Nueva planta de tratamiento deja a Santiago con el 100% de las aguas servidas saneadas
Plan desarrollado para mejorar el sistema desde 1991 en adelante, ha significado una inversión de unos US$ 1.000 millones.
por El Mercurio
La inauguración de la planta Mapocho, a mediados de este año, convertirá a Santiago en la primera capital de América Latina que tendrá el 100% de las aguas servidas saneadas y aptas para el riego.
La nueva planta se sitúa junto a una instalación similar, El Trebal, en la comuna de Padre Hurtado, y a ella llegará el restante de las aguas servidas que hasta hoy se devuelven al río Mapocho y que no son saneadas en la planta La Farfana. Hasta ahora, el 87% de estos líquidos son tratados.
Entre sus características está que se podrá autoabastecer de energía térmica y eléctrica, gracias a un proceso de “cogeneración”, en que se aprovecha para este fin el biogas producido en los diversos procesos de tratamiento del agua servida.
También incorporará tecnología para reducir en un 20% la cantidad de lodo que generan los residuos que se captan del agua.
En 2009 fue aprobado por el Servicio de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana el proyecto “100% Saneamiento de la Cuenca de Santiago”, y entre las condiciones que se exigieron a esta nueva planta está la de implementar un sistema de reducción de los olores, retirar y trasladar los lodos orgánicos generados como residuos del tratamiento de las aguas, y plantar árboles alrededor del perímetro.
El director del servicio, Kay Bergamini, explicó que otro de los requisitos es que una comisión compuesta por autoridades ambientales y representantes vecinales de las comunas de Padre Hurtado y Maipú, visiten dos veces al año las instalaciones para hacer consultas y requerir información.
Hasta el año 2001, la mayoría del agua utilizada en los hogares santiaguinos, en el comercio y la industria; para lavar la ropa, cocinar o ir al baño, era posteriormente vertida a los cauces de los ríos Maipo, Mapocho y el Zanjón de la Aguada, desde los puntos de descargas de la red de alcantarillado de la ciudad.
Pero, en diciembre de ese año, la sanitaria Aguas Andinas puso en funcionamiento la primera gran planta de tratamiento de aguas servidas del país, El Trebal. Y en 2003, abrió la planta La Farfana, una de las cinco más grandes del mundo.
Esta iniciativa fue parte del Plan de Saneamiento del Gran Santiago, que tiene su origen en 1991, con la regulación de la privatización del agua. Ese año, además, el país vivió un brote de cólera, que generó que las autoridades de la época rechazaran que más de 100 hectáreas de la región fueran regadas con el agua contaminada de los ríos.
En total, este plan ha significado una inversión aproximada de US$ 1.000 millones de Aguas Andinas. Además de estas tres grandes plantas, en la región hay otras trece ubicadas en localidades rurales como Melipilla, Curacaví, Buin y San José de Maipo.
Servicio aumentará $18 por metro cúbico consumido
Enrique Escudero, director general de Aguas Barcelona (Agbar), empresa socia de Aguas Andina, lo destaca como hito. “Este es sin duda, probablemente en materia de saneamiento y gestión de aguas, el logro más importantes que se ha producido en la historia, al menos reciente, de los grandes sistemas de saneamiento en el Cono Sur”, dijo en la sede de la compañía en Barcelona, donde recibió a “El Mercurio”.
Respecto del impacto a nivel de los consumidores, señaló que si en Santiago se hizo esto y avanzó a este ritmo es porque ha podido recuperar los costos de los servicios que presta a los clientes y es también un ejemplo de la forma en que se ha llevado la recuperación de los costos reales del ciclo del agua.
Respecto al valor que podría tener para el consumidor, Felipe Larraín, presidente de Aguas Andinas, señaló que estiman que estaría en torno a los $18 el metro cúbico, lo que representaría para un usuario promedio de 20 metros cúbicos: $360. Destacó que el principal impacto a nivel país de contar con el ciento por ciento de las aguas de la ciudad tratadas se refleja especialmente en seguridad para los consumidores de poder comer frutas y verduras, sin el riesgo de adquirir enfermedades entéricas.
La problemática del saneamiento de las aguas fue uno de los temas centrales del 6° Foro Mundial del Agua que se desarrolló recientemente en Marsella (Francia), donde se puso especial énfasis en que en el mundo existen del orden de 2.500.000 millones de personas que no tienen acceso a esta condición, lo que eleva las tasas de mortandad y enfermedades.