¿Qué está pasando en Valparaíso?
En estos días se está definiendo el futuro del Borde Costero de Valparaíso. Un tema no menor para cualquier ciudad costera del mundo… un tema no menor para una de las ciudades más emblemáticas de Chile…
Es de esperar que la definición de un tema tan importante como este, haya implicado una gran planificación, actores que vengan tanto desde el Estado, la empresa, la academia y también la ciudadanía. Es de esperar que la conversación del borde costero de una ciudad como Valparaíso, hable de qué es lo que se quiere para esta ciudad, cómo queremos que sean sus espacios públicos, cuál es la relación de sus habitantes – y también visitantes- con el mar, cómo queremos que se cuide su patrimonio, (más cuando estamos hablando de una ciudad patrimonio de la humanidad), cuál es la imagen que queremos de esta ciudad y por supuesto cómo queremos que crezca y se desarrolle.
Sin embargo, nuevamente estamos frente a una conversación a puertas cerradas, donde los plazos políticos y los intereses empresariales cortoplacistas parecen tomar sólo algunas aristas del debate, dejando de lado otras completamente necesarias en el desarrollo a largo plazo de cualquier ciudad, lo que se evidencia en una ciudadanía desinformada que cree que tiene que elegir entre un Mall y una pared de containers, y un grupo de ciudadanos preocupados apoyados por la academia que debe dar su opinión a través de cartas al diario, seminarios y otras instancias, que ninguna autoridad está obligada a considerar, basando el éxito de sus reclamos sólo en el ruido que logren generar.
Pero vayamos por parte: ¿Qué está pasando en Valparaíso?
En marzo de este año la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) adjudicará la licitación del terminal T2, un proyecto que propone construir una plataforma de 8 há frente a la zona patrimonial Unesco, y que debe dar solución al paso de camiones desde el acceso la pólvora hacia la nueva zona de acopio de containers. La propuesta estatal plantea licitar y después de adjudicado, desarrollar la estrategia ambiental de mitigaciones al proyecto, por lo que la información disponible del proyecto, incitó a algunos porteños a realizar simulaciones de cómo se vería el borde costero de Valparaíso de realizarse este proyecto. Así, han surgido imágenes que muestran Valparaíso sin vista al mar, ya que ésta estaría tapada por torres de containers.
Por otro lado, a fines del año pasado al actual operador del puerto TPS, le fue permitido participar en el proceso luego de la definición del TDLC que validó la competitividad regional. Pero además, esta empresa desarrolló una propuesta alternativa ( aquí en pdf ) que sale del polígono establecido por las bases de licitación del T2 y que busca ampliar el puerto que actualmente opera, argumentando que con su diseño se evitaría, en parte, la pared de containers a la que muchos temen.
Sin embargo, la empresa portuaria estatal rechazó considerar esta propuesta, argumentando que los plazos y el lugar a construir deben ser los expuestos en las bases y que de no realizarse a la brevedad esta licitación, se deja a Chile fuera de las rutas interoceánica mas competitivas del próximo siglo. Además argumentan para su rechazo, que el proyecto presentado por TPS crearía un monopolio del puerto. Independiente de si tecnicamente el proyecto planteado por TPS es mejor o no al planteado por EPV, la discusión está cerrada y no hay posibilidad de debate. Nuevamente los argumentos para cerrar la discusión son plazos y bases, pero nada sobre ciudad.
En este contexto de conflicto, el Colegio de Arquitectos local lideró el lanzamiento de un documental que recolectó diversas opiniones sobre la relación puerto Ciudad y expuso públicamente los impactos visuales potenciales (la pared de containers frente a la zona patrimonial), logrando la atención de algunas autoridades y ciudadanos. Además levantaron una carta pública que recolecta firmas para exigir una mejor definición de los impactos de la licitación que hará EPV, que puede visitarse en el grupo de Facebook llamado Puerto para ciudadanos.
Pero todo esto, nada tiene que ver con el Mall. Es una conversación aparte – que aunque está unida a lo anterior por cómo cambiará el borde costero de Valparaíso en los próximos años y porque el terreno dónde se construirá es administrado por EPV – la construcción del mall no tiene relación con cómo se dispondrán las zonas de containers. La discusión no es Mall vs. containers. Y por como van los procesos hasta hoy, Valparaíso tendrá Mall y también más containers frente al borde costero.
El Municipio ha dicho que las obras del mall podrían comenzar en abril y del plebiscito ideado por el Concejo Municipal, no tenemos más noticias.
Así, nuevamente, estamos frente a la particular “planificación” de una ciudad donde la desinformación de los ciudadanos es alarmante y donde el destino de la ciudad está determinado por actores desvinculados, sin el liderazgo de una autoridad clara que siga un plan acordado y estratégico para Valparíso. El liderazgo hoy lo tienen los plazos legales y lo permitido por la ley. “Si todo se ajusta a lo que la ley permite… se puede hacer”, parece ser el único argumento válido. Los resultados de este argumento ya lo hemos visto en los últimos años y determinan el futuro de la ciudad y sus habitantes, sino basta observar los arrepentimientos después del Transantiago o el Mall de Castro.
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