Detroit declara la mayor quiebra municipal de EE.UU.
La ciudad, que fuera símbolo de la economía estadounidense, acumula una deuda superior a los US$ 18.500 millones.
Por El Mercurio
El máximo símbolo de la industria automotriz estadounidense, la ciudad de Detroit, no pudo con la crisis financiera. Así, ayer la metrópolis declaró la mayor bancarrota municipal de la historia estadounidense tras ser incapaz de pagar una década de deuda creciente y población menguante.
Kevin Orr, nombrado por el estado de Michigan como el gestor externo de la ciudad, fue el encargado de solicitar la protección por quiebra bajo el capítulo 9 de la ley de bancarrotas de Estados Unidos. Ahora la Justicia debe decidir si acepta la petición de suspensión de pagos y reestructuración de la deuda por más de US$ 18.500 millones. “El Presidente (Barack Obama) y los miembros del equipo del Presidente continúan observando de cerca la situación en Detroit”, dijo ayer Amy Brundage, funcionaria de la Casa Blanca.
La petición de bancarrota desencadenaría la caída de contrataciones y gastos municipales al mínimo necesario, lo que ha provocado críticas y peticiones para que la que fuera una de las capitales más boyantes del mundo venda muestras de su antiguo esplendor, como sus colecciones de arte o edificios.
Una ciudad en ruinas
La capital del motor lleva en caída libre desde los noventa y, tras nefastas gestiones de alcaldes, a lo que se sumó la crisis financiera de 2008. Así, la que fuera la ciudad ícono del poder industrial estadounidense terminó por condenarse a la suspensión de pagos. La ciudad ha perdido un 60% de su población desde los años cincuenta, hasta en entorno de los 700 mil habitantes, mientras que solo entre 2000 y 2010 experimentó una salida de un cuarto de sus habitantes, convirtiendo a algunos de sus barrios en verdaderas ciudades fantasmas. Además de la caída de contribuyentes y de ingresos, el desempleo, la salida de negocios y empresas ha provocado que las arcas de la ciudad no puedan ingresar lo suficiente para mantener sus compromisos y los gastos de servicios públicos.
El colapso de la ciudad es tal que la tasa de homicidios es la mayor en casi 40 años, las personas deben esperar una media de 58 minutos para que la policía responda a sus llamados. Solo un tercio de las ambulancias de la ciudad funcionan y los autos de policía y carros de bomberos también están en mal estado. Hay 78 mil edificios abandonados, y 40% de los servicios de iluminación no funciona.