La Legua Emergencia: catalizador de un proceso de recuperación del territorio urbano
Texto por Antonio Lipthay
Equipo LMB_MOBIL Arquitectos Patricio Browne, Antonio Lipthay, Sebastian Morande, Carole Gurdon, Vitorio Leite, Cristian Palma, Paz Calderon, Fabian Todorovic, Lorena Perez, Maria Jose Martinez, Marisol Robles, Mario Yuraszeck, Viviana Schiele.
“Recuperación del Eje Canning, Población La Legua”
A principios de este año, un llamado desesperado de atención a través de los medios de comunicación, del párroco de la capilla de San Cayetano en La Legua al Ministro del Interior, generó una rápida respuesta y un amplio operativo policial que se instaló en los perímetros del sector. Los tiroteos entre bandas rivales y el ajuste de cuentas entre los narcos nuevamente hacían noticia.
Esta situación, que sin ser nueva, cada cierto tiempo se radicaliza, nos llamó la atención, por lo que decidimos acercarnos directamente a las autoridades del Ministerio, ya que creemos que el diseño urbano- como una disciplina que integra a las ciencias sociales con la arquitectura- era una manera obvia para enfrentar el problema. Por lo mismo, solicitamos una audiencia para plantearles nuestra propuesta, la cual consistía, básicamente, en abrir un proceso en base a dos principios muy básicos:
1. Para iniciar un proceso de recuperación de espacios públicos y desarme de las bandas de narcotraficantes, la intervención policial, por si sola, no es suficiente, ni sostenible ni recomendable. Es necesario desarrollar un plan integral urbano con proyectos concretos, ejecutables y ambiciosos.
2. El proyecto que se desarrolle debe además insertarse dentro de una estrategia global, que incluya a los actores sociales locales (y sus necesidades), a las autoridades del municipio (con sus propios proyectos) y que tener como objetivo no sólo la acción inmediata, sino que una de largo plazo, haciendo que el reforzamiento de programas sociales, educacionales, de empleo, de deporte y de cultura queden instalados. No basta entrar, pintar una fachada, poner unos asientos, plantar un árbol y luego irse. Hay que quedarse.
Estos dos principios fundamentales, no son un gran descubrimiento o innovación en materia urbana o política pública son, de hecho, una base muy general para enfrentar el gran y grave problema de fondo que afecta a casi todas las grandes ciudades en Latinoamérica.
En Brasil el tamaño promedio de cada favela no es nunca menor a los 100,000 mil habitantes y muchas veces éstas están vinculadas, constituyendo una textura continua y sinuosa en el medio de Rio o Sao Paulo. O en Venezuela “los barrios” llegan a tener hasta 500,000 habitantes.
Muy parecido a lo descrito antes se puede observar en Argentina, Perú y Bolivia, sólo por nombrar a nuestros vecinos.
¿Y qué pasa en Chile? ¿Qué pasa en este país, que según las cifras del ingreso per-cápita, estaría a punto de entrar a la liga de los “desarrollados”, como se nos repite tan seguido?
En Chile, si bien las grandes concentraciones de población en estado crítico de delincuencia, producto del narcotráfico, segregación y falta de servicios y equipamientos no son comparables en cuanto a volumen con Brasil, el problema no es menos grave o mas fácil. Basta mirar nuevamente el estudio de Atisba sobre los Ghettos.
En el caso de La Legua Emergencia, con aproximadamente 3,500 habitantes, se hace necesario mirar nuevamente, pero ahora con mayor claridad, las experiencias extranjeras. Particularmente el programa Favela-Barrio desde sus inicios hasta hoy. En resumen, leer esa historia urbana para hacer una relectura de la propia.
Por eso les aconsejamos a las autoridades viajar y visitar las favelas para conocer en terreno las experiencia. Les recomendamos también juntarse con Jorge Jauregui.
Con esto, esperábamos que sacaran sus propias conclusiones y que pudieran plantearse la pregunta fundamental de si estaban dispuestos a jugarse por un plan integral en un barrio tan conflictivo como la Legua. Mas claramente, si es que estaban dispuestos a impulsar una obra relevante: un proyecto urbano.
Las autoridades del Ministerio de Interior viajaron a Brasil, conocieron a Jauregui, vieron en terreno las obras de Favela-Barrio. También se reunieron con las policía metropolitana de Rio y les fueron explicadas en detalle las estrategias de inserción policial en las Favelas , su permanencia, sus éxitos y sus debilidades.
Con esto interesaba que el tema de la recuperación de los espacios públicos, el diseño urbano informado y validado por la comunidad, fuese el eje fundamental. Nos interesaba poder tener un diálogo con conocimiento de causa, ya que para construir y reconstruir se necesita más que el libro de texto. Se necesita calle.
