El estratega detrás del plan más ambicioso de transformación del Parque Metropolitano
Exigente y trabajador, quiere que el Parque Metropolitano duplique las visitas en dos años.
por Consuelo Terra
(La Tercera – 08/10/2010)
Desde que Bernardo Küpfer Matte (49 años, casado, ingeniero civil industrial de la U. de Chile, ex gerente general de desarrollo inmobiliario en Enea) asumió en mayo como director interino del Parque Metropolitano, ha afirmado a los cuatro vientos que su meta es duplicar de cinco a 10 millones las personas que van anualmente a este pulmón santiaguino de 722 hectáreas. Su estrategia para lograrlo: trabajar con rigor, imponer reuniones de directorio mensuales, hacer seguimiento de resultados e instaurar un ritmo de trabajo 24/7, incluidos los sábados.
El ex presidente de la Cámara Chilena de la Construcción y director de Enea, Víctor Manuel Jarpa, trabajó 12 años con Küpfer. “Es un estratega, tiene una visión global de las cosas y es muy trabajador y exigente. La frase que usa normalmente es ‘hay que tomarse la colina'”, dice Jarpa. Y se lo tomó como si fuera literal.
“Nosotros tenemos una hipótesis: el parque está subvaluado en su potencial. Aquí la problemática sigue siendo la misma: sólo los actores y la topografía ha cambiado”, agrega.
¿Cómo piensa atraer a las personas que hoy no van al Parque Metropolitano?
Hay una gran cantidad de personas a las que el parque no les llega, porque no hay un lugar donde tengas cafés, restaurantes, y las condiciones de comodidad para reunirse. Nosotros planteamos que el Parque Metropolitano sea un lugar elegible, ojalá dentro de los tres primeros lugares de Santiago para ir a almorzar, a reunirse con los amigos o estudiar en un café con wi-fi. El primero de ellos estará en el Torreón Victoria, donde además planea crear nuevos jardines.
Una de las primeras cosas que hizo al llegar a su puesto fue formar comités asesores de arquitectos, ingenieros y empresarios para definir los nuevos proyectos de infraestructura para el parque en los próximos dos años. Pero muchas ideas, afirma él, salen de conversaciones informales. Por ejemplo, Ricardo Ariztía, director de Indap, le propuso cubrir con enredaderas las áridas canteras del cerro San Cristobal. Con su amigo Enrique Briceño -el relacionador público de Falabella- también tuvo conversaciones. “Briceño me sugería, por ejemplo, que las empresas privadas podrían participar en el proyecto de forestación nacional ‘Un chileno, un árbol’ al inscribir a los trabajadores que quisieran adoptar un árbol”, dice.
A Küpfer, Santiago le parece una ciudad bastante fome, porque según dice, no tiene mucha vida en la noche. Y para él, el Parque Metropolitano puede tener un tremendo rol para suplir esta carencia. Sus fichas están puestas actualmente en el nuevo anfiteatro Pablo Neruda, que servirá para albergar recitales y artes escénicas de la ciudad. Para el invierno, tiene en mente levantar una nueva sala de eventos con capacidad para 1.000 personas. “¿Para qué celebrar un matrimonio a 20 kilómetros de Santiago si se podría hacer en el San Cristóbal, con la mejor vista de la ciudad?”, dice.
No está dispuesto a parar. Alemán de parte de padre, tiene tenacidad. “Y por el lado de los Matte, heredó lo talentoso y perseverante”, agrega Briceño. Junto a otros profesionales, está postulando por concurso público para quedarse con el cargo, pues aún está en calidad de interino.
Una de las estrategias que no ha perdido de vista es potenciar los deportes en el cerro San Cristóbal. Por eso quiere crear espacios para practicar equitación, parapente, hidroterapia y tenis, entre otros. Otro de sus objetivos es devolverle lo antes posible los teleféricos al cerro y, además, mejorar el funicular ya existente, potenciar el paisajismo de los jardines (ordenando cromáticamente las flores) y hacer de todo el parque una zona más verde. Para esto, construirá un nuevo ducto matriz de riego que llegue a las áreas erosionadas.
La cuarta prioridad es modernizar el zoológico. Y en esto, está claro que debe apostar por ampliar y mejorar la infraestructura.