China se convierte en el mayor consumidor de energía del mundo
“Nadie puede prever cuándo empezará a bajar la demanda china”, sostiene la Agencia Internacional de Energía.
(El Mercurio – 13/10/2010)
China sigue marcando récords. El gigante asiático desbancó a Estados Unidos como el mayor consumidor de energía del mundo, según anunció el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), Nobuo Tanaka.
“Probablemente la mitad del crecimiento de la demanda de energía en la actualidad procede de China”, dijo ayer Tanaka en una conferencia.
Y añadió: “Nadie puede prever cuándo empezará a bajar la demanda china”.
Aunque China no figura entre los 28 países a los que la AIE aconseja ante posibles problemas de suministro, la agencia sí monitorea el creciente consumo del gigante asiático por el posible impacto que éste pueda tener sobre los precios de la energía.
Segunda potencia
China superó a Japón, y se situó como la segunda economía del mundo, cuando su PIB, correspondiente al segundo trimestre del año, sumó US$ 1,337 billones (millones de millones) frente a los US$ 1,288 billones del país nipón. La economía japonesa aumentó 0,4% interanual en el segundo trimestre de 2010, frente al alza china, de 10,3%.
En tanto, el director ejecutivo de la AIE señaló a Irak como una posible “pieza clave”, que podría desempeñar una influencia creciente en el mercado energético. “Irak puede cambiar las reglas del juego”, sostuvo. Así, la AIE considera que la revisión al alza de las reservas de crudo de este país, en un 25%, podría tener un impacto positivo en la oferta global. Tanaka reconoce que “necesitamos el petróleo iraquí”.
Otra fuente con la que cuenta la AIE para el suministro de crudo es el fondo del mar. Tanaka insistió en que la mitad del abastecimiento de este combustible se podrá extraer de las profundidades marinas a partir de 2015. Pese a estas afirmaciones, el líder de la AIE es consciente de que el reciente desastre en el Golfo de México por el derrame en una plataforma de BP podría provocar cambios regulatorios que retrasen proyectos.