Cerro Santa Lucía lidera concurso “Los 15 clásicos de Chile” en la Región Metropolitana
El ranking -una iniciativa Bicentenario- permite elegir vía online los monumentos más importantes del país.
(La Tercera – 16/09/2010)
Tome el mouse y haga clik. En la página www.15clasicosdechile.cl el abanico despliega grandes hitos de todas las regiones del país. En la Metropolitana, el cerro Santa Lucía (33%) saca ventaja sobre La Moneda (20%), la Iglesia San Francisco y el Metro (13%), Parque Forestal y Tajamares del Mapocho (11%), Plaza de Armas (6%) y Torre Entel (4%).
El objetivo del concurso, que comenzó el 9 de agosto y que busca reconocer el valor y el legado de las construcciones que han permitido resguardar el patrimonio e historia de nuestro país, es otra de las iniciativas Bicentenario y concluirá el 30 de noviembre.
Hasta el momento, han votado 85.827 personas en todo Chile.
En el resto del país lideran hitos como la Basílica Menor y Templo Chico de Andacollo, en Coquimbo; el campamento de Potrerillos, en Atacama; la Oficina Salitrera María Elena y Chacabuco, en Antofagasta; Humberstone y Santa Laura, en Tarapacá, y las momias de Chinchorro en Arica y Parinacota. Los ascensores en Valparaíso; las salinas de Cáhuil, Pichilemu, en la Región de O’Higgins; la parroquia San Alfonso de Cauquenes, en el Maule; la Catedral de Chillán, en el Biobío; el Mirador y Viaducto Ferroviario del Malleco, en La Araucanía; el Muelle Schuster, en Los Ríos; el altar Roca Huenteao, en Los Lagos; el puente Presidente Ibáñez, en Aysén, y el Cementerio Municipal en Punta Arenas.
Pero en Santiago, ¿por qué el cerro Santa Lucía?
El historiador de la Universidad Central, Antonio Márquez, cree que el cerro es simplemente una “obra de arte”.
La historia es más o menos conocida. Originalmente, los picunches lo bautizaron como Cerro Huelén (“dolor” en mapudungún), y en torno a él Pedro de Valdivia fundó la ciudad de Santiago el 12 de febrero de 1541. Lo que vino después tuvo la mano y el espíritu visionario del entonces intendente de la ciudad de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna.
“El había traído ideas desde Europa y durante su período (1972-1975) crea poblaciones, el camino de cintura, urbaniza la ciudad de Santiago y convierte el cerro en un paseo público”, cuenta Márquez.
Las intervenciones urbanísticas del cerro no son los únicos regalos del cerro a la ciudad de Santiago.
Al pie del cañón
El 31 de diciembre de 2007, al mediodía, don Fermín Muñoz (73) lanzó un estruendo sobre la capital. Ese día fue el último en que el artillero con 20 años sobre la cumbre anunciaba a los capitalinos que el día empezaba a ser P.M.
Nunca se pasó de la hora. Jamás. Aunque su día comenzaba a las siete de la mañana en la oficina de Dirección de Jardines de la Municipalidad de Santiago, llegó siempre a las once, al pie del cañón, para coordinar que no se escapara ningún detalle que impidiera el tradicional rito. Tenía dos relojes: un Tissot en la muñeca derecha, regalo de perfección suiza que le llegó cuando se convirtió en el mejor funcionario municipal en 1986; y un Casio F5, regalo de algún visitante distraído que lo extravió en el cerro. Esas eran dos de sus armas; la tercera, el cañón alemán de más de 300 kilos de peso, 75 milímetros y cargador de una salva de 35 gramos que alguna vez tuvo un contundente explosivo de bronce. Todo eso está suspendido.
Jubilado desde aquel fin de año de 2007, no le extraña para nada que sea el cerro Santa Lucía el que lidere el ranking: “Esta tradición existía desde los albores de la Independiencia, ¡cómo no va a ganar!, dice, y lanza una idea: ¿Quiere que le diga algo? Me extraña que no se les haya ocurrido meter una salva del cañón a la Cápsula Bicentenario”.