Una política de integración… para el transporte!
Cada vez con mayor intensidad, las ciudades actuales tienen el enorme desafío del transporte, ya sea privado, público, masivo, sustentable o equitativo, entre otros. Sin embargo primero se hace imprescindible saber cuál es el tipo de sistema de transporte que beneficia de mejor manera a las grandes ciudades, entendiendo que todas deben dar cabida a este problema.
El escenario de la movilidad en Santiago es complejo cuando se analiza desde la perspectiva de los distintos modos de transporte, pero más complejo aún cuando todos estos componentes se analizan como parte de un sistema global. Las reformas y avances que se están produciendo para bicicletas, autos, buses y metro –sin contar los nuevos modos que se espera implementar a corto plazo como los trenes ligeros-, se están desarrollando de manera aislada y no vinculante entre unos y otros, siendo ésta una de las claves para desarrollar sistemas de movilidad urbana más eficientes.
¿Cuáles son los beneficios de una integración de modos en el sistema de transportes capitalino?
Dentro de los cuestionamientos que surgieron a la política nacional urbana, a raíz del diagnóstico que hizo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre las ciudades chilenas, surge la crítica hacia los sistemas de transporte en nuestro país y el problema de la falta de incentivos para captar y mantener pasajeros como usuarios del transporte público.
La OCDE detectó que además de los largos tiempos de viaje y la cobertura insuficiente de transporte para ciertos sectores, existe una falta de coordinación intermodal entre los buses, el metro y otros sistemas.
Bici + Metro
La semana recién pasada se inauguró en Santiago un nuevo sistema de bicicletas públicas que pasará a ser uno de los más avanzados de América Latina.
En el uso de la bicicleta se reconocen una serie de ventajas del tipo ambiental, urbano y de calidad de vida para las personas. Sin embargo, una de las desventajas que tiene la movilidad mediante este sistema, es la imposibilidad de recorrer grandes distancias en una ciudad que se caracteriza por los largos traslados desde el lugar de residencia hacia el lugar de trabajo.
Si bien el informe de la OCDE propone fomentar el uso de la bicicleta, esto sólo es posible en la medida que se genera una infraestructura que permita el aumento significativo del número de bicicletas en las calles, con ciclovías de asfalto y funcionales para traslados a velocidades medias, lo suficientemente distanciadas de los autos y que permitan los viajes intercomunales de sus usuarios. Es frecuente en las cartas al director, que automovilistas y peatones se quejen por la manera en que los ciclistas irrumpen en veredas y dificultan el tránsito, aún cuando no exista la suficiente infraestructura que permita la circulación adecuada de este medio cada vez más utilizado en las ciudades.
En enero de este año, se consolidó en el MERVAL la campaña “Sube tu bici al Metro”, que pretendía poner en valor la bicicleta como medio de transporte y relevar el transporte público como un medio efectivo de integración urbana. Hoy en el metro de Valparaíso pueden subir bicicletas los sábados, domingos y festivos. Si bien este es un gran primer paso para la integración de un eficiente sistema masivo con un modo sustentable, es necesario incorporar en este tipo de decisiones las ventajas que puede traer en días laborales la implementación de esta medida.
Por otro lado, Metro ha iniciado una serie de iniciativas en el último tiempo que apuntan hacia el aumento del número de pasajeros y ahora último a una mejora en la experiencia de viaje de sus usuarios, por lo que es evidente que existe una preocupación por el desarrollo de nuevos avances que se acerquen más a sus necesidades. Dentro de estos acondicionamientos cabe la idea de experimentar con este tipo de complementos, como la implementación de vagones especiales para bicicletas –experiencia que se ha desarrollado en ciudades como Madrid, Londres y Ciudad de México-, que no interfirieran con el transporte habitual de pasajeros. Un paso más adelante.
Autos + Transporte público
Está comprobado que en las ciudades siempre existirán dificultades en los sistemas de desplazamiento cuando estén basados en la utilización del automóvil, y si bien en ciertos puntos de la ciudad la infraestructura vial se encuentra saturada, la solución a la congestión no pasa necesariamente por la construcción y aumento de más infraestructura vial.
Integrar los autos con el transporte público no parece tener muchos puntos de vinculación, sin embargo existen medidas que pueden controlar la congestión y permitir avanzar en la “sustentabilización” del transporte privado. Los sistemas de tarificación vial son una primera alternativa que permitiría bajar los niveles de congestión en sectores de la ciudad que tienen un intenso uso del sistema vial en horas punta, cobrando a los vehículos que transiten hacia estos puntos.
Por otro lado, cada vez con mayor urgencia se hace necesario incitar a los privados a utilizar vehículos sustentables híbridos o a base de energía eléctrica, que puede sustituir el tradicional uso de gasolina.
En cuanto a la integración de sistemas, si bien estas medidas reducirían por un lado la congestión y por otro las emisiones, no solucionan el problema de la interacción de estos dos sistemas de transporte en la ciudad. Para ello es indispensable estimar dentro de las prioridades, la generación de vías exclusivas efectivas para los buses de transporte público en las principales arterias de la ciudad, variable que ha entorpecido el funcionamiento de Transantiago desde su implementación en el 2007.
A pesar de que estas son medidas que pueden favorecer la inclusión de los sistemas de transportes en la ciudad, es necesario generar una visión estratégica consensuada respecto a las necesidades y requerimientos de un sistema de transportes integrado para la ciudad de Santiago. Existe dentro de la experiencia de otros países –en la que destacan varios latinoamericanos-, la aplicación de soluciones homologables a la realidad de Santiago en sus ciudades. Atendiendo al crecimiento actual y nuevas dinámicas de desarrollo, las ciudades tendrán por un largo tiempo el enorme desafío del transporte, por lo que además de los avances en los modos específicos de circulación, se hará necesario pensar una fórmula que permita que estos avances vayan de la mano, aumentando las sinergias y beneficios de su actuar en conjunto.
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