¿Cuánto cuesta -realmente- andar en auto?
Si en vez de comprar una automóvil de 6 millones por ejemplo, destináramos sólo ese dinero en transporte público, podríamos financiar 4 viajes diarios durante los 365 días de … ¡11 años!
Esto sólo con el dinero que gastamos en la compra, excluyendo totalmente bencina, permisos, revisión técnica, peajes y mantención.
Si le sumamos el monto mensual, informado por El Mercurio meses atrás, sobre cuánto cuesta mantener un automóvil en Santiago (sin considerar el alto precio que alcanzó la bencina este lunes) y que alcanza alrededor de $120.000, incluso podríamos viajar en taxi.
Está claro que, al menos para una sola persona, el automóvil no es negocio.
Las ventajas o desventajas de andar en auto
Muchos alegarán comodidad, la posibilidad de llegar rápido a cualquier lugar, seguridad y esas cosas. Pero, ¿hasta qué punto es cómodo enfrentarse a un taco detrás del volante? o ¿Soportar 2 o más horas al día esquivando “eventos”? Excluyendo de este análisis básico a hogares compuestos por 3 o más personas, en que ya el auto cobra sentido si se usa por todos, parece sensato que el auto no es la mejor opción.
El manejar excluye la opción de realizar cualquier otra actividad. No podemos trabajar, leer, ni siquiera descansar. En un mundo donde la productividad le pone precio al tiempo, el desperdiciarlo conduciendo un vehículo no parece ser lo suficientemente rentable. Es cosa de recordar cualquier imagen de su película o serie favorita en que el magnate trabaja mientras se desplaza por la ciudad, en su auto conducido por su chofer.
El auto: cada vez más un lujo
Por estos días en que el petróleo se empina por sobre los 69 dólares el barril (un barril=59 litros), en que la inestabilidad mundial del suministro se ve amenazada por la tensión en Irak y la aún posible invasión a Irán (el cuarto productor mundial) y que el costo de transitar por Santiago aumenta (no tanto como en regiones, por suerte) conviene reflexionar sobre el verdadero impacto a los bolsillos de tener un automóvil.
El petróleo seguirá su escalada de precios en el corto plazo debido a la tensión en Irán, por lo demás Irak aún no es estable como para normalizar su producción. Por ende seguirá subiendo de precio al menos este año. Por otra parte, el parque automotor aumentó el 2005 en un 6,3% respecto al año 2004, convirtiéndose en el mayor aumento de los últimos 5 años. La cifra actual de automóviles es de 2.444.571 vehículos, casi la mitad están en Santiago.
El costo estimado de transitar por Santiago aumentó un 39% desde el 2001, llegando aproximadamente a $120.000 mensuales en promedio, que incluye: seguro, bencina, mantención, revisión técnica y 2 tags diarios, entre otros.
Cifras y datos para nada alentadores.
¿Hay alternativas? o más bien ¿Cuánto realmente estamos gastando?
Una vez que uno de sube al auto es difícil dejarlo, es cierto. A eso hay que agregarle la pésima calidad actual del transporte público de superficie en Santiago, que desincentivan a cualquiera a dejar el auto en casa y ahorrarse bastantes pesos. Esto debería cambiar, en el mejor de los casos, con la llegada del Transantiago (ver cómo funcionará aquí) que promete un cambio revolucionario en cuanto transporte.
Eso según el gobierno.
Si lo analizamos desde el punto de vista económico, bastante básico por cierto, tendremos algo así:
Al comprar un auto a $6.000.000 por ejemplo, y reteniéndolo por al menos 5 años (esperando venderlo al menos por la mitad de su valor) tendremos un gasto de $3.000.000 más los $120.000 de gasto mensual por los 5 años, lo que nos da una suma de $7.200.000. Si le agregamos el costo del vehículo, alcanza la para nada despreciable suma de $10.200.000.
Por el contrario, si desglosamos esta suma en el mismo período de tiempo dispondríamos de $170.000 pesos mensuales que podríamos destinar solamente al ítem transporte de nuestra economía personal, colaborando de paso con la descontaminación de la ciudad y la descongestion (ver este excelente artículo que desmiente el hecho de que las micros contaminan más que los autos).
Con los $170.000 podríamos realizar en un mes 485 viajes en micro o 16 en un sólo día!
Está claro que no siempre el recorrido de la micro o el metro nos lleva a nuestro destino, pero sería bastante posible y mucho más eficiente tener un sistema personal de transporte mixto: usar el metro y micros para aquellos recorridos usuales y dejar medios alternaticos que conllevan las ventajas del auto como los taxis, para aquellos que escapan del los recorridos establecidos o más específicos.
Esto, al menos en el papel (o en un blog), parece bastante más sensato que seguir construyendo autopistas, cobrar por entrar al centro de la ciudad o seguir destinando fondos a precios para estabilizar el precio de los combustibles que, dicho sea de paso, podrían acabarse en los próximos 40 años.
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