Costanera Center ¿Así es como se hace ciudad en Chile?
Quedan sólo tres meses para que el mall del proyecto Costanera Center abra sus puertas al público. Un proyecto que representa muchas cosas para Santiago: no sólo porque su torre será la más alta de Chile -y nos guste o no, ya se ha vuelto una imagen emblemática de la ciudad- si no también porque su construcción ha estado llena de polémicas, que van desde las negociaciones entre la empresa Cencosud y el MOP por los permisos de edificación y obras de mitigación, hasta la preocupación de los ciudadanos por lo que significa un edificio de tal envergadura en uno de los terrenos más estratégicos de la ciudad.
Una historia de varios años que vale la pena revisar para preguntarnos ¿Así queremos que se planifiquen y construyan nuestras ciudades?
Permisos y acceso a la información
En el 2007 publicamos parte de una exhaustiva investigación realizada por la periodista Consuelo Goeppinger, titulada Costanera Center ¿Construcción ilegal?. En ella Consuelo ponía en evidencia algunas irregularidades en la obtención de los permisos, además de las dificultades puestas por funcionarios de la municipalidad para entregar a los ciudadanos los documentos relativos al proyecto, quienes además afirmaban que todo estaba en orden.
También esta investigación dejaba ver que lo referente a obras de mitigación no había quedado acordado al otorgar los permisos, lo que se volvió bastante evidente algunos años después…
Con respecto a los permisos, El Mercurio publicó en abril de 2011, que la Contraloría realizó un sumario y sancionó en 2009 a 3 funcionarios de la Dirección de Obras de la Municipalidad de Providencia por haber otorgado “extemporáneamente” la autorización de fusión de suelos (Paulmann adquirió el primer terreno en 1988 y años después anexó un terreno aledaño) cuando este tendría que haber sido otorgado en conjunto con el permiso de edificación.
Se congela el Costanera Center
En enero de 2009 Cencosud anunció la paralización de las obras debido a la crisis económica. Este hecho hizo que el Costanera Center se convirtiera en la cara visible de la crisis. Evidentemente el gobierno de turno mostró su preocupación por lo que este hecho significaba y empezó conversaciones con Cencosud con el fin de que se retomara la construcción lo antes posible. Esto dio pie a la empresa para empezar a negociar el financiamiento de las obras de mitigación requeridas, las cuales supuestamente debía financiar en un 100% Cencosud.
“Y así lo ha entendido el Ejecutivo, que está dispuesto a acoger algunos de los planteamientos de Paulmann relativos a las obras de mitigación necesarias para hacer viable el plan, y que involucran entre US$ 45 millones y US$ 50 millones. En concreto, hoy el controlador de Cencosud negocia con Hacienda la viabilidad de que el Estado financie al menos una parte de la infraestructura vial aledaña al complejo comercial Costanera Center”, publicaba El Mercurio en relación a este tema.
Obras de mitigación
Las obras de mitigación correspondientes a la construcción del Costanera Center se realizarían en 4 etapas e incluirían, la construcción de un segundo puente – el primero fue construido por el Túnel San Cristóbal – un túnel bajo la Av. Andrés Bello y el ensanchamiento de la Calle Nueva Tajamar y Tobalaba, principalmente.
En el 2008 una veintena de funcionarios fiscales de Obras Públicas, Transportes, UOCT, Serviu y de los municipios de Las Condes y Providencia que analizaron el “Estudio de Evaluación de Impactos sobre el Sistema de Transporte Urbano” (Eistu) presentado por Cencosud, cuestionaban que las medidas de mitigación fueran suficientes para evitar el temido caos vial.
Además para ese entonces no estaba definido a quién le correspondía, ni en qué porcentaje, financiar las obras y los municipios mostraban su preocupación ante la sola idea de que ellos también se vieran involucrados en el financiamiento.
En el 2009 el cuestionamiento seguía y el Mercurio publicaba “El seremi metropolitano de Transportes, Pablo Rodríguez, aseguró que la ejecución de 40 medidas de mitigación, en su mayoría de carácter vial, prevendrá un colapso vehicular en el sector de Costanera Center, lugar de Providencia en que se construye un rascacielos de 300 metros, el más alto de Chile.
Así lo afirmó la autoridad tras la reciente aprobación del Estudio de Impacto Vial presentado por el titular, Cencosud.
Consultado si con estas obras se evita el caos vial, el seremi Rodríguez no elude la pregunta: “Hemos analizado con los 15 organismos públicos el tema en profundidad, y pensamos que las 40 mitigaciones establecidas van a permitir que el sistema (vial) funcione adecuadamente en ese sector”, aunque acota que esa zona suele estar ya saturada.
La “luz verde” al megaproyecto inmobiliario implica desarrollar 4 etapas -en que el titular decide cómo las ejecuta y financia- para cumplir con condiciones de infraestructura vial, estudios y gestión de tránsito”.
Esto último además traería otro problema, los tiempos de la construcción del puente y el túnel comprometido por Cencosud, debían calzar con el plan mayor de construcción de infraestructura por parte del MOP -el cual incluían a la Costanera Sur y la rotonda Perez Zujovic- lo cual no estaba garantizado.
En octubre de 2010 aún no había acuerdo entre el MOP y Cencosud. La piedra de tope seguía siendo el financiamiento, del túnel bajo la Av. Andrés Bello, con un costo cercano a los 30 millones de dólares. La empresa se negaba a asumir el costo completo de la obra. Además el MOP en un principio tenía la intención de que el túnel tuviera 3 pistas por lado lo que aumentaba su precio en 10 millones de dólares más. Finalmente, se acordó que el túnel tenga sólo dos pistas, lo que tampoco ha estado exenta de críticas.
Según publicó el diario La Tercera por su parte el municipio de Providencia aún está preocupado por el hecho de que el mall se abrirá con sólo una parte de las obras de mitigación terminadas y anticipa una gran congestión en el sector.
“Según Jaime Márquez, director de Obras del municipio, era más importante la construcción del túnel que la del puente que actualmente se levanta, indicación que presentó antes de resolver el Eistu”.
Pero finalmente el acuerdo entre De Solminihac y Paulmann fue que el mall puede abrir cuando se cumpla con las obras de mitigación consideradas en la primera etapa, que son el puente y la segunda calzada paralela al edificio.
“Nos ha tomado seis años hacer este estudio vial. Estoy convencido de que esto va a salir picho caluga”, declaraba Paulmann al ser preguntado sobre la efectividad de las obras de mitigación, finalmente acordadas.
Después de esta historia entonces podemos preguntarnos ¿Quién decide el futuro de la ciudad? ¿Deben ajustarse los planes del MOP a los intereses privados? ¿Dónde cabe la opinión de los ciudadanos que transitan, viven y trabajan en el sector?
Si algún extranjero, que visita nuestro país, aún tiene la costumbre de mandar postales, en más de algún lugar hoy puede comprar una que muestra al edificio Costanera Center completamente terminado. Esa es la imagen de Chile que llegará a sus amigos y familias. En este caso, se puede decir que la imagen país la construye un privado. ¿Entonces no tenemos todos derecho a pedir que por lo menos se nos explique, cómo se hace ciudad en Chile?
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