El barrio universitario que se gesta al norte de la Alameda
A diferencia de Av. República, en este sector la vida universitaria no se desarrolla en las calles sino dentro de casonas restauradas que contemplan grandes patios y espacios comunes.
por La Tercera
Es la continuación natural del barrio universitario de República, pero al norte de la Alameda. En Erasmo Escala, Cienfuegos o Almirante Barroso -calles “quitadas de bulla”- no existen bares, schoperías, locales de comida rápida ni el ruido de los estudiantes que transitan de una facultad a otra. Sí están las tiendas de fotocopias, que dan una pista de la existencia de una comunidad estudiantil.
La expansión hacia la vereda norte de la Alameda fue un proceso lógico. Las propiedades comenzaron a agotarse a inicios de los 90 y las instituciones de educación empezaron a mirar hacia los barrios Brasil y Yungay.
Ahí, las casonas han mantenido su fisonomía patrimonial y caminar por las calles de estas manzanas continúa siendo un viaje al pasado. Cada universidad tiene su patio interior. A diferencia de República -donde la vida universitaria se hace fuera de los edificios-, los alumnos se congregan dentro de las facultades, que contemplan patios, césped y bancas donde compartir.
“Son unas casas magníficas, es un verdadero paseo. El barrio está prácticamente impecable, no es moderno, pero eso le da identidad”, dice la alumna de 5º año de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado, Daniela Cabrera.
“Nosotros somos más adueñados de nuestro espacio, aquí no se da el fenómeno de República, de ver un montón de gente circulando. Estamos cada uno en su facultad”, agrega Cabrera.
La zona comprendida entre calles Esperanza, Agustinas, Almirante Barroso y la Alameda es la “hermana tranquila” del barrio República, a pesar de que cuenta con 18 instituciones de educación superior. Destacan la universidad Arcis, la Academia de Humanismo Cristiano, la Universidad Alberto Hurtado y una sede de Inacap. Todas ellas, repartidas en casonas, la mayoría de estilo neoclásico -con 1.000m2 de terreno- que fueron las residencias de la elite a comienzos del siglo XX.
En este nuevo barrio universitario dos instituciones educaciones tienen planes para comprar grandes terrenos y seguir expandiéndose.
Este año, la Universidad Alberto Hurtado espera adjudicarse una propiedad de la Fuerza Aérea, ubicada en la manzana de Almirante Barroso, Erasmo Escala, Cienfuegos y Alameda. Este recinto tiene fachada neoclásica con imitación de piedra en sus muros externos.
“La nueva propiedad va a permitir conectar desde Erasmo Escala hasta la Alameda todas las casas de la manzana”, dice Ernesto Labbé, arquitecto y autor del proyecto de desarrollo de la Universidad Alberto Hurtado.
También se está a la espera de la compra durante este semestre de algunas casas en la calle Cienfuegos. “Serán ocho en total y nos quedan tres por comprar. La idea es poder quedarnos con todas las casonas de esa calle”, agrega Labbé.
En 1995 -al igual que el Inacap-se instala esta universidad que actualmente funciona en 19 casonas del barrio, pero los jesuitas ya tenían propiedades en el sector desde fines de los años 60.
“Fue un proyecto largamente discutido en la Compañía de Jesús. Había posibilidades de instalar la universidad en el San Ignacio de El Bosque, en Huechuraba o en el San Ignacio de Alonso de Ovalle, pero la congregación tenía instituciones en la zona que antecedían a la universidad, como el Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales (Ilades) y el Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (Cide)”, dice Labbé.
La zona corresponde a un barrio histórico por lo que cualquier proyecto de intervención de las viviendas está restringido. “Hemos ayudado a conservar y rescatar el patrimonio arquitectónico de Santiago, con un costo enorme para la institución. La cantidad de dinero que se ha invertido es mucho más de lo que costaría construir un edificio nuevo”, explica el arquitecto.
Al rescate de las casonas
Inacap es otro “vecino” del sector. En el barrio tiene su sede Santiago Centro desde 1995 y, actualmente, está en proceso de construcción un nuevo edificio en Almirante Barroso, que unirá el resto del instituto con una superficie total de 20.000 m2. Además, durante el año se recuperarán cuatro casonas en el sector de Moneda, que se entregarán a fines de este semestre.
“Como son casonas antiguas, recuperamos sus suelos, sus pisos de madera, los cielos y las lámparas. Nuestra misión es mantener el estilo arquitectónico de las propiedades”, dice Juan Pablo Castro, vicerrector interino sede Santiago Centro Inacap.
“Hoy, las sedes permiten que los alumnos tengan espacios de esparcimiento al interior, y una vez que se entregue el nuevo edificio, todos los patios de la universidad estarán comunicados entre sí”, añade. Actualmente, la vida de estas calles apacibles se ha visto interrumpida por las remodelaciones. “Todo barrio universitario tiene conflictos permanentes entre la población flotante y los residentes, lo que hace fundamental que exista una buena gestión del municipio”, explica el director de Laboratorio de Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales, Genaro Cuadros.
Por su parte, la gerenta general de Barrio Universitario Santiago, Paula Matte, señala que el desafío consiste en desarrollar acciones que potencien al sector. “Cuando las bibliotecas, los centros de extensión y el trabajo de los alumnos se conectan con los vecinos, entonces los residentes comprenden que un barrio universitario es benéfico”, remata.