Nueve claves para convertir los espacios públicos en destinos exitosos
Recientemente, el empresario estadounidense Mark Suster – ligado a la construcción de grandes proyectos de ingeniería, como el metro de Londres y el manejo de aguas en la misma ciudad – publicó 12 recomendaciones para crear comunidades ciudadanas exitosas y fortalecer sus espacios públicos como grandes destinos.
A partir de esta, la organización estadounidense Project for Public Spaces (PPS) adaptó sus recomendaciones para que puedan ser aplicadas a organizaciones de cualquier parte del mundo. La idea consiste en transformar los espacios públicos en destinos que puedan ser reconocidos como parte de una comunidad, partiendo desde la proyección de elementos identitarios únicos y que cuenten con un fuerte sentido local.
Después del salto podrás conocer nueve claves para lograrlo.
1. Líderes “locos” y Placemaking
Los líderes locales de una comunidad tienen la particularidad de ver el potencial de un lugar antes que el resto. Aunque esto suene positivo, muchas veces sus ideas por muy innovadoras que sean, no son implementadas porque no son consideradas factibles. Por esto, PPS hace una invitación a la autoridades locales para que escuchen a estos “líderes locos” y vinculen sus propuestas al Placemaking, para crear más ciudadanos apasionados por sus comunidades y espacios públicos. Para lograrlo, la organización propone que se debe incluir a las comunidades en debates y espacios de colaboración para que desde los propios habitantes surjan las mejores ideas para fortalecer una avenida, un barrio o un parque.
2. Capitales y descentralización
Los espacios públicos que están bien equipados y son visitados regularmente por sus comunidades cercanas, se convierten en lugares atractivos para que inversionistas locales instalen tiendas y mercados acordes a las características del barrio. Estas acciones revitalizan los lugares e incentivan la participación ciudadana para crear nuevas propuestas, ya que si las personas tienen la oportunidad de participar en la conformación de sus espacios públicos, se sentirán más conectados con su comunidad y realizarán distintas acciones en el tiempo para mantener estos espacios acogedores y atractivos. Por esto, el trabajo no se debe centrar únicamente en las capitales, sino que debe abordar otras ciudades.
3. Grandes Eventos
Las celebraciones callejeras suelen resaltar características únicas de un lugar y logran rescatar ambientes informales y entretenidos que permiten a las personas fortalecer el sentido local de la identidad, a través de la congregación de personas de distintas áreas de una misma ciudad. Esto permite la construcción de capital social que destaca la participación ciudadana espontánea y revaloriza el derecho a la ciudad.
4. Discusiones ciudadanas abiertas
Para que un espacio público se convierta en una gran destino, las personas que no pertenecen a agrupaciones ciudadanas deberían tener acceso a los encuentros que éstas desarrollan con el objetivo de que expresen las necesidades que les gustaría satisfacer en un lugar y lo puedan reclamar como propio. Tal es el caso del Consejo Metropolitano de Planificación de Chicago que involucra a vecinos independientes para que propongan ideas y se involucren directamente en la discusión de proyectos que se van a ejecutar en sus comunidades. Con esto, PPS cree que el Placemaking ayuda a la ciudadanía a planificar el diseño de una cultura local desde distintas esferas y no desde las autoridades hacia abajo.
5. Centros de gestión comunitaria
Según PPS, el 90% del éxito de un espacio público se basa únicamente en el mecanismo de gestión que se va a aplicar sobre él, independientemente de los recursos económicos que se le puedan inyectar. Un ejemplo de esto es Nueva York, ciudad que destina grandes sumas de dinero para impulsar centros culturales, parques urbanos y plazas, pero que aún así no deja de lado las organizaciones ciudadanas al momento de gestionar los espacios públicos. Esta situación se ha replicado en otros lugares y ha fortalecido el funcionamiento de otras agrupaciones, como Pittsburgh Downtown Partnership y Downtown Houston.
En el caso de las comunidades que no dispongan de tantos recursos, la participación ciudadana es la clave para generar una gestión óptima. Por ejemplo, la agrupación Portland City Repair surgió como un grupo de vecinos que querían una esquina segura de su ciudad y que hoy ya han creado proyectos a mayor escala de limpieza de espacios públicos. Esto demuestra que los voluntarios son un factor elemental para planificar nuevas actividades en las ciudades.
6. El rol de la prensa local
Si consideramos los espacios públicos como escenarios informales en los que se realizan desfiles, festivales e intervenciones urbanas que atraen a mucha gente, hay que tener en cuenta la difusión de estos eventos a través de los medios de comunicación. Para generar una correcta promoción de ciertos lugares, los administradores deben considerar a la prensa local como un aliado para dar a conocer algún espacio y valorarlo como un gran destino. En el largo plazo, esto genera que los medios de comunicación puedan fortalecer un lugar en específico, mediante la visita de muchas personas. Así, un lugar que no es tan conocido por personas de localidades más lejanas, se puede cambiar con una adecuada gestión comunicacional con la prensa local.
7. Investigar el pasado de un barrio
Actualmente existe gran interés por recuperar el patrimonio de ciertos barrios. No obstante, hay personas que tienen un gran apego por su barrio, pero este no es atractivo para el resto. Para cambiar esto, una buena estrategia es investigar qué vecinos ilustres vivieron allí. También se puede contactar a gente que creció en el barrio y que después se cambió, con el fin de conocer los lugares más valorados por los vecinos y compararlos con su estado actual.
8. Colaboración vecinal
Muchas veces existen organizaciones que no tienen los fondos para construir nuevos espacios públicos que reactiven sus barrios. Por esto, la colaboración surge como un pilar esencial para que los vecinos se conozcan entre sí y, en conjunto, puedan crear plazas y lugares de encuentro. Por ejemplo, si una agrupación vecinal no tiene los fondos para construir juegos infantiles, PPS propone que los mismos niños donen juguetes para crear una zona de juegos. En caso que existan rayados, los mismos vecinos pueden crear expresiones de arte urbano que embellezcan el lugar y que de verdad representen la identidad y el carácter del barrio, sin recurrir a firmas comerciales.
9. De lugar a espacio público emblemático
Cada ciudad tiene un lugar emblemático, aunque muchas veces no es reconocido como tal por un gran número de personas ni por personas que vivan lejos de él. Por esto, si una agrupación le quiere dar este carácter a un lugar que valore, lo único que se necesita es entusiasmar al público local para que lo conozca y recordarle que el sentido de lugar puede atraer a más personas inspiradas en crear un gran destino. Tal es el caso de Parc Guell en Barcelona, Granville Island en Vancouver y Jackson Square en New Orleans.