En paralelo, nuestro auto encargo fue primero revisar, con una nueva mirada, el sector. Para ello analizamos datos de estudios anteriores, uno en particular muy extenso de SUR consultores. También revisamos tesis de doctorado, propuestas de magister en estudios urbanos, etc.
La conclusión nos pareció evidente: para iniciar la recuperación de la vida urbana, de lo público en la Población La Legua debíamos partir con una primera obra concreta que identifique a la comunidad y que detone otros procesos de mejoramiento urbano. Esto es una inversión significativa y visible.
Pero también entendimos y planteamos que éste no era el problema urbano de fondo. El problema de fondo sigue siendo el hacinamiento y la mala calidad de la vivienda y su resolución implica un plazo mayor.
Lo que hoy podemos hacer de inmediato, es recuperar un gran eje, el corazón de la vida urbana de la Legua: el Eje Canning, reconstruyendo una gran avenida y planificando nuevos accesos para la población.
El proyecto, que hoy está en etapa de evaluación para su aprobación final por parte de la Contraloría en el Minvu, implica mejorar la calidad de los pavimentos, generar mejores veredas con nueva iluminación peatonal y vehicular, mejorar la evacuación de aguas lluvias construyendo un colector, introducir mayor arborización, mobiliario urbano, sombra y lugares que permitan el buen funcionamiento de la feria libre. En resumen, LO BÁSICO, el estándar mínimo para un área central en una ciudad como Santiago, un mismo suelo para una misma ciudad donde sus habitantes tienen los mismos derechos.
Y cuando hablamos de que el estándar sea el mismo, debemos entender que La Legua está a 4,5 kilómetros de distancia de la Plaza de Armas. Casi la misma distancia que hay al centro desde la comuna de Providencia. Entonces, ¿Por qué tendrían que ser tan distintos, uno de baldosa y otro de tierra?
La imagen típica de la Legua, muestra pasajes sin salida y viviendas totalmente hacinadas a las que sólo pueden entrar los vecinos del barrio. Sin embargo, todos estos pasajes desembocan en el eje principal de la Legua, formado por las calles Canning y Comandante Riesle.
Identificamos la oportunidad de convertir esta avenida en un Gran Plaza alargada que propone lugares de permanencia, áreas verdes y más de 450 nuevos árboles a lo largo del eje. Fortaleciendo y destacando el espacio público más emblemático de La Legua donde convergen las distintas poblaciones y donde se desarrolla gran parte de la vida del barrio.
Durante el desarrollo del proyecto invitamos a Chile a Jorge Jáuregui, el experto en Renovación Urbana del Programa Favela-Barrio. Su experiencia nos permitió orientar el proyecto e integrar de mejor manera temas claves tales como los usos e identidad del barrio.
Los desafíos para el futuro se van complejizando cada día más, en la medida de que la inequidad urbana aumenta y la segregación espacial se convierte en una característica de nuestra ciudad.
Éste no es una fenómeno nuevo, nuestra propia política pública (o la carencias de esta misma) ha creado bordes, fronteras y discontinuidad dentro de la ciudad. Es momento de corregir esto.
Con este proyecto que proponemos en la Legua, y sumado a otros en Valparaíso, reflexionamos nuevamente sobre la necesidad de definir un rol de coordinación y articulación mayor. Mucho mas eficiente entre los distintos actores: Comunidad, Municipio, SERVIU, Ministerio del Interior, etc. Suena curioso, pero la gigantesca doble tarea integradora del Ministerio de VIVIENDA y URBANISMO, más que hablar de eficiencia, nos plantea la pregunta de si debiéramos seguir pensando las futuras ciudades con una estructura o plataforma del pasado.
Creemos que si podemos llamar a este proyecto “El MODELO LEGUA“, resultado de un trabajo en equipo, firmemente impulsado por jóvenes profesionales del ámbito ministerial y privado, con una fuerte convicción que se realice y con un claro entendimiento de su raíz con historia reciente en otras partes de Sudamérica, éste pueda ser un paso positivo para planificar y reorientar la nueva generación de recuperación de Barrios Críticos donde la intervención potente y duradera en el Espacio Público sea el catalizador de cualquier estrategia de recuperación urbana. Y en donde coincida tanto la obra construida como el proyecto social que esta detrás de ella.
Contraparte técnica: MINVU, Municipalidad de San Joaquin, Ministerio del Interior.
Proyecto de arquitectura: Lipthay Morande Browne Arquitectos _ MOBIL
Superficie proyectada eje Canning: 25.000 m2 de espacios públicos
Proyecto de Ingenieria: Ingenieria el Alba
Proyecto de electricidad: Concha y Gana
Topografia: AEROTOP
Presupuesto aproximado de obra: 2,000 millones de pesos.
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