El valor de la basura
Existen 20 empresas en Santiago que se dedican al reciclaje. Contribuyen con el cuidado del medioambiente, ganan dinero y ayudan a que otras firmas ahorren al comprarle sus desechos.
por Carla Celis
(La Tercera – 13/10/2010)
Al año se generan en Santiago tres millones de toneladas de basura, de ellas, se recicla actualmente apenas el 10%. Aunque este porcentaje aún es poco, una veintena de empresas decidieron optar por la reutilizac ión de residuos en diferentes comunas de Santiago: San Bernardo, Huechuraba, Independencia, Renca, Colina, Maipú, Pudahuel y Quilicura, todas ubicadas en la periferia, pues una planta de reciclaje es leída como “basurero” por la comunidad todavía.
Estas empresas no sólo ayudan al medioambiente, también generan utilidades. Bien lo sabe Horst Paulmann -dueño de Cencosud-, quien en el primer semestre del año logró cerca de US$ 2 millones por la venta de cartones y envoltorios a este tipo de empresas.
Otro ejemplo de rentabilidad quedó en evidencia después del terremoto: en Cristalerías Chile cuentan que su procesamiento de envases aumentó en un 50% después del sismo, mientras que en Recupac -empresa experta en reciclaje de cartón y papel- en un 20%.
Con el negocio del reciclaje todos ganan: hay menos contaminación, las empresas no tienen que pagar porque les retiren sus desechos, ahorran los municipios por el menor peso que deben trasladar los camiones de basura que contratan (cobran por kilo) y , además, se extiende la vida útil de los rellenos sanitarios. Así lo entiende Isidro Pereda, gerente general de Recupac, ubicada en la comuna de Huechuraba, que tiene entre sus clientes a empresas como Lider, Falabella, Ripley y Unimarc: “Una empresa que produzca una tonelada de residuos al mes, por ejemplo, nos vende eso a nosotros y no tiene que preocuparse por pagarle a alguien para que se haga cargo de su basura”.
El reciclaje significa un importante ahorro en muchos aspectos. Por ejemplo, reusar una botella de vidrio puede economizar suficiente electricidad para mantener encendida una ampolleta por cuatro horas. También se prescinde de la energía que se usa para fabricar una botella con arena: fundirla usa menos energía.
Reciclar papel también suma. Evita la tala de 19 árboles y ahorra 25.500 litros de agua, dos barriles de petróleo y 4.000 kw, suficiente para darle energía a una casa por seis meses. Por otro lado, una tonelada de vidrio ahorra 20 litros de petróleo, 42 kw de energía y 2,5 m3 de espacio en el vertedero.
En Gerdau Aza, empresa recicladora de acero, calculan que con el sistema de reciclaje la empresa se evita el gasto equivalente al consumo eléctrico de toda la I Región. Esto, porque es menor el consumo de fabricar barras de acero a partir de la fundición de chatarra, que producirlas a partir de hierro extraído directamente de las minas.
En Recipet, empresa recicladora de botellas plásticas, estiman que con una tonelada de plástico que ellos reciclan -y procesan sobre mil toneladas cada mes- se ahorran 5.774 kw de energía y 2.300 litros de petróleo. “A nivel mundial hay muchas empresas que reciclan y que logran ser rentables con subsidios; Recipet ha logrado serlo con mano de obra bien entrenada y un proceso bien pensado. Y podría ser mucho mejor si la gente reciclara más sus envases. Pero existe falta de hábito de la ciudadanía de reciclar, a pesar de que hay campañas de recolección en los estacionamientos de los principales supermercados. Además, la recolección depende de la época del año. La que viene ahora es buena, porque en verano se consumen más bebidas”, dice Paul McRostie, responsable de logísticas y adquisiciones de Recipet.
Cristalerías Chile partió en 1994 con la primera campaña de marketing de reciclaje asociada a una institución de beneficencia (Coaniquem). “Hace 15 años, la compañía proyectó instalar el tema del reciclaje en la comunidad. La estrategia que se pensó fue asociar el reciclaje a la beneficencia. “Ahora nos sentimos orgullosos, porque muchas empresas más hacen este tipo de campañas”, explica Mónica Marín, supervisora del área de reciclaje de Cristalerías Chile.
Esta empresa produce al año unos 800 millones de envases de vidrio y de ellos se podría reciclar el 100%, porque el vidrio es reutilizable. Sin embargo, sólo se hace con 35 millones, porque hay varios factores que impiden que ello sea así. El primero es que la gente no toma la iniciativa de llevar sus envases a los contenedores. El segundo, se asocia a los altos volúmenes de exportación de vino embotellado que sale de Chile, en envases que pasan a ser irrecuperables. “La educación es parte fundamental. De un envase, nosotros podemos hacer otro, pero estamos muy lejos de reciclarlo todo. La gente no tiene mucha cultura del reciclaje, entonces muchas botellas van a parar al vertedero. De las toneladas que nosotros fundimos al año, el 35% corresponde a vidrio reciclado”, dice Mónica Marín.
Para todas las empresas de reciclaje, el sistema de recolección de material es similar, lo que varía es el precio con que se compran los desechos. El kilo de cartón está a $ 50 y el papel blanco a $ 100; el kilo de plástico se compra a $ 200 y el de vidrio, a $ 30.
Isidro Pereda, de Recupac, explica: “El negocio del reciclaje es logístico, esa es la gran clave, porque el sistema de recolección que tú tengas es lo que te hace tu negocio sostenible en el tiempo. Primero, lo que tienes que tener es una solución de acopio, que puede ser desde un cajita, hasta un contenedor más grande (30 metros cúbicos), que uno deja en una empresa o supermercado. Luego de eso viene el retiro, que puede ser un camión grande, uno 3/4 o bien una camioneta más pequeña. Depende de la cantidad a retirar”.
Según un estudio realizado en el 2005 por la Universidad de Chile, encargado por Gerdau Aza, con el negocio del reciclaje, además se aumenta el número de trabajos que se generan sólo en torno a la recolección de chatarra, el que alcanza los 178 mil puestos, aunque en su mayoría sean trabajos informales.
Según las proyecciones de la Conama la basura aumentará a un volumen tres veces mayor en 10 años más. Así, con el reciclaje serían millones de toneladas de desechos que se convertirían en ganancias para las empresas, y que se evitaría mandar a los vertederos. Todo, con un mínimo de esfuerzo de parte de los ciudadanos.