas del río, con fines deportivos, culturales y recreaciones.
– Extracción de áridos del cauce del río.
– Extracción de residuos sólidos del cauce del río a través de decantadores primarios.
Los cuestionamientos están finalmente sobre desarrollo en particular de las esclusas y lagunas, que son justamente lo que le da el nombre y la vistosidad al proyecto, y provienen de diversos sectores; por una parte está evidentemente el enorme costo financiero y las dudas acerca del real beneficio de éste, en el entendido que concentrar las inversiones en la recuperación y equipamiento de los bordes podría ser más rentable socialmente. En segundo lugar, las dudas acerca de que el sistema de concesiones, termine por privatizar la ribera, segregando finalmente su uso y convirtiéndola en un negocio por sobre un proyecto integrador; además existen cuestionamientos técnicos por parte de ingenieros hidráulicos, en particular debido a la pendiente natural del Mapocho y su alto arrastre de piedras que limitaría su viabilidad a puntos muy específicos, y al riesgo y dudosa sustentabildad ambiental que puede significar una intervención hidráulica de esta dimension.
Por otro lado, el propio Boza ha emitido declaraciones en que asegura que “el Mapocho Navegable va”, por lo que es probable que éste sea un proyecto al que el gobierno entrante le dará cierta prioridad. Un debate de alto impacto urbano al que estaremos atentos, intentando no dejar de lado que además de una postal bonita, esta intervención conlleva una gestión cuyas consecuencias pueden terminar siendo más turbias que las aguas actuales del Mapocho.
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