Los Hoyos de Santiago se Tapan con Azufre
La curiosa noticia de la existencia de un compuesto denominado hormigón de azufre, desarrollado en Chile, ha sorprendido. La empresa que posee su patente lo promueve como una opción para cubrir los innumerables hoyos de las calles, debido a su rápido fraguado. Esta propiedad permitiría instalarlo durante la noche, a diferencia del hormigón de cemento, que requiere interrumpir el tránsito para las reparaciones, ya que tarda más en fraguar.
Existen investigaciones sobre hormigones de azufre en Europa y EE.UU., pero la contribución chilena, desarrollada originalmente en Codelco, fue descubrir un aditivo que mejora sus características físicas; esa empresa deseaba aprovechar las grandes cantidades de ácido sulfúrico generadas por el proceso de refinación del cobre, ácido que se puede transformar en azufre.
Al agregar a éste —incluso con impurezas— el estabilizador, se produce un polímero de azufre que, al ser mezclado con áridos (arenas y grava), forma un hormigón con buenas propiedades de resistencia a la corrosión, a la tracción y a la compresión, así como de durabilidad. Estas características y su rápido fraguado originan un material de construcción que aventaja en algunas dimensiones a los hormigones ordinarios.
Codelco actualmente utiliza estos hormigones como revestimiento de los estanques de flotación y en las pilas de lixiviación de los concentrados de cobre. Incidentalmente, también se lo usa en el suelo de los criaderos de aves, debido a su resistencia a los químicos contenidos en sus fecas. Posteriormente, Codelco transfirió la patente a una empresa especializada en hormigón para su desarrollo y comercialización; ésta ha propuesto utilizar este producto para tapar los hoyos en las calles.
Pese al entusiasmo de sus promotores, no es evidente que pueda utilizarse para todas esas reparaciones. Expertos estiman poco probable que sea apropiado para los pavimentos de asfalto, debido a que las características de ambos materiales impedirían una unión permanente y porque su velocidad de instalación no le daría ventajas sobre el asfalto. En el caso de los pavimentos de hormigón, en cambio, las perspectivas son buenas: el rápido fraguado implica que se puede recuperar el pavimento durante la noche, sin estorbar el tránsito, y las características de ambos hormigones son compatibles, lo que les permite trabajar bien en conjunto. Este interesante desarrollo tecnológico demuestra que en Chile, aunque en escaso número, es posible producir innovaciones.