La Tierra de la Perdición
Casinos cambiarn mucho ms que la apariencia de nuestras ciudades.
La Ley Marco de Casinos, vigente desde el 2005, significará distribuir a lo largo de Chile 24 casinos de juegos. Muchas comunas del país ven en ésta su única posibilidad de desarrollo. Medio Chile suplica por transformarse en Las Vegas criolla. Y no es broma…
Dicha Ley, impulsada en 1999 por la Subsecretaría de Desarrollo Regional, en vigencia desde mayo de 2005, permite la existencia de 24 casinos en el país, que incluyen los 7 existentes, con un mínimo garantizado de uno por región y un máximo de 3, separados por un mínimo de 70 Km. viales. Se exceptúa la Región Metropolitana, en la que no se autoriza su existencia, pretendiéndose incentivar el desarrollo regional.
De acuerdo al cuerpo legal, aproximadamente 18 meses después de su publicación deberían estar aprobadas las solicitudes para crear nuevos casinos de juego. Y luego, en un plazo de 2 años, deberían desarrollarse los proyectos aprobados.
Las cifras dadas a conocer por la Superintendencia de Casinos respecto de las inversiones que se avecinan en nuestro país a partir de la instalación de nuevos casinos de juego son suculentas. Se presentó un total de 48 proyectos al proceso de postulación de los 17 nuevos establecimientos de juego, que ,en conjunto, sumarían inversiones por US$ 1.339 millones. El total de empleos directos asociados a los proyectos ascendería a más de 17 mil plazas, cifra que no considera la generación de empleos indirectos.
El sueño del pibe
Y no es por eso que a los municipios se les cae la baba: en materia tributaria, se establece que los casinos deberán pagar un impuesto especial del 20% sobre los ingresos que genere el juego, de los cuales la mitad va al municipio en donde se ubique el casino, y la otra mitad a la Región respectiva, debiendo en ambos casos destinarse estos recursos a obras de desarrollo.
Además, junto a la instalación del casino, se deben contemplar obras e inversiones complementarias, como hoteles, salas de espectáculos, centros de convenciones, instalaciones culturales y deportivas, etc.
De ahí está claro que la postergada realidad urbana de regiones cambiará para siempre. En Chile, de entre los 17 proyectos, varias ciudades cambiarán por completo.
En la ciudadanía algunos expresan su temor por el estilo de vida que promueven los Casinos de Juegos. Hay quienes piensan que, en un país que necesita de varias décadas de esfuerzo austero y disciplinado para lograr el desarrollo, y que debe persistir, por lo tanto, en crear una cultura del ahorro, la señal no parece ser la más adecuada. Al respecto, las autoridades precisan que se cobrará un impuesto del 0,07de una UTM, por el ingreso a las salas de juego. Pero… como será de suculenta la torta, que la guerra de las concesionarias está que arde.
A empresarios de todo el mundo les brillan los ojos con este lejano y poto-mundista lugar, llamado Chile. ¿Será como el caso de las concesiones viales: el paraíso de los inversionistas europeos que pueden llegar y hacer a sus anchas sin las restricciones mínimas que se establecen en los países desarrollados? ¿”Chily, the land of freedom”?
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ver Video de propuesta norteamericana para Antofagasta
Pan, por favor
A pesar de lo que pueda discutirse a cualquier altura sobre lo que queremos para nuestras ciudades, se trata de una oportunidad dramática para muchas comunas pequeñas. En la VI región, por ejemplo, Mostazal compite contra tres proyectos en Rancagua, basándose en el atractivo de su cercanía con Santiago. El proyecto ofrecería más empleos directos (1.894) e indirectos (alrededor de 5.700) que cualquier otra iniciativa en la región, así como la mayor cantidad de máquinas de juego (1.500) a nivel nacional, en una comuna de 22.000 habitantes. Para hacerse una idea, el municipio llegó a ofrecer el 20% de sus ingresos por concepto de impuesto al juego a los demás municipios de la región. Lo anterior significa que Mostazal cederá más de 1.600 millones de pesos anuales a las 32 restantes comunas. Las comunas ven pasar desesperadamente una bandeja con el mejor festín que podrían probar en su vida.
Es inquietante pensar en un tipo de ciudad que no todos queremos, un negocio que se alimenta del vicio y un modelo de desarrollo a partir de un turismo que busca traer la máxima cantidad de gringos farreros a gastase la plata, versus pequeñas ciudades que no tienen ninguna capacidad de competencia frente a un Santiago que lo concentra absolutamente todo, que no deja ni las sobras. El problema económico: venderse o morirse de hambre… ¿peor es nada?En este país ultra-centralizado, que puja por serlo aún más, parecería justo que los marginados crecieran mamando de la teta del vicio del tumor metropolitano Santiaguino. De todas maneras… ¿se incentiva el desarrollo de las regiones, o se previenen problemas en Santiago?
Para informarse
Entre los factores que se considerarán para otorgar un permiso de operación se cuentan:
- la calidad de territorio turísticamente consolidado, o de claro potencial turístico, en virtud del Informe que emita SERNATUR y las características del proyecto integral que, junto con tener en cuenta la operación del casino, amplíe la infraestructura turística y cultural de la zona.
- Otros elementos a valorarse en relación al proyecto propuesto incluyen las cualidades de éste y su plan de operación, considerando factores específicos como: La ubicación, diseño y calidad de las instalaciones; la relación armónica con el entorno; la conexión con los servicios y vías públicas; los efectos económico-sociales que la instalación del Casino cree o promueva en la zona donde se localice; el monto de la inversión total del proyecto a ejecutar.
- También deberán considerarse los posibles problemas de seguridad y de orden público que pudieran generarse a raíz de la operación del casino, para lo cual se considerarán que el lugar y el entorno inmediato donde se emplace el casino no sean susceptibles de conductas delictuales, según informes del Ministerio del Interior
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