La reconstrucción en familia de Pelequén
El santuario de la localidad de la VI Región fue restaurado por el nieto y los bisnietos del arquitecto original. Hoy recibirá a los fieles que celebran a Santa Rosa de Lima.
(La Tercera – 30/08/11)
Por Manuel Valencia
Cuentan que hacia fines del siglo XIX, en la actual casa parroquial del santuario de Pelequén, en la VI Región, se ubicaba una extensa hacienda, donde se hospedó un soldado que había combatido en la Guerra del Pacífico. Además de sus tesoros de guerra, el militar trajo consigo a un sirviente peruano, que venía muy enfermo y que entre su equipaje traía una caja que nunca quiso mostrar a nadie. Estuvo a punto de morir, pero milagrosamente comenzó a mejorar. Un día decidió abrir la caja y dar a conocer su contenido: era una imagen de Santa Rosa de Lima, la Virgen peruana, a la que rápidamente se le atribuyó el milagro y varios otros en la zona. No pasó mucho tiempo para que el arquitecto e ingeniero de origen francés asentado en Chile Eugène Joannon Crozier construyera, en 1900, un templo para acoger a la gran cantidad de fieles que comenzaron a seguir con fervor la imagen.
Ciento once años después, el templo, completamente refaccionado, se apresta a estrenar su nueva cara frente a los más de 300 mil fieles que llegarán, desde hoy hasta el 4 de septiembre, a celebrar a Santa Rosa de Lima. Y el autor de su restauración es nada menos que el nieto del arquitecto original, Eugenio Joannon, y sus hijos, los arquitectos Nicolás y Eugenio.
“Fue una coincidencia. Yo estaba trabajando con el párroco -que me buscó por el parentesco- en la ampliación del santuario, y cuando nos pilló el terremoto, obviamente se detuvo ese proyecto y nos abocamos a trabajar el templo que construyó mi abuelo”, explica Joannon.
El terremoto de 2010 dejó el templo casi completamente destruido. La torre de 30 metros cayó sobre la nave central. Destruyó el techo, los muros y dejó una perforación de 50 centímetros.
“La buena suerte es que cayó al medio y botó el techo. Si cae ladeada, bota un muro y echa abajo toda la iglesia”, agrega Joannon.
Por los daños, la tarea de reconstrucción fue ardua. Se acogió al programa de reconstrucción patrimonial del Ministerio de Cultura, que aportó $ 100 millones de los $ 333 millones que costó la obra. Se inició en marzo de 2010 y fue reinaugurado el 31 de julio pasado por el Presidente Piñera.
“Esta reconstrucción del patrimonio es lo que nos permite identificarnos con nuestras raíces e identidad como país”, explica el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke.
Entre las modificaciones que se hicieron al edificio, se decidió suprimir la cúpula de cobre, que permitía distinguir al templo desde la Ruta 5 Sur. La cúpula fue construida con una donación de Codelco, tras el terremoto de 1985, que también destruyó parte de la iglesia.
“Por su carácter bizantino, era un elemento estilísticamente incongruente con el diseño original (…). Ahora, esa cúpula se transformó en una cruz de cobre, un elemento netamente cristiano y que durante las noches será iluminado”, añade el ministro.
Tras la demolición, el párroco José Miguel Ortiz dio un nuevo uso a la cúpula. “El año pasado fraccionamos por pedacitos las láminas y las repartimos a los peregrinos, para que tuvieran un recuerdo”, cuenta el sacerdote.