Sequía causa migración y conflictos en IV Región
Trabajadores se van al norte, caen ventas de comercio y regantes acusan robos.
Por Matías Rovano, El Mercurio
En la Región de Coquimbo, más de 12 mil hectáreas tienen problemas de productividad por la falta de agua y los ocho embalses están apenas al 5% de su capacidad. Y en la provincia de Limarí, agricultores y regantes hablan de “la peor sequía en cien años”.
La falta de agua no solo ha obligado a cortar árboles y abandonar campos. En algunas comunas ya hay una importante migración y surgen conflictos.
En Monte Patria, una suerte de “granja” de la región, la mayoría de sus habitantes se relacionan con la agricultura. Y ante la crisis, muchos optan por partir al norte a trabajar a la minería. Según cifras del municipio, siete mil personas ya dejaron la comuna.
“Entenderá que de 32.500 personas que somos, que se nos vayan siete mil es bastante. Eso afecta el comercio… Ellos (comerciantes) plantean que, en algunos casos, han caído sus ventas hasta un 40%. Hablamos de almacenes, negocios y restaurantes, y varios están cerrando. En estos días ya recibí dos cartas donde piden cerrar la patente comercial porque no hay clientes”, dice el alcalde Juan Carlos Castillo.
Mientras, los dueños de locales intentan agruparse para exigir apoyo, porque “es preocupante que la gente que trabaja para nosotros pueda quedar sin empleo”, dice la empresaria María Inés Ogalde. José Manzano, dueño de dos farmacias en el pueblo, afirma que “esto se nota hace como un año. Ahora estamos formando una directiva para tener una estructura y poder influir”.
En Combarbalá ocurre algo similar. Aunque su alcalde, Pedro Castillo, afirma que aún no afecta el comercio, sí se inició un proceso migratorio: “Los jóvenes que tienen alguna capacitación rápidamente migran al norte. Es un efecto que hemos sufrido por las condiciones de sequía. Los salarios no ofrecen competitividad respecto de la gran minería”.
La pelea por el agua
La escasez hídrica también está tomando otros ribetes, agrega Castillo: “Tenemos conflictos en el sector cordillerano. Hay denuncias relativas a que se rompieron bocatomas de canales”.
Julio Godoy, presidente de la Junta de Vigilancia del río Cogotí, comenta que los vigilantes aumentaron de seis a 14: “Estamos ya casi en la instancia de agresiones, todo el mundo quiere regar con más del agua que tiene”.
En el embalse La Paloma, sus administradores presentaron demandas en juzgados de Ovalle por la toma de terrenos del tranque. “Ahora que está casi vacío hay mucha gente que siembra en el embalse, y capta (con motobombas) las aguas que nos pertenecen. Es un robo. No podemos hacer justicia por nosotros, sino que vamos a tribunales”, dice Luis Pizarro, presidente de la comunidad de aguas de los embalses Recoleta y La Paloma.