Cuando el City Marketing lo hacen los ciudadanos
Hace algún tiempo visité Maceió, una ciudad de cerca de 1 millón de habitantes que se encuentra al norte de Brasil entre Salvador de Bahía y Fortaleza.
Antes de partir había escuchado cosas buenas y cosas malas sobre la ciudad. Le di más importancia a las malas: “Parece que es una de las ciudades más peligrosas de Brasil”, me dijo una persona a la que le conté mi viaje antes de partir, frase que me dejó un poco preocupada. Sin embargo estando allá fueron cada uno de los habitantes de la ciudad a los que conocí, los encargados de que pensara justamente lo contrario y también los que resaltaron cada uno de los buenos atributos que podía tener la ciudad, haciendo que las cosas malas que ésta tenía pasaran desapercibidas.
Todos los habitantes de Maceió están más que concientes de que el turismo es una de sus principales fuentes de ingreso, y que lograr una buena impresión sólo les puede traer beneficios.
Me subo al transfer que me llevará al hotel. El chofer me dice que no me preocupe por absolutamente nada que Maceió es una ciudad muy bonita y que lo único que tengo que hacer es disfrutar.
A la mañana siguiente me siento a tomar desayuno, se me acerca un garzón y además de ofrecerme café me pregunta qué tengo pensado hacer ese día. Antes de que alcance a contestar, me empieza a enumerar todas las cualidades de la ciudad y lo feliz que está de vivir ahí. ¿Es peligroso que mujeres caminen solas?, le pregunto. “No hay problema, no es más peligroso que otras ciudades”, me responde
Me voy a la playa, a la vuelta me pierdo entre las calles y me topo con un mini strip center, lleno de tiendas. Quiero entrar a una. Está cerrada con llave. Una vendedora se acerca a abrir. Le pregunto que porqué está cerrado con llave y me responde que es una norma para que no les entren a robar. Obviamente me sorprendí y le pregunté si era muy peligroso, me responde que a veces entran a robar a las tiendas, pero que como en todos lados los turistas deben estar atentos, pero que no me preocupe, porque no estoy en una ciudad más peligrosa que otras. “Esto no es Río”, me dice.
Al día siguiente me subo a un taxi, el primero de muchos. Si hay alguien en esta ciudad a los que les interese el City Marketing es a ellos y hacen bien la pega de promocionar la ciudad. Fueron estos taxistas los que me contaron que Maceió es la segunda capital del estado de Alagoas y que se “ganó” este puesto, porque la primera capital se encuentra junto a un lago lo que no le permite expandirse y crecer comercialmente, mientras que Maceió, es capaz de de recibir la gran migración de personas que ha decidido dejar el campo por la ciudad, lo que se ve reflejado en las decenas de edificios en construcción que hay por toda la ciudad.
Además me contaron que sólo a 30 minutos se encuentra la décima playa más linda de Brasil, un poco más cerca el segundo arrecife de coral más grande del mundo, sólo superado por el que se encuentra en Australia. Todo esto entremedio de un gran taco de autos que parece no preocupar al taxista y al parecer al resto tampoco, aunque hay un auto que quiere darse una vuelta en U, nadie toca la bocina y él taxista sigue contando las bondades de la ciudad.
Camino a una de las playas recomendadas en las afueras de la ciudad, otro taxita nos comenta que son el mayor productor de azúcar del país y que de ahí que gran parte del paisaje esté lleno de plantaciones de caña de azúcar y que es un privilegiado al vivir en una ciudad como esa.
Cuando estoy por volver a Chile, me encuentro con una turista uruguaya, de alrededor de 70 años, que me dice que ella ha visitado Maceió cinco veces, y que lo que más le gusta es la bondad de la gente y que puede salir con su marido de noche y caminar por la costanera horas enteras sin tener miedo a que le pase algo, “no es como Chile donde la gente no alcanza a sacar la billetera cuando ya se la robaron, aunque a mí no me pasó nada allá”. Claramente el City Marketing de los habitantes de Maceió funcionó con ella.
¿Qué les decimos a los turistas sobre nuestras ciudades cuando vienen a Chile?
Cuando hablamos de nuestras ciudades, de sus cualidades y defectos también estamos construyendo ciudad, o por lo menos una percepción de ellas. Maceió no es una ciudad más segura que Santiago, por ejemplo, sin embargo con lo que escuchó de los mismos ciudadanos, una turista uruguaya se hizo esta idea, que la llevó a no visitar más Chile (aunque quedó encantada con el paisaje) y sí a volver en reiteradas ocasiones a Maceió en los últimos años.