María Elena, última oficina salitrera habitada y en actividad, prepara el estreno de su museo salitrero
Por Mario Alejandro Rojas, El Mercurio. (21/09/13)
Campamento minero único en su tipo en la Región de Antofagasta:
Con una inversión de $907 millones, el complejo estará listo este año. Allí se resguardará, junto a la huella de asentamientos humanos de hace 1.500 años, el testimonio industrial.
María Elena está en pleno desierto de Atacama, a 200 km al noreste de Antofagasta. Allí funciona la última oficina salitrera del mundo.
El terremoto 7,7° Richter que azotó a esa región en 2007 causó graves daños en las casas de los trabajadores y en las antiguas edificaciones públicas. También golpeó al barrio cívico que rodea la plaza, con construcciones de 1926 y 1927, todas monumentos nacionales, como la Iglesia San Rafael y el Teatro Metro.
La ex Escuela Consolidada -que estaba desocupada desde 1988- quedó con riesgo de derrumbe. Pero este trozo esencial de la historia de los antiguos trabajadores de la Pampa se va a recuperar. El recinto, que ocupa una manzana, se convertirá en el único museo y centro cultural salitrero del país.
Esa es la iniciativa que impulsa la Municipalidad de María Elena, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y el Instituto de Investigación Antropológica de la Universidad de Antofagasta.
Con una inversión de $907 millones, aportados por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), la reconstrucción registra 90% de avance.
“La ex escuela estaba con un importante deterioro estructural, con desprendimiento y desplome de muros. Está en la última etapa de ejecución, y estimamos que los trabajos finalizarán durante el último trimestre de este año”, explica la ministra de Obras Públicas, Loreto Silva.
La inauguración de esta obra del Legado Bicentenario será en enero o febrero de 2014.
Así, las antiguas salas de clases, de profesores y oficinas administrativas cederán su lugar a muestras de la historia salitrera de la región y exhibiciones arqueológicas. Incluso tendrá oficinas de turismo y cultura, auditorio, tiendas comerciales, cafetería y servicios sanitarios.
“El edificio fue concebido como un gran galpón de estructura metálica, formada por pilares, todo remachado. Su sistema mixto -tierra, metal y hormigón armado- da cuenta de la fusión entre una arquitectura industrial importada (para el salitre) y un modelo local, como es la construcción en adobe”, detalla el arquitecto Eduardo Ahumada, asesor del proyecto.
Vestigio prehispánico
El patio interior, epicentro de recreos y juegos infantiles, será un centro cívico con áreas verdes, sombreaderos y asientos.
“Como país, tenemos una deuda con el patrimonio salitrero, con las maquinarias que ocupó esa industria, que fue el cobre de la época, y el rescate de la forma de vida de los pampinos”, enfatiza el alcalde Jorge Godoy.
“El museo marcará un hito en nuestro proceso de dejar de ser un campamento y evitar el despoblamiento”, añade. En poco más de dos años, dice, los habitantes bajaron en más de mil, para llegar a las siete mil personas
La muestra arqueológica permanente, además del salitre, destacará el rol de los primeros pobladores de la zona.
“Incluiremos vestigios de cazadores, recolectores e incipientes agricultores, de los que tenemos registros de una data de hasta 1.500 años”, detalla el antropólogo Agustín Llagostera, de la U. de Antofagasta.
Entre ellos, dice, estará la cultura de Chacance, ubicada junto al cercano río Loa, y sus conexiones con pueblos de la costa y la zona andina.