Vecinos de La Florida votarán el futuro uso de último bosque nativo de la capital
En el bosque precordillerano de Panul se proyecta la edificación de 1.370 viviendas.
por E. Briceño y C. Palacios La Tercera
Es el último bosque de especies nativas que queda en Santiago bajo la cota mil, y los vecinos de La Florida quieren protegerlo. Se trata del Bosque Panul, una área verde de 200 hectáreas en la que abundan maitenes, litres, quillayes y espinos. Ahí se piensa levantar un proyecto inmobiliario que ocupará 74 hectáreas y que le cambiará la cara al lugar, con la construcción de 1.370 viviendas destinadas a estratos medios y altos.
El plan ha levantado polémica entre los habitantes de La Florida. Por eso, el municipio organizó una consulta ciudadana no vinculante para el 28 y 29 de enero, en que los vecinos manifestarán su parecer sobre el destino de este bosque. “¿Está usted de acuerdo con el proyecto inmobiliario Bosque Panul?”, dirá la pregunta.
El alcalde Rodolfo Carter pronostica que participarían los inscritos en los padrones electorales de la comuna, “pero estamos viendo cómo incorporar a más gente. Incluso, a jóvenes no inscritos”, afirma.
Ayer llegaron hasta el lugar ubicado en la precordillera (ver infografía) y a 20 cuadras de la estación Rojas Magallanes, algunas autoridades como las seremis de Medioambiente, Transporte, Obras Públicas y Agricultura. Esto, con el objetivo de analizar en terreno el impacto ambiental y social que tendrá la iniciativa inmobiliaria que data de 2008.
Desde entonces, ésta ha pasado por los trámites legales necesarios para su aprobación. En una primera instancia fue rechazado por la Dirección de Obras del municipio. Luego, según indica el edil, “en 2010, la Seremi de Vivienda instruyó su aprobación”. Finalmente, ingresó al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) el 21 de noviembre de 2011. Los organismos que deben emitir un informe -como las seremis, Conaf y la municipalidad, entre otros- tienen plazo hasta hoy para aprobarlo, rechazarlo o hacerle observaciones.
Según una fuente ministerial, es muy probable que, en este caso, los organismos sí realicen objeciones. “Luego, el titular del proyecto deberá presentar adendas en respuesta a ellas, lo que extendería el proceso por algunos meses”, dice.
La Municipalidad de La Florida ya tiene su posición. Carter no está de acuerdo con el proyecto de viviendas tal como está planteado y esgrime tres argumentos: “Primero, que el sector no cuenta con calles adecuadas para enfrentar la llegada de miles de automóviles una vez que se construyan las casas. Segundo, se pone en riesgo la flora y fauna del entorno, pues aunque las viviendas llegarían hasta la cota 900, los terrenos de más arriba se afectarían igualmente. Hay especies que migrarían y podrían generar plagas”.
También menciona el riesgo de inundaciones y aludes por el sellamiento del suelo y la tala de los árboles. “Es una zona de quebradas, donde el terreno actúa como sistema de escurrimiento de las aguas desde la precordillera hacia el valle. No puedo aprobar algo que pone en peligro a los vecinos”, dice.
Carlos Hernández, gerente general de la inmobiliaria Gesterra, a cargo del proyecto, indica que todo lo que se tale “será bajo la cota 900, que se compensará más arriba, con la plantación de especies nativas para impedir que haya problemas de aluviones, por ejemplo”.
En cuanto al impacto vial, el ejecutivo asegura que se contemplan medidas como la continuación de Av. Central para que atraviese el Canal San Carlos hacia Tobalaba “y sea una tercera salida desde la zona”.
Los vecinos organizados en la Red de Defensa de la Precordillera no se conforman. A mediados del 2011, interpusieron un recurso de reposición en la Corte de Apelaciones. “Creemos que este proyecto es ilegal”, dice el vocero Sebastián Sepúlveda. Hoy, además, asistirán a la Comisión de Medioambiente del Senado, para defender ahí sus argumentos en contra del plan inmobiliario.