El arquitecto chileno Alejandro Aravena recibe el Pritzker 2016, el premio de arquitectura más importante del mundo
El arquitecto Alejandro Aravena fue elegido como el ganador de la edición 2016 del Premio Pritzker, convirtiéndose en el primer chileno en recibir este premio considerado el Nobel de la arquitectura.
Destacando su capacidad de ampliar el campo de acción del arquitecto para concretar soluciones que permitan mejorar los entornos urbanos y hacer frente a la crisis mundial de vivienda, el jurado seleccionó a Aravena como ganador, quien con 48 años de edad, no sólo presenta una nutrida producción de obras privadas, públicas y educacionales en Chile, Estados Unidos, México, China y Suiza, sino que ha logrado construir -a través del Do Tank ELEMENTAL– más de 2.500 unidades de vivienda social, involucrándose en el ámbito de las políticas públicas habitacionales y tomando las reglas del mercado como una oportunidad de generar un impacto real y de gran alcance.
“Alejandro Aravena personifica el renacimiento de un arquitecto comprometido con la sociedad. (…) Tiene un profundo conocimiento de la arquitectura y la sociedad civil, como se refleja en sus escritos, en su activismo y en sus diseños. El papel del arquitecto está siendo desafiado para servir mayoritariamente a necesidades sociales y humanitarias, y Alejandro Aravena ha respondido a este desafío de forma clara, plena y generosa”, manifiesta el acta del jurado.
Esta en una gran noticia para Chile y sus ciudades, ya que Alejandro Aravena, ha desarrollado gran parte de su carrera poniendo énfasis en la importancia en el diseño de la vivienda social y su emplazamiento. Además de diseñar e idear desde su oficina ELEMENTAL espacios públicos de calidad como el Parque Bicentenario de la Infancia, el Paseo Zócalo metropolitano en el Parque Metropolitano de Santiago y los planes maestros urbanos PRES Constitución y Calama Plus.
La importancia de la planificación de nuestras ciudades y sus espacios públicos cobra cada vez más importancia en todo el mundo y especialmente en América del Sur, donde habitan más de 400 millones de personas -el 6% de la población mundial-, de las cuales más de un 80% ha abandonado el ámbito rural para trasladarse a vivir en zonas urbanas1 . Esto ha generado un alto déficit de vivienda en toda la región, y al no haber respuestas claras frente a este proceso, las ciudades se han ido colmando de asentamientos informales difíciles de manejar una vez consolidados.
Paradójicamente, y a pesar de convivir día a día con esta situación, el general de los arquitectos locales parece no estar realmente ocupado en hacerse cargo de ese desafío. Y es por eso que premiar a Alejandro Aravena en este momento podría considerarse casi un llamado de atención para los arquitectos y una positiva invitación a enfocarse nuevamente en lo elemental.
Que el Premio Pritzker recaiga por primera vez en la historia en un arquitecto chileno, también es un reflejo del buen momento por el que pasa la arquitectura de nuestro país. Un país de 17.4 millones de habitantes que desde hace varios años viene siendo destacado por el notable trabajo de sus arquitectos. Como señalaba hace algunos meses un artículo en Los Angeles Time, la arquitectura chilena comenzó a ejercer una amplia influencia en otros arquitectos alrededor del mundo a través de una serie de obras puntuales, presentando un impecable y sencillo uso de los materiales, y una adecuada incorporación a sus respectivos paisajes o entornos urbanos.
Luego de premiar a Shigeru Ban en 2014, a Frei Otto en 2015 y a Alejandro Aravena en 2016, el Premio Pritzker muestra una cierta tendencia a destacar arquitectos que han traspasado los límites tradicionales de la disciplina, transformándose en una figura más bien universal, capaz de influir en aquellos ámbitos que permitan que las soluciones a las problemáticas más urgentes de la sociedad puedan concretarse y -más importante aún- replicarse.
“El equipo ELEMENTAL participa en todas las fases del complejo proceso de proporcionar viviendas a los más necesitados: colabora con políticos, abogados, investigadores, residentes, autoridades locales, y constructores, con el fin de obtener los mejores resultados posibles para el beneficio de las personas y la sociedad. (…) Este enfoque creativo amplía el ámbito tradicional del arquitecto y transforma el profesional en una figura universal, con el objetivo de encontrar soluciones verdaderamente colectivas para el medio ambiente construido”, agrega el acta del jurado.
Más información sobre Alejandro Aravena, sus obras, publicaciones y los detalles de la entrega del Premio Pritzker 2016 en Plataformaarquitectura.cl
Texto en colaboración con José Tomás Franco.
- Porcentaje obtenido a partir de los datos publicados por el Banco Mundial en su sitio web oficial. Disponibles en http://datos.bancomundial.org/indicador/SP.URB.TOTL.IN.ZS/countries?display=default [↩]
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