Contaminación visual: París apagó los avisos publicitarios
Hace unas semanas las autoridades de París decidieron regular los avisos publicitarios instalados en el espacio público.
La medida contempla la erradicación de los anuncios iluminados de las calles, la prohibición de instalar vallas publicitarias de más de 12 metros y la eliminación de propaganda emplazada a menos de 50 metros de las escuelas.
En el caso de construcciones en restauración sólo se permitirá instalar anuncios si es que el anunciante invierte en la ornamentación del edificio. Medidas con las que se prevé que de aquí a dos años la propaganda de las calles se reduzca en un 30%.
Pero las autoridades parisinas no son las únicas que han tomado medidas con respecto a los anuncios de sus calles, también otras metrópolis del mundo han regulado el crecimiento publicitario.
Por ejemplo, en Sao Paulo, con el proyecto de ley Ciudad Limpia se definió el tamaño de los avisos publicitarios, los que debían concordar con los frentes de las edificaciones. Privilegiando así la visibilidad de los transeúntes y automovilistas.
Ciudad de México, considerada una de las ciudades más contaminadas del mundo, también tomó medidas para combatir la polución visual de sus calles. En Agosto de 2010 entró en vigencia la Ley de Publicidad Exterior con la que se buscó garantizar la conservación, recuperación y protección del paisaje urbano.
Por medio de la Ley de Publicidad Exterior se prohibió la instalación de todo tipo de anuncios en bandejones centrales, plazas y espacios públicos que pudieran interferir con el tránsito vehicular o los espacios de recreación de los ciudadanos.
Además se dictaminó que sólo se instalarían anuncios previa autorización, de lo contrario se sancionaría con una multa y arresto.
Como todos sabemos, las ciudades de Chile también son escenario de letreros y paletas publicitarias instaladas en calles, avenidas, parques y plazas, las cuales a veces entorpecen la visibilidad y distraen la atención de las personas, lo que podría ser riesgoso. Situación por la que cada cierto tiempo vemos a alguien pidiendo más regulación.
Las medidas tomadas en otros países pueden servir de ejemplo y orientarnos a definir hasta qué punto ¿se debe transformar la ciudad en una escenario publicitario?