Vacío legal y altos costos frenan soterramiento de cables en Santiago
Construir redes de cableados subterráneos es siete veces más caro que implementar un tendido normal.
por Sebastian Sottorf y Valentina Pozo El Mercurio
Además del esmog, el ruido y la basura, típicos elementos contaminantes de las grandes ciudades, Santiago enfrenta la abismante proliferación de cables en todas las comunas de la capital.
De hecho, su presencia es tan extensa que los capitalinos se han ido habituando a un panorama visual que está lejos de desaparecer, pues el costo asociado a este tipo de obras es muy alto.
Soterrar un solo metro de cable en la capital cuesta entre 50 y 60 UF, es decir, más de un millón de pesos, siete veces más que la construcción de un tendido eléctrico normal.
Y si se quisiera enterrar la extensa red de cables existentes en todo el país, se necesitarían más de 35 mil millones de dólares, una cifra que no podría ser asumida por el Gobierno ni las municipalidades.
“Es imposible costear obras como esa. De hecho estuvimos viendo la posibilidad, pero el valor supera con creces nuestro presupuesto. Se trata de cifras elevadísimas; estamos hablando del presupuesto comunal de todo un año”, afirma el alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett.
Pese al alto costo que se requiere para implementar estas obras y a la ausencia de una ley que fomente el soterramiento, hay municipios que han implementado normativas que incentivan el entierro del cableado.
Es el caso de Las Condes, donde a través de una ordenanza vigente desde el año 2003 se fomenta que las empresas constructoras tiendan redes subterráneas, compensándolas con un aumento de los metros cuadrados disponibles para la edificación. “Estos manojos de cables afectan mucho el aspecto visual de los espacios públicos, por eso el municipio está evaluando más proyectos de soterramiento. Uno de ellos está en la calle Don Carlos, una arteria cercana al centro cívico”, explica Pablo de La Llera, asesor urbano de la comuna.
Falta de incentivos
En la capital hay más de 300 mil postes que no sólo soportan cables eléctricos, sino que también contienen el tendido de empresas relacionadas con las telecomunicaciones. Cada una de las compañías interesadas en utilizar estos soportes debe pagar anualmente un valor aproximado de 0,1 UF a la empresa u organismo dueño del poste.
“Ese valor es tan bajo que no hay un fomento para impulsar el soterramiento. Todo lo contrario, esto es tan barato que muchas empresas dejan botados los cables porque es más económico que retirarlos”, señala Guillermo Pérez del Río, gerente de Regulación y Gestión de Energía de Chilectra.
Esta empresa, que es la mayor distribuidora de energía eléctrica en la Región Metropolitana, tiene unos 14 mil kilómetros de cables en la capital. Cerca del 10% de ese total está bajo tierra.
60 UF puede llegar a costar el soterramiento de cada metro de tendido aéreo. La cifra supera el millón de pesos.
US$ 35 mil millones costaría enterrar el extenso cableado existente en todo el país.
14 mil kilómetros mide el tendido eléctrico que Chilectra, la distribuidora eléctrica más grande de la Región Metropolitana, tiene en la capital. Cerca de un 10% de esa red está bajo tierra.
Proyecto de ley del año 2008 sigue estancado en el Congreso
Hace cuatro años el senador Juan Pablo Letelier presentó un proyecto de ley en el Senado destinado a fomentar el soterramiento del cableado. La iniciativa, que entre otras cosas busca crear un marco normativo que obligue a las empresas que usan cables a construir redes subterráneas, no ha sido discutida aún. “Como se requiere crear una nueva institucionalidad, que regule el soterramiento de los cables, se necesita del apoyo del Ejecutivo, que hasta ahora no ha patrocinado el proyecto”, afirmó el senador y miembro de la comisión de Vivienda de la Cámara Alta, Eugenio Tuma. Afirmó que, como comisión, ya se están estableciendo conversaciones con el Ministerio de Obras Públicas, la Subsecretaría de Telecomunicaciones y la Superintendencia de Electricidad y Combustibles para introducir mejoras al proyecto.