La disímil realidad de los choferes en los puntos de regulación del Transantiago
Según la autoridad, existen 55 puntos sin las condiciones necesarias para sus trabajadores:
Mientras que en Las Condes los conductores cuentan con instalaciones de primer nivel, en muchos lugares de Santiago sus colegas ni siquiera tienen baños propios.
Son casi las diez de la mañana, y mientras una ola de frío invade la capital, Juan, conductor del servicio 108 del Transantiago, le da un profundo sorbo a su vaso de café. Con su otra mano sostiene un completo, y mientras habla no deja de tambalearse para soportar de mejor manera la baja temperatura.
“Esta es mi dieta ahora. Me alimento de puros completos. Ahora, imagínate cómo es cuando llueve”, dice con resignación, mientras un hilo de mayonesa escurre entre sus dedos.
El termómetro no supera los cinco grados y este hombre no tiene otra opción que tomar su desayuno en plena calle.
Como él, otros conductores esperan su turno en un punto de regulación de La Florida, uno de los espacios destinados por el operador -en este caso Alsacia- para coordinar la salida de los buses y optimizar la frecuencia de los recorridos.
Por tratarse de la vía pública, sin embargo, estos conductores desarrollan su rutina con todos los inconvenientes que significa no tener un espacio físico para comer o descansar.
La misma escena se repite en Arturo Prat con Concha y Toro, en Puente Alto, un punto de regulación de STP Santiago.
“Cuando hace frío es más complicado. Ahora al menos tenemos acceso a un baño, pero muchos de nosotros comemos algo a la rápida arriba de los buses. De hecho, en otros recorridos, nuestros colegas no tienen ni siquiera baños”, dice uno de los conductores del servicio 213e.
Panorama opuesto
A la misma hora, pero en condiciones completamente diferentes, un grupo de trabajadores de la empresa Metbus se dispone a tomar desayuno en un recién inaugurado punto de regulación en Las Condes.
El lugar fue presentado este lunes, gracias a un convenio entre el municipio y el Ministerio de Transportes que impulsó la construcción de un recinto que cuenta con las comodidades que deberían existir en otros puntos de regulación: comedores, baños, cocinas y espacios para descansar.
Sin embargo, la falta de infraestructura, terrenos y financiamiento ha sido un obstáculo para lograr mejoras laborales en el resto de la capital.
“Tenemos que lograr un estándar alto para los conductores, residentes y pasajeros. No podemos evitar tener puntos de regulación, pues sin ellos se perjudica la calidad del servicio que se entrega, por eso también pedimos comprensión a la ciudadanía. Por cierto, estamos trabajando en los puntos más críticos de la capital”, detalla el ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo.
En todo Santiago, según la autoridad, hay unos 55 puntos críticos en los que los buses regulan sus frecuencias en plena calle y es la zona oriente de Santiago el área con menor cantidad de terminales. Por esa razón, el ministerio promueve la implementación de, al menos, ocho puntos más de regulación en Quilicura, Renca, el barrio Franklin, Santiago y Puente Alto.
MejorasEl Ministerio de Transportes está promoviendo la construcción de mejores puntos de regulación en varias comunas de la capital.