Cae superficie de parronales en Copiapó por falta de agua
A la escasez hídrica se suma el alto costo de mano de obra, que obliga a los agricultores a vender sus tierras a inmobiliarias.
por Rodrigo Álvarez El Mercurio
Ochocientas hectáreas, principalmente parronales, de las cuatro mil agrícolas que rodean Copiapó, desaparecieron y se convirtieron en sitios eriazos destinados a la industria y a proyectos inmobiliarios.
La escasez de agua y, sobre todo, la demanda por terrenos para casas o departamentos han obligado a muchos agricultores a reconvertir sus negocios. “La agricultura ya no es un buen negocio aquí, está muy cara y escasa el agua, y la mano de obra también; es lógico que muchos quieran vender sus tierras”, confiesa Rodrigo Moreno Prohens, un empresario agrícola de la zona.
“En los próximos años Copiapó va a crecer el doble, por los proyectos mineros que se están abriendo, y para eso necesitamos por lo menos 25 mil casas, y sólo en proyectos hay unas tres mil viviendas; no van quedando terrenos”, cuenta el consultor inmobiliario Hernán Cood.
Tal es la retirada de agricultores del valle de Copiapó, que ahora hay un 30% menos de ellos, porque muchos optaron por vender sus terrenos a las inmobiliarias y sus derechos de agua a las mineras.
“El agua cada vez se encuentra más profundamente en las napas, a unos 150 metros de profundidad, y un pozo así de profundo está costando $100 millones, y no hay agricultor que soporte esos costos”, afirma Carlos Araya, de la comunidad de Aguas Subterráneas de Copiapó.
La mano de obra también se ha encarecido considerablemente en los últimos años, “la minería paga sueldos que en la agricultura son imposibles, y los trabajadores temporeros deben ser traídos incluso de países vecinos”, agrega Araya.
Grandes fundos parroneros, como el Valle Dorado, de propiedad del empresario Lothar Meier, de unas 300 hectáreas de extensión, están siendo destinados a proyectos inmobiliarios. En el caso de esta iniciativa vivirán en el futuro unas 20 mil personas. Ese predio se convertirá en un plazo de dos o tres años en un exclusivo country club ABC1 con cinco mil hogares que incluirá mall , casa de campo, 60 hectáreas de parques y otros servicios. “Ése es el futuro de estos parronales”, dicen en el cada vez más seco valle de Copiapó.
“Los dueños del fundo pueden sextuplicar incluso el valor de esas tierras destinándolo a proyectos inmobiliarios que dedicándolo a la agricultura de exportación”, explica Hernán Cood, quien está a cargo de la venta de Valle Dorado.
Auge
El auge de los parronales en Copiapó, hoy en retirada, comenzó en los ’80.