Cementerio Católico de Santiago es declarado Monumento Histórico!
Durante el siglo XIX, el antiguo sector de La Chimba en la zona norte de Santiago, empezó a acoger cementerios y hospitales que en ese entonces se consideraba que era mejor que estuvieran en las afueras de la ciudad para cuidar la salud pública.
Esto es lo que en parte explica que en la comuna de Recoleta estén tan cerca entre sí el Cementerio General, el primer cementerio público de Chile inaugurado en 1821, y el Cementerio Católico de Santiago, que partió su construcción en 1878, transformándose en el segundo camposanto más antiguo del país.
Recientemente, este último cementerio ubicado en la calle Arzobispo Valdivieso Nº 555, en Recoleta, fue declarado por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) como Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico, luego de aprobar una solicitud presentada por el arquitecto Tomás Domínguez Balmaceda, quien se ha dedicado a poner en valor el patrimonio de históricos necrópolis de la capital.
La primera etapa del Cementerio Católico fue realizada en 1878 por el arquitecto francés Paul Lathoud, quien también estuvo a cargo del Palacio Cousiño y del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN). A este sector, en la década de 1920, se le agregó una nueva superficie que conforma el sector fundacional de camposanto.
Los valores artísticos e históricos del cementerio que se reconocen en el decreto de la declaratoria aprobada por el CMN y posteriormente por el Ministerio de Educación, son que este lugar refleja la separación que tuvo la Iglesia Católica del Estado (materializada en la Constitución de 1925) y que es el más grande y antiguo de Santiago para los fieles católicos.
En términos urbanos, destaca por estar diseñado como un monasterio -a diferencia del Cementerio General que se asemeja a una ciudad- y su cercanía a otros Monumentos Históricos como el Casco histórico del Cementerio General y el Hospital San José que a su vez da cuenta de las teorías higienistas de la época.
Asimismo, presenta una tipología de edificio fúnebre que el Consejo describe como “única de arquitectura funeraria en el contexto nacional”. Esto da lugar a “una organización espacial monacal en base a patios y claustros, distribuida simétricamente, con una iglesia como eje y elemento articulador, con claustros que albergan las capillas familiares o los nichos individuales”.
Por último, el valor de las esculturas distribuidas en su interior son otro elemento característico del cementerio que justifica su declaratoria y que también da hincapié para visitar este lugar en donde es posible vincularse con parte de la arquitectura, el arte, la cultura y la historia nacional.