Habitantes de últimas casas de calle Cerro Colorado rechazan construcción de edificios
Los vecinos de las casas ubicadas frente al Parque Araucano dicen que quedarán en un “espacio isla”, prohibidos por norma municipal.
por Benjamín Blanco
(La Tercera – 23/03/2011)
Cerca de dos semanas llevan protestando 80 vecinos de un conjunto de 19 casas enclavadas en Cerro Colorado, frente al parque Araucano, específicamente, en el Pasaje Cerro Arenales. Ello, por la autorización que argumentan que dio la municipalidad de la comuna para que, entre sus casas, se levantaran dos edificios de 15 pisos cada uno.
Hace dos sábados que se vienen instalando en plena calle para mostrar pancartas que apuntan sus dardos contra la municipalidad.
No sólo reclaman por la pérdida de identidad del lugar -las casas datan de 1987-, sino que también, porque una vez que estas obras finalicen, sus casas quedarán “encerradas entre hormigones de cemento”. Argumentan que, fuera de eso, les dificultará la salida a Cerro Colorado y bloqueará la única entrada de luz solar que les queda, considerando que ya existen dos construcciones que rodean sus casas: por el norte está el hotel Marriot (de 25 pisos) y por el poniente, estarían estos dos edificios de departamentos.
“Compramos esas viviendas cuando no existían elevaciones. Luego se construyeron, pero ninguna nos obstaculizaba tanto como el proyecto de ahora. Nos encierra, nos quita vista del parque y nos ahoga”, explica Jaime Aguirre, vecino que lidera los reclamos.
Aunque las protestas son recientes, el conflicto empezó en 2007, cuando la empresa inmobiliaria Safinco compró los terrenos y presentó un anteproyecto para construir ahí una torre de oficinas. En ese entonces la municipalidad no autorizó esta iniciativa amparándose en el artículo 37 del Plan Regulador de la comuna. La norma estipula que los promotores de un proyecto inmobiliario deben comprar toda la manzana donde harán sus obras, para así evitar que queden algunas viviendas aisladas. “Fue por eso que se les negó el permiso. Siempre estuvimos de acuerdo con la comunidad. Inicialmente, rechazamos las autorizaciones, porque nuestra interpretación de la norma de los pasajes y aislamiento es muy restrictiva”, subraya el alcalde de Las Condes Francisco de la Maza.
Ante esto, la empresa acudió el mismo año a la Seremi de Vivienda de la Región Metropolitana, entidad que interpretó que el permiso de edificación era viable al no proceder en ese caso el artículo 37. Por lo mismo, determinó que la municipalidad estaba en condiciones de dar luz verde al proyecto inmobiliario. “En este caso, el terreno donde se construirá el edificio es una manzana rodeada por calles públicas (pasajes) y no está conectado a las viviendas en cuestión”, comenta la Seremi del ramo, Marisol Rojas. “Eso no quita que en otros casos el artículo sí puede ser válido”, dice. Tiempo después, los vecinos llevaron los antecedentes a la Contraloría, organismo que visó lo estipulado por la Seremi.
Nuevo escenario
A pesar de esto, Safinco desistió de realizar el proyecto y vendió los terrenos a la Constructora Armas, que optó por construir estos dos edificios de viviendas -con comercio en las primeras plantas- que tienen en pie de guerra a los residentes.
El año pasado, el municipio dio el permiso de edificación para este proyecto de viviendas. “La interpretación original de la municipalidad era concordante con lo que pensaban los vecinos, pero pasadas las instancias respectivas (Contraloría y Seremi). Frente a eso, no tenemos mucho qué hacer; hay una institucionalidad que respetar”, dice De La Maza.
“La norma puede gustar o no. Lo que hacemos es decir cómo se aplica”, explica Rojas.
Estas respuestas no son suficientes para los vecinos. Dicen que la alcaldía les quitó el apoyo. “Seguiremos con las protestas los sábados y esta semana nos reuniremos con los abogados para presentar acciones legales. Pedimos que se respete la ley y se frene la construcción del edificio o, al menos, se modifique el proyecto. No queremos frenar el progreso de la ciudad, pero sí recuperar nuestro barrio”, afirma Aguirre.