La gran Emergencia: un toque de realidad…
De acuerdo a Carl Jung, uno de los padres de la sicología moderna, el hombre no es capaz de enfrentar altas dosis de realidad. Considerando esta visión, concordante con el actual sonambulismo en el que vivimos, el periodista estadounidense James Kunstler escribió el año pasado el libro “The Long Emergency” (algo asi como “La gran Emergencia”), refiriéndose a los tiempos que vendrán, especialmente enfocado en el tema de la crisis del petróleo y la relación de ésta y la vida “moderna” que llevamos, o sea, un toque de realidad.
James Kunstler, formado como periodista en la universidad estatal de Nueva York , basado en la teoría de la curva de Hubbert y en los hechos que en la última década han afectado nuestras economías (y que confirman la teoría de Hubbert), escribió en el 2005 el libro titulado “The Long Emergency” (adaptado y publicado por revista Rolling Stone), como un llamado de atención frente al inminente cambio que nos veremos obligados a enfrentar en el minuto que se alcance el peak de producción de petróleo, pronosticado para algún momento cercano al año 2010, aunque algunos postulan que este punto ya se alcanzó, considerando que no han habido aumentos en la producción de crudo.
Estos cambios serán en extremo violentos, ya que, nuestra mentalidad tiene como paradigma la existencia de energía barata de consumo ilimitado, por lo que reconvertir el patrón energético de nuestra civilización en función de esos límites habla de cambiar la sociedad, la economía y la organización política, pues todas dependen de ese patrón. Por otra parte, está el hecho de que todas nuestras tecnologías e industrias están relacionadas, en algún punto, con productos o subproductos del petróleo, y que especialmente dependen de la producción de energía barata. Así, el petróleo produce el 80% de la energía de nuestra civilización, y si no es componente directo de los productos, la energía barata que proporcionan facilita su producción.
Sobre esta teoría hay diversas opiniones, por una parte está la optimista y tal vez un poco ingenua visión, donde se piensa que el mercado y las necesidades actuales harán que se logren desarrollar no sólo nuevas fuentes de energía, sino que sistemas de producción de acuerdo a ellos, mientras que en el otro extremo, se predicen escenarios fatales, donde es imposible satisfacer las necesidades de la sociedad.
¿Cómo enfrentar estos cambios?
Cierto es que estamos frente a un destino ineludible, pero parece que se me aplica la teoría de Jung, y creo que es posible salir de esta crisis venidera, aunque no mientras neguemos su existencia y continuemos con este pensamiento de “recursos ilimitados” esperando una solución milagrosa. Un punto importante a tener en mente es el del control demográfico y el crecimiento extensivo de nuestras ciudades, ya que son factores que determinan el nivel de consumo de combustibles y su ineficiencia, sin entrar en temas como la contaminación, congestión, etc.
Casos como el de Santiago o más extremo aún, el de Ciudad de México, por citar algunos, ciertamente dejarán de ser sistemas viables de vida. La escala nos superará y los medios no serán suficientes como para desperdiciarlos.
La curva de Hubbert (Hubbert´s peak theory): plantea que, partiendo de cero, la producción del petróleo alcanzaría en un tiempo x, el punto máximo de producción y después de este tiempo, la producción empezará a declinar paulatina e inevitablemente, no por que se haya acabado el petróleo, sino que por que se hace cada vez más dificil y menos rentable su extracción, a medida que se intensifica la explotación del yacimiento en cuestión. En Estados Unidos se alcanzó en el año 1971 con 11 millones de barriles al día, (actualmente se producen 5 y se consumen cerca de 20 ) y cuando Hubbert escribió su teoría, predijo este tiempo x entre el año 1965 y 1970.