Minvu revela mapas de 25 localidades donde no se podrá construir por riesgo de tsunami
Además de las zonas rojas en que no se podrá construir, se crean áreas intermedias, que se exigen viviendas tsunamirresistentes.
por Angela Neira
(La Tercera – 29/11/2010)
Hace dos semanas, la ministra de Vivienda, Magdalena Matte, junto al coordinador nacional para la reconstrucción, Pablo Allard, llegaron hasta la pequeña localidad de Chanco, VI Región. El objetivo: reunirse con los alcaldes de las 25 zonas costeras afectadas por el tsunami, e instruirlos sobre cuáles serán las áreas de riesgo ante catástrofes, donde no podrán construirse viviendas.
El tema preocupa a las autoridades comunales, debido a que en el último tiempo los vecinos de esos sectores han realizado diversas protestas para no abandonar las zonas donde han vivido por décadas. Los ediles han enfrentado movilizaciones que apuntan al arraigo que las personas tienen con la vida junto al mar.
Sin embargo, las autoridades les señalaron que gracias a los estudios hechos por las universidades y los planes maestros -que permitirán realizar obras de mitigación en esas áreas de exclusión- se pudo establecer una nueva zona, denominada intermedia, donde se construirán viviendas que tengan ciertos requisitos técnicos para que sean tsunamirresistentes.
“Las obras que se van a construir en Constitución, Dichato y otras localidades, lo que hacen es reducir la altura y velocidad de las olas. Esto significa que las familias, a partir de los protocolos, podrán evacuar y luego regresar a sus casas”, explica Allard (ver infografía).
Y agrega que con este “hito” se resuelve uno de los problemas más grandes que dejó el terremoto: la incertidumbre de las familias por su asentamiento final.
De esa forma, se estableció que las personas que estaban ubicadas en la “zona roja”, y que tenían usos productivos y comerciales, como caletas y restaurantes, podrán volver a instalarlos. Sin embargo, las escuelas, retenes o viviendas no podrán continuar en esos espacios. Para ello, el ministerio ofrece la permuta de las propiedades por otras nuevas, que tendrán un subsidio adicional de 150 UF y que serán “lo más cercano posible a su vivienda original”.
Pero también existen algunos casos donde se expropiarán terrenos que se requieran para construir la infraestructura de mitigación. Dichas propiedades pasarán a ser bien nacional de uso público y no podrán ser vendidas. En Dichato, para hacer que 800 familias vuelvan donde residían, se construirá un parque, y de los cerca de 40 sitios que hay que expropiar, 10 serían residenciales.
“Hay lugares donde, si no hubiéramos hecho plan maestro, no se podría construir. Es el caso de Dichato, Llico, Tubul y el borde costero de Licantén, porque la vulnerabilidad y riesgo de tsunami sin una obra habría hecho que estuvieran demasiado expuestas”, dice Allard. Añade que “las zonas que van a tener restricción de habitación serán, principalmente, las húmedas de la primera línea de la costa”.
Se estima que en Constitución, sin obras de mitigación, más de 5.000 familias quedarían sujetas a riesgo. “Pero, con el plan maestro, el riesgo se reduce a 100 predios y se viabiliza que 800 familias del sector La Poza puedan regresar con subsidios para viviendas tsunamirresistentes”, afirma.
Según proyecciones preliminares, en Talcahuano una parte de la población Santa Clara será objeto del subsidio tsunamirresistente, y la zona de restricción será para los humedales, donde no se podrá urbanizar. En Caleta Lo Rojas, en Coronel, parte de las familias -que vivían en una toma irregular- serán relocalizadas en proyectos cercanos.