12 ideas para hacer ciudades más amigables con los niños
El camino entre la casa y el colegio es uno de los primeros acercamientos de los niños con su ciudad. Dependiendo de cómo lo hagan -a pie, en auto, en bicicleta o en algún transporte público- cambia lo que saben de su entorno y cómo lo ven, tal como se obtuvo en un estudio de la Universidad de Aarhus (Dinamarca). Éste demostró que un niño que va al colegio a pie o en bicicleta sabe más de su barrio y tiene niveles de concentración más altos durante las cuatro horas posteriores en comparación con otro niño que va en auto.
Sin embargo, como las calles no siempre son seguras para los niños, lo más común es llevarlos en auto, aumentando así la congestión vehicular. Para disminuir esto y hacer que las ciudades sean lugares más entretenidos y amables con los niños, en donde tengan la seguridad para trasladarse y puedan interactuar con su espacio, el diseñador y promotor de la cultura ciclista, Chris Bruntlett creó 12 ideas que ayudarían.
1. La calle como un patio
Si las veredas tuvieran algunos sectores con juegos infantiles, los niños se sentirían más cómodos como si estuvieran en un parque. Según Bruntlett, lograr esto puede ser tan fácil como colgar un columpio desde un árbol, tal como se puede ver en la calle Irving de San Francisco.
2. Espacios para andar en bicicleta
Comúnmente, cuando los niños andan en bicicleta, patines o skate, lo hacen en las calles menos transitadas y en los parques, lo que ha hecho que no se familiaricen con la bicicleta como un medio de transporte. Esto se explicaría por los pocos espacios seguros que existen y que contrasta con lo que están haciendo ciertas ciudades, como Santiago y Concepción, en el caso de Chile, en donde los domingos se cierran ciertas calles a los autos para que la gente pueda correr, trotar o pasear en bicicleta.
3. Parklets para todos
Cuando se realiza Park(ing) Day, los estacionamientos de autos que están en las calles son intervenidos durante un día como si se tratara del patio de la casa. En este sentido, lo más común es colocar mesas de cafés y restaurantes que si bien cambian el panorama, no incluyen completamente a los niños. Por este motivo, una buena idea es extender la vereda a los estacionamientos de los autos y colocar juegos, asientos y racks para bicicletas, parecido al parklet que se hizo en Spring Street, en Los Ángeles.
4. Cruces peatonales más entretenidos
Sobre las rayas de un cruce peatonal –o paso de cebra- en Montreal, se escribieron diferentes palabras para que los niños se entretuvieran más mientras recorren la ciudad. De paso, se logró que los automovilistas anduvieran más lento y estuvieran más atentos.
5. Instrumentos musicales en las calles
Durante el verano pasado, en Montreal, se colocaron cuatro pianos en algunas plazas, una intervención similar a “Play me, I’m yours” que consistió en instalar 20 pianos en diversos lugares de Santiago. La respuesta de la gente al encontrarse con un piano en la calle es inmediata, por lo que con esto se logra que los niños conozcan este tipo de intervenciones, se acerquen a la música y compartan con otras personas.
6. Recuperación de los pasajes
Los pasajes, como los que hay entre los edificios, son un espacio que se puede recuperar y dejar para que los niños jueguen. El pasaje de la foto de arriba está en Vancouver y hoy es un espacio para jugar luego que fuera pintado.
7. Valorar el arte callejero
Caminar y “leer la ciudad” es posible si se miran bien las frases, graffitis y murales que hay en las calles y que le dan un momento de reflexión a un paseo. Para ejemplificar esto, Bruntlett cuenta que durante el verano visitó junto a su familia los poemas del proyecto “Main Street Trail” que fueron pintados en la avenida principal de Vancouver.
8. Repensar los estacionamientos en superficie
Un estacionamiento en superficie es un espacio perdido si se toma en cuenta lo que se podría hacer ahí y la gente que esto atraería. En Long Beach, hay un caso de este tipo, ya que en donde había un banco se colocaron mesas, quitasoles y juegos para niños.
9. Almuerzos en la calle
En nuestro artículo “Cómo observar el comportamiento humano en las ciudades”, les contamos que la percepción de la seguridad de un barrio está influenciada por si los cafés y restaurantes tienen mesas en las veredas. Es por esto que Bruntlett propone que los niños almuercen en las terrazas de los locales para que se sientan más seguros en espacios abiertos y compartan con más gente.
10. Acceso al agua
Donde sea que haya agua, los niños siempre van a querer jugar con ella. Por esto, una buena opción es llevarlos a los parques que tienen juegos de agua y que para Bruntlett son “un maravilloso oasis urbano en el corazón de la ciudad”, sobretodo en aquellas ciudades que no tienen playas ni lagos.
11. Detalles que rompen la rutina
Contar con parques y plazas que sean interactivas es lo ideal para que los niños jueguen y se entretengan. Para que esto sea posible, lo mejor es incluir pequeños detalles, como una escalera que suene al subir y bajar por ella, y que permitiría recordar cómo fue una visita a un lugar.
12. Limitar el espacio de los autos
Cualquier medida que restrinja el uso del auto es visto por Bruntlett como una opción real para lograr que los niños se sientan seguros, puedan jugar tranquilamente en las calles y hacer de las ciudades lugares más amigables. Por esta razón, considera disminuir el número de pistas para autos, reducir los límites de velocidad y aumentar los discos “Pare”.
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