Orrego: “Espero ser el último intendente designado de Santiago”
A las 17:27 horas de ayer, mientras la gente se acercaba a La Moneda para ver a la Presidenta Bachelet, en la Intendencia Metropolitana -ubicada a un costado del Palacio de Gobierno- asumían el nuevo intendente de Santiago, Claudio Orrego (DC), y los 34 consejeros regionales, que fueron elegidos por primera vez a través de voto popular, en noviembre de 2013.
Fue a propósito de ello que, al momento de dar su discurso, Orrego declaró su esperanza de ser “el último intendente designado de Santiago, y que el que me suceda, que sea electo por la ciudadanía”. Para cumplir esto, dijo que era esencial convocar a la comisión de descentralización que está dentro de las 50 primeras medidas propuestas por Bachelet.
Orrego recibió el mando de manos de la intendenta Adelaida Mendoza -que había asumido el jueves, cuando Juan Antonio Peribonio renunció para integrar el Consejo de Defensa del Estado- y durante la ceremonia anunció que una de sus primeras medidas sería visitar todas comunas de la región, para analizar sus situaciones en particular.
“Santiago es la región menos región de Chile. Tenemos 52 islas (comunas) y no hemos sido capaces de tener una visión en común”, aseguró el intendente, quien llamó a los consejeros, alcaldes y concejales a trabajar con altura de miras para mejorar Santiago.
También el nuevo jefe regional aseguró que trabajaría para modernizar el trabajo que se realiza en la intendencia y para transparentar las decisiones que los consejeros tomen en sus sesiones. “Queremos que toda la información esté en línea (en internet) y que cualquier persona de cualquier comuna pueda acceder a toda la información del Gobierno Regional”, dijo.
Orrego además comentó que tomaría como ejemplo a Benjamín Vicuña Mackenna, intendente de Santiago entre 1872 y 1873, cuyas obras de remodelación de la capital -como el cerro Santa Lucía- se mantienen en pie 140 años después.
Por último, el intendente se refirió a la primera marcha que enfrentará Bachelet, convocada para el 22 de marzo, asegurando que la nueva administración “va a respetar el derecho a manifestarse. Habrá que ver cuáles son los mejores recorridos. Pero en principio, este gobierno no negará marchas. Sí pedirá que los que participen respeten a los demás santiaguinos”.