El nuevo polo de Milán

Libeskind, Zaha Hadid y otros crearon un polo urbano de 30 hectáreas destinado a ser la gran atracción de la ciudad.

Milán es la segunda capital de Italia y su centro industrial y comercial. Si Roma evoca la historia, la cultura y el arte, Milán representa la cara más contemporánea del país: el diseño, la moda y el sello “Made in Italy”. Por eso, ni hace falta destacar la trascendencia de proyectar un polo urbano en esa ciudad.

El Barrio Histórico de la Feria de Milán tendrá una cara nueva debido a que el complejo ferial, escenario de las más prestigiosas exposiciones internacionales, se mudó este año a una nueva locación. Y dejó libre un área de 255 mil metros cuadrados donde se levantará un nuevo polo urbano, proyectado por un verdadero Dream Team de la arquitectura: Daniel Libeskind, Zaha Hadid y Arata Isozaki, más el turinense Pier Paolo Maggiora. Este emprendimiento será desarrollado por el consorcio privado City Life, nuevo propietario del predio tras haber ganado el concurso por proyecto y oferta económica.

Los arquitectos aseguran que la estrategia del mismo es simple y directa. Por un lado, se crea un nuevo barrio alrededor de un gran parque central. Por otro, se propone levantar un conjunto edilicio de gran envergadura compuesto de tres torres de formas audaces, destinado a convertirse en un hito.

Uno de los elementos vitales del proyecto ganador es un inmenso parque, que ocupa la mitad del predio y funciona como un tejido conectivo para todo el sistema: genera espacios públicos y crea una variedad de ámbitos abiertos de escalas diversas, desde la gran plaza ubicada en el centro hasta los patios verdes más reservados de las viviendas. El parque busca establecer un lazo de continuidad urbanística con el tradicional e inmenso Parque Sempione, contiguo tanto al predio como al centro histórico de la ciudad.

En cambio, las tres altas torres diseñadas respectivamente por Libeskind, Hadid e Isozaki, constituyen y simbolizan lo más poderoso de la transformación urbana. Sobre este punto, los proyectistas enfatizan que estos edificios intentan ser “expresión de un sentimiento europeo original, y no copias tardías de los rascacielos estadounidenses”. Desde el punto de vista del Master Plan, las torres están estrechamente ligadas a la zona de tránsito y de acceso al predio, funcionan como un nodo de circulación donde confluyen todos los senderos peatonales que atraviesan el parque y en un sentido más profundo, los proyectistas se refieren a la creación de este nuevo polo de atracción como la invención de un “hiperlugar”, neologismo que se opone obviamente al ya famoso “no-lugar”, el sitio sin identidad, un producto genuino de la globalización.

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