Así se hace: Recuperando Infraestructuras
Por Felipe De Ferrari
En Manhattan, el asunto del peatón es serio. El 69% de la gente que va de compras a este sector, se moviliza a pie (sólo el 6% en auto). Con el fin de preservar, rescatar y proponer nuevos espacios para el peatón, Open Planning Project , Transportation Alternatives y Project For Public Spaces crearon NYCSR , una organización que pretende hacer aún más fuerte a este actor urbano. Un claro ejemplo de lo anterior es la exhibición Livable Streets en Urban Center Gallery finalizada el 29 de Marzo recién pasado.
En ésta, se reactivaron distintos lugares de la ciudad mediante fotomontajes donde la vereda (y la vida que ella implica) se tomaba el espacio alguna vez ganado por la calle.
Lo anterior, tenía como fin explicitar la importancia que está teniendo el peatón en la toma de decisiones en los distintos proyectos en Manhattan. El proyecto a mostrar es el East River Waterfront Study llevado a cabo por NYC Deparment of City Planning .
A grandes rasgos, lo que este estudio de planificación y diseño urbano propone, es implementar una serie de estrategias para reconectar las diversas comunidades de este sector. La comunidad (peatona en su mayor parte) participó en más de 70 reuniones donde definieron los caminos a seguir).
El área de estudio, se extiende desde Battery hacia la parte sur del East River Park, formando un nexo entre el distrito financiero, el South Street Seaport, Chinatown y el Lower East Side.
En mayo del 2005, la Corporación de Desarrollo del Bajo Manhattan recibe 150 millones de dólares para la implementación.
El East Waterfront Study contempla la construcción de un viaducto en altura que sigue la línea de la ribera. Lo interesante de esta propuesta es como se entienden las grandes piezas de infraestructura (como lo son las autopistas urbanas), como partes estructurantes del diseño urbano, generadoras de una nueva condición explotable que no existía antes en la ciudad. Es decir, generan espacios que si se incluyen desde un comienzo en el diseño, potencian la monumentalidad ingenieril de estas piezas.
Tomando ventaja acerca del “techo” natural que propone el viaducto, el plan contempla la colocación de pabellones que puedan dar acogida a diversos programas en el sector. En los vacíos que se producen entre los pabellones, se habilita infraestructura para el desarrollo de ferias, skateboarding, exhibiciones, etc.
El “abajo” del viaducto, es pensado con una cualidad material que sea capaz de mitigar los ruidos surgidos desde la autopista, además de una iluminación que no solo cumple con los cánones de seguridad, sino que genera carácter en el lugar.
Si antes la consecuencia de la implementación de este tipo de proyectos era espacios residuales en la ciudad, ahora son lugares que entran en diálogo y dan cuenta de la escala que posee este tipo de piezas. Donde antes, estas intervenciones restaban, ahora potencian. El punto es reconocer esta posibilidad.
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