Columna: Conservación participativa, el ejemplo del río Erren en Taiwán

Por Daniela Hidalgo, Arquitecta. Máster en Arquitectura y Planificación Rural. Candidata a Doctorado en la Universidad de Tsinghua en Beijing. Ha trabajado en las oficinas del arquitecto japonés Kengo Kuma. Actualmente es investigadora en la Universidad de Tsinghua, Beijing.

Este es un proyecto que participaron alrededor de 17,000 personas, la comunidad siendo la protagonista del cambio. Foto de la comunidad tomada en el 2007.

Este es un proyecto que participaron alrededor de 17,000 personas, la comunidad siendo la protagonista del cambio. Foto de la comunidad tomada en el 2007.

El río Erren, que corre a través de Kaohsiung, en el Condado de Tainan en Taiwán, es un ejemplo a nivel mundial para la conservación participativa, ya que sus habitantes fueron los actores principales en el proceso de conservación. Hace diez años, Erren era el río más contaminado de Taiwán; todo lo que vivía en el río había desaparecido debido a los desechos tóxicos de las industrias. Durante los últimos nueve años, la comunidad, la organización ambiental local y el gobierno juntaron esfuerzos para eliminar la contaminación y recrear humedales y manglares, que ahora atraen a turistas locales y extranjeros. Hoy en día, los manglares albergan diversas especies de aves y crustáceos, como la garceta grande, la garceta común, el martín pescador y el cangrejo de patas gruesas.

Hasta la década del cincuenta del siglo pasado, las costas del río Erren eran un lugar de reunión para los lugareños. Guendu Xue comenta que, en ese tiempo, las caminerías y el puente eran de bambú (material local); pero fue reemplazado con un puente de hormigón en los años sesenta. Entre los años setenta y noventa, durante el desarrollo industrial de Taiwán, las industrias no tenían responsabilidad ambiental, y botaban desechos tóxicos al río sin cumplir ninguna regulación. El resultado fue crítico: en 1995, la comunidad en Tainan no podía pescar, todo había muerto en el río. Como consecuencia, las personas perdieron sus puestos de trabajo de pesca y migraron a las ciudades, principalmente a Taipéi.

Rescate de su identidad ambiental

Durante mi visita al centro comunitario, conocí sobre el proyecto de conservación que comenzó a partir de 2007. Alrededor de 17.000 personas participaron en el proyecto de conservación del río Erren. Además, fueron parte del proceso escuelas y organizaciones locales. Los lugareños participaron en talleres sobre cómo recrear los manglares en función de sus recuerdos y recursos locales. Durante el taller, la comunidad fue el actor clave para el diseño y planificación de los humedales. En el centro de la comunidad, se conservan algunos de los artefactos que se encontraron durante la limpieza del río, tales como tarjetas madre de los computadores y metales. Ahora, el río es nuevamente un lugar de reunión para la comunidad, la biodiversidad de la ecología natural se ha revitalizado, y los materiales locales, como el bambú, son parte del entorno físico.

Los humedales del río Erren en la actualidad, Foto tomada por la autora durante visita, 2015.

Los humedales del río Erren en la actualidad, Foto tomada por la autora durante visita, 2015.

Resultado: jóvenes comprometidos con el cambio. Durante el proceso de conservación, que ha durado alrededor de diez años, la gente se ha comprometido con su entorno natural y ahora son los guardianes de sus tierras. Como resultado, hoy en día la nueva generación ha desempeñado un papel de liderazgo en el cuidado de su comunidad y la ecología. Este es el caso de los Humedales Jiading en la misma ciudad. Esta organización está compuesta por un grupo de jóvenes que desde hace un año y medio se encargan del proceso de conservación de los humedales. Los fundadores de esta organización son Li Zhi – Yu, Shr Jiun-Ting, Lin Yong-Sing y Shr Song-Yu. Acerca del compromiso de Humedales Jiading, Li Zhi-Yu comenta lo siguiente: “Cuando participamos en una organización de estudiantes de nuestra universidad que se refiere a los problemas sociales, tomamos conciencia ambiental. Más tarde, decidimos organizar un grupo y hacer algo por nuestra ciudad. El objetivo de nuestra organización es preservar los humedales de Jiading”.

Con participación comunitaria y convicción es posible el cambio

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El río Erren es un ejemplo de conservación y rescate de identidad ambiental por medio de la participación comunitaria. Después del proyecto de conservación del río Erren, los residentes están trabajando en la mejora de su comunidad para lograr un desarrollo sostenible en todo el sector. Como resultado, la juventud está trabajando ahora en conservar otros sitios en su comunidad. Sin duda, por medio de participación comunitaria y convicción todo cambio es posible. Este esfuerzo recuerda a una frase de Margaret Mead: “Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos pensantes y comprometidos pueden cambiar el mundo. De hecho, son los únicos que lo han logrado”.

Referencias:

Building and Planning Research NTU, (2015).
Visita al Centro Comunitario del río Erren.
Hester, R,y Mcnally, M (2015). Seminario de la Universidad Nacional de Pingtung.
Juventud Jiading (https://www.facebook.com/JiadingWetlandsYouth).
Li Zhi-Yu (2015). Miembro de Juventud de Jiading. Entrevista por correo electrónico.
Xue, Guendi (2015). Cineasta y parte del grupo 1 del seminario de la Universidad de Nacional de Pingtung en Tainan. Entrevista personal.