China tiene previsto 250 millones de personas más viviendo en ciudades para el 2025
El gobierno Chino está impulsando un plan con el que pretende mover 250 millones de personas desde áreas rurales a ciudades en los próximos 12 años.
El gobierno ha estado arrasando pueblos antiguos, templos y tradicionales barrios, al mismo tiempo que pavimenta tierras agrícolas para dar paso a megaciudades que aumenten la capacidad de habitantes de las ciudades China en la próxima década, en un numero cercano a la población urbana total de la EE.UU.
Durante décadas, el Partido Comunista Chino insistió en que los campesinos, incluso los que trabajan en las ciudades, estuvieran vinculados a parcelas de tierra con el fin de garantizar la estabilidad política y económica. Hoy, sin embargo, con la amenaza de una desaceleración de la economía, el partido ha revertido su posición, con la esperanza de encontrar nuevas fuentes de crecimiento nacional. China está buscando una manera de reestructurar su economía, para ser más independiente y depender menos de la exportación.
Su solución: el consumismo doméstico.
Los que viven en las comunidades rurales en China son en gran medida autosuficientes, viven de la tierra y requieren muy poco en términos de infraestructura y transporte. Al exigir esta rápida urbanización – y el cambio radical desde la producción hasta el consumo- el gobierno cree que habrá un sinnúmero de nuevas oportunidades para las empresas ligadas a la construcción, transporte, servicios públicos y fabricación de electrodomésticos. “Si la mitad de la población de China se inicia en el consumo, el crecimiento es inevitable”, dijo Li Xiangyang, subdirector del Instituto de Economía y Política Mundial, parte de un instituto de investigación gubernamental. ” Y en este momento están viviendo en las zonas rurales en las que no consumen.”
Pero este enfoque de extrema urbanización y modernización puede ser peligroso. En países como Brasil y México, donde la urbanización también se ve como el vehículo para el crecimiento económico, los barrios marginales se expandieron y el desempleo se aferra a la clase baja recién reubicada. Si China quiere tener éxito en su tarea, debe tener los fondos suficientes para la construcción de nuevas carreteras, hospitales, escuelas y centros comunitarios, así como también debe proporcionar educación, salud y pensiones a los ex-agricultores. El gobierno tendrá que coordinar entre varios ministerios y de alguna manera buscar un equilibrio en los derechos generados por sus políticas. Todo lo anterior podría salirle extremadamente caro.
En su conferencia de prensa inaugural, el nuevo primer ministro del país, Li Keqiang, advirtió que se necesitaría un buen número de cambios legales “para superar diversos problemas generados por la urbanización”. Estos problemas podrían incluir el desempleo, más protestas de los agricultores que no cooperan, una subclase permanente en las grandes ciudades chinas y la destrucción de la cultura rural y la religión – por no hablar de la destrucción (ya en marcha) de la ciudad tradicional china.
Al día siguiente de que el arquitecto chino Wang Shu recibiera el Premio Pritzker en Mayo de 2012, volvió al barrio donde creció en la vieja Beijing, y descubrió que estaba en proceso de ser demolido. Este barrio – llamado “Hutong” – era un laberinto de calles estrechas y tradicionales casas con patio que una vez caracterizaron a la trama urbana de una ciudad china, y ahora, sin embargo, se están transformando rápidamente en extensas manzanas, con rascacielos copiados idénticamente de ciudades modernas de Occidente .
“Las ciudades de hoy se han convertido en ciudades demasiado grandes”, dijo Wang en una entrevista en abril. “Estoy muy preocupado, porque está sucediendo demasiado rápido y ya hemos perdido mucho.”
Al mismo tiempo que la intensa urbanización China ha causado una destrucción irreversible de gran parte del rico pasado arquitectónico y urbano del país, también ha creado y sigue creando un sinnúmero de oportunidades para el diseño innovador. Con tantos planes y proyectos a la espera de ser desarrollados, es natural que China se esté convirtiendo en un país cada vez más fascinante para el mundo de la arquitectura. Pero, ¿qué precio se debe pagar, cuántos sacrificios deberán realizar 250 millones de vidas en los próximos años?
Fuentes: New York Times, Bloomberg
Vía Archdaily.com