¿Tu barrio te hace engordar?
No es una novedad que las claves para una buena salud consisten en una combinación de factores: actividad física regular, alimentación equilibrada, buen manejo del stress y un poco de genética.
Pero, ¿puede influir la planificación del lugar donde vivimos en nuestra salud? La verdad es que más de lo que pensamos.
No tener cerca de nuestras casas un lugar donde abastecerse de comida saludable y barrios poco caminables serían los principales factores de que nuestro barrio atente, de alguna forma, contra nuestra salud.
¿Vive usted en un desierto alimentario?
Un estudio del Journal of Planning Education and Research tuvo como resultado que las personas que vivían más cerca de un servicentro, minimarket o sala de cine, tenían un Índice de Masa Corporal (IMC) más alto que aquellas que lo hacían cerca de un supermercado o de un lugar donde pudieran conseguir comida más saludable.
Un cine o un servicentro tienen como finalidad el entregar otros servicios y no abastecer de comida saludable, por lo que la calidad de la comida de estos lugares responde más a un servicio extra y rápido, para resolver necesidades en las que no se quiere invertir mucho tiempo, como la compra de una botella de bebida o un chocolate.
Pero, para algunos, la cercanía de sus casas a estos lugares hacen que el abastecerse de alimentos en ellos se haga más cómodo y, por lo tanto, recurren a estos lugares en busca de su alimentación más seguido de lo conveniente. Es decir, tener un supermercado lejos de nuestras casas puede influir directamente en nuestra salud. Por lo tanto se considera un “desierto alimentario” cuando no se tiene a poca distancia un supermercado, verdulería u otro lugar donde se pueda conseguir comida saludable.
En Estados Unidos ya hay organizaciones trabajando por arreglar esta situación, las cuales llaman a los ciudadanos a organizarse y contactar a las autoridades para mejorar las opciones de servicios en sus barrios. También promueven la creación de huertos urbanos, comunitarios e individuales.
Pero el acceso a la alimentación es solo una parte del problema. Muchos barrios son poco caminables y no tienen espacios públicos en donde poder ejercitarse, aunque este ejercicio solo sea salir a caminar de forma segura.
Actualmente en Estados Unidos existen iniciativas para que, a través del diseño urbano, se pueda cambiar el concepto de barrio sedentario a través del diseño urbano.
Una de estas iniciativas es “Vida Activa”, asociación conformada por varias oficinas de diseño urbano y algunas de las principales oficinas de arquitectura, con el fin de crear espacios que fomenten la actividad física.
La idea es que los barrios sean caminables y aptos para las bicicletas, de esta forma quienes no tienen la posibilidad de ir a un gimnasio pueden hacer ejercicio de forma cotidiana, con el solo hecho de poder caminar o andar en bicicleta en busca de lo que necesitan. Esta organización tiene como fin el fomentar una vida y una alimentación saludables, creando acceso a ella a través de la planificación urbana. Sin duda un buen ejemplo para Chile.
Hace un tiempo en Chile, la encuesta nacional de salud 2009 -2010 reveló un pronóstico preocupante: si los chilenos no cambiamos nuestros hábitos de aquí a al 2020 gran parte de la población será obesa y padecerá enfermedades crónicas.
Aunque la opinión pública y también las autoridades han mostrado preocupación por la actual y futura salud de los chilenos, la planificación urbana jamás ha sido considerada directamente como parte de la solución al problema. Es verdad, han habido avances, hoy contamos con más ciclovías y gimnasios al aire libre, sin embargo, estos están pensados de forma aislada y no como parte de una planificación a largo plazo, con miras a solucionar un problema que en Chile se hace cada vez más presente.
Fuente: Huffingtonpost.com
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