Carta por posible demolición de casa diseñada por Carlos Bresciani, Premio Nacional de Arquitectura

En la calle Brown Norte (Nº 382), en Ñuñoa, hay una casa que se caracteriza por tener una escalera de caracol en su antejardín.

Sobre esta casa, que está deshabitada desde hace unos meses, un grupo de estudiantes de arquitectura y derecho escribió una carta que está circulando a través de Facebook y que trata sobre la posible demolición a la que se enfrenta para construir en el lugar los estacionamientos de una iglesia que está atrás. 

Si bien la casa construida en 1937 no cuenta con protección patrimonial, es una obra que representa el movimiento moderno en Chile. Fue diseñada por Carlos Bresciani, ganador del Premio Nacional de Arquitectura en 1970 y quien conformó la oficina B.V.C.H., (Carlos Bresciani, Héctor Valdés, Fernando Castillo y Carlos Huidobro).

Entre las obras emblemáticas de esta oficina se encuentran la Villa Portales y la Universidad Técnica del Estado (actual Universidad de Santiago) en Estación Central, las Torres de Tajamar en Providencia que diseñó junto a Luis Prieto Vial, y el ex Estadio y Casino en Arica.

Lee la carta a continuación.

“Estamos indignados. No podemos creer que sigamos permitiendo la destrucción del patrimonio arquitectónico de la comuna de Ñuñoa.

Varios vecinos de la cuadra de Brown Norte se están preguntando qué pasará con la emblemática casa blanca, reconocida por su escalera de caracol en el antejardín. Lleva varios meses deshabitada.

Como siempre nos llamó la atención su belleza, averiguando un poco supimos que el arquitecto que diseñó el inmueble fue Carlos Bresciani, Premio Nacional de Arquitectura en 1970 y arquitecto participante en el diseño de importantes obras del movimiento moderno, como las Torres de Tajamar, la Villa Portales, etc.

Preguntando a los vecinos supimos que la casa será utilizada como estacionamiento de una institución religiosa ubicada atrás de dicho inmueble, lo que era evidente ya que anteriormente dos casas habían sido demolidas y actualmente son estacionamientos de esa iglesia.

Parece insólito destruir una casa ícono del comienzo del movimiento moderno, construida en 1937. Así es como lo urgente (estacionamientos) le gana a lo importante, como es la cultura, patrimonio e identidad de la comuna de Ñuñoa.

Es posible que, aún gestionando una posible detención de dicha demolición, no lo logremos, pero al menos parece importante que TODOS lo sepan. De alguna manera, que sea de conocimiento general podría ayudar, en un futuro, que se salven de la destrucción otros patrimonios (no declarados como tal institucionalmente).

Como amantes de nuestro barrio, hacemos un llamado a que abramos los ojos ante lo que pasa alrededor de nuestras casas y vecindarios, y empecemos a denunciar este tipo de situaciones antes de que sea demasiado tarde.

Todo tipo de ideas, ayuda o comentario es muy bienvenido. Siéntanse libres de difundir, y tomar la causa como suya, porque nos compete a todos la mantención de la cultura, en diversas escalas. Ayudemos entre todos a mantener la identidad de la que tanto nos jactamos, porque si seguimos en este camino, de repente despertaremos con una grúa encima. ¡A MOVERSE!”.

Firman:

– Alberto Peñaloza Aspée, estudiante arquitectura PUC.
– Francisca Santamaría Cáceres, estudiante arquitectura UDP.
– Fran Silva, estudiante derecho UDP.

La publicación original de la carta se puede ver aquí. Además, los estudiantes lanzaron una campaña en Change a través de la que están reuniendo firmas para evitar la demolición de la casa.

Frente a este caso, en el que son los propios ciudadanos quienes deciden defender públicamente una construcción que no cuenta con protección patrimonial, cabe preguntarse: ¿quién define lo que es patrimonio?, ¿es un aporte a la ciudad que esta casa se reemplace por un estacionamiento?, ¿cómo se respeta el apego de los vecinos hacia una propiedad privada que es legado de un movimiento arquitectónico?, ¿cuál es la protección que se les otorga a las obras de profesionales premiados a nivel nacional?