CVC: una ciudad a lo largo de la 5 Sur, compitiendo con Santiago
La Universidad de Talca, en conjunto con Winy Maas, de la oficina holandesa MVRDV, han desarrollado el proyecto Ciudad Valle Central, ya mencionado en el post sobre Supersudacas: Acción Urbana + Ciudad Red.
Los resultados del trabajo realizado en la Escuela de Arquitectura de dicha universidad, ya han sido expuestos en el Museo Nacional de Bellas Artes. La temática ha sido abordada por los talleres, donde se siguen desarrollando proyectos en el contexto de una ciudad lineal de Rancagua a Chillán, pensada para 1.800.000 habitantes, capaz de potenciar el territorio comprendido en el Valle Central, y capaz de competir con Santiago.
Hace dos o tres años, una periodista me consultó por Ciudad Valle Central y al explicarle en qué consistía me dijo que, si era así, se trataba sólo de una idea.
Bueno, Ciudad Valle Central es una idea de futuro para pueblos y ciudades del valle Central de Chile que considera a la renovada carretera 5-Sur y al ferrocarril Santiago-Chillán-250 minutos, como los detonantes potenciales de una nueva estructura urbana de escala territorial, caracterizada por la complementariedad de funciones entre las ciudades y pueblos que se ubican en el valle, desde Rancagua hasta Chillán.
Se constituye así a la movilidad como base del sistema y se entiende que la movilidad se define a partir de atractores y facilitadores. Los atractores son aquellos elementos programáticos, urbanos o paisajísticos que nos hacen desplazarnos de un lugar a otro porque, precisamente, nos atraen y los facilitadores son aquellos elementos de infraestructura que permiten nuestro desplazamiento. Así puedo tener una razón y un medio para ir de San Carlos a San Fernando, de Pelluhue a Pencahue.
Si el país no contara con la carretera y el ferrocarril esta propuesta sería un disparate pero lo que es un disparate es que esa infraestructura que ya existe se ocupe para ir de San Carlos a Santiago, de San Fernando a Santiago, de Pelluhue a Santiago, de Chimbarongo a Santiago.
Y es así porque Santiago es el gran atractor nacional y lo que se pretende es que cada ciudad del Valle sea un atractor en si mismo. Un ejemplo de esto es el caso de Rancagua que con su medialuna, se ha connotado como la ciudad del Champion lo que año a año le significa el ingreso de importantes recursos.
Ahí entonces, debieran estar las ciudades de la cultura, de la diversión, de la salud. No porque sí, sino para mejorar la calidad de vida de las personas que ahí habitan y para incorporar a la economía de la región los dineros que hoy se vienen a Santiago.
De eso trata el libro Ciudad Valle Central, de apenas de una idea.
Aquél comentario de la periodista no me quita el sueño. Creo que el rol de los arquitectos que trabajamos en la universidad tiene que ver con el estudio y la reflexión para desde ahí dar lugar a ideas que conlleven la condición de lo nuevo.
Creo que eso es lo que la sociedad espera de las universidades públicas de nuestro país y que son otros los agentes: periodistas, políticos, autoridades y empresarios, los encargados de llevar adelante esas ideas.
Y aquí estamos, en el Museo Nacional de Bellas Artes con una idea, concebida e impulsada en la provincia, fértil y polvorienta.
Agradezco a Milan Ivelic, director del Museo Nacional de Bellas Artes, el poder estar aquí, en un edificio que por magnífico da lugar a una reflexión que considero del mayor interés.
Este edificio es una de las obras que formaban parte de la celebración del primer centenario de nuestra independencia junto con la Estación Central, el Mercado Central y los Tribunales de Justicia.
Contrasta la visión de Chile que se tenía en ese entonces con la visión que se tiene hoy, cien años después.
Aquella concebía un país determinado por edificios emblemáticos todos emplazados en Santiago, la capital. La visión actual quiere alcanzar a todo el país con intervenciones urbanas, también emblemáticas, en nuestras principales ciudades que al igual que entonces, contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas y alentar la construcción de una nación.”
Juan Roman
Discurso de inauguración Exposición Ciudad Valle Central.
Museo Nacional de Bellas Artes.
19.12.2003.
Nuestro país ha parido, en los últimos años, un extenso trazado de infraestructura vial, principalmente a través de las autopistas de Lagos. Este Chile neo-liberal, postdictadura y concertacionista las ha incorporado ya no solo en su estructura de funcionamiento sino hasta en una escala territorial y de paisaje. Chile largo y angosto ofrece con estas cicatrices blancas una posibilidad cierta de desarrollo para sus regiones actualmente drenadas hacia la capital. Si miramos autopistas y redes ferroviarias bajo la perspectiva que plantea Juan Roman, director de la Escuela de Arquitectura de la UTAL, claramente se encontrarían sub-utilizadas frente al potencial de desarrollar una ciudad sobre ellas, a modo de la ciudad lineal de Arturo Soria o el urbanismo de redes de Gabriel Dupuy.
Ante nuestras narices desfila la posibilidad de enfrentar el problema de la asimetría demográfica y económica dada por la centralidad absoluta de Santiago, por una parte, y la realidad política de la ciudad latinoamericana, que tal como sentencia Supersudacas, “se caracteriza por ser un conglomerado sin límites y bordes precisos. Dentro de una misma ciudad se pueden encontrar millones de ofertas, sectores, y complejas relaciones inmobiliarias que dificultan, el intercambio comercial y de producción con ciudades vecinas. Dichos centros urbanos centralizan el poder económico y político y tienden a concertar la mayoría de actividades industriales, académicas y culturales. “
En ese sentido, iniciativas como esta pueden incluso extrapolarse a una realidad territorial continental: la Iniciativa de Integración Regional Suramericana (IIRSA) creada en el año 2000 después de la reunión de todos los presidentes de Sur América en Brasilia, busca la integración de la región a partir de la infraestructura de carreteras, vías férreas y fluvial, telecomunicaciones, energía y centros productivos. Una iniciativa de integración que presenta un precedente de marcada importancia en la voluntad política y financiación de proyectos de integración, y fundamental para el debate en tanto que propositivo crítico y pertinente a la realidad y futuro de Sur América.
Es hora de aprovechar la infraestructura a parte del “circular”. En Santiago las autopistas facilitadoras del movimiento, han generado daños en el territorio por el que pasan. Esta es una oportunidad para revertir estas desventajas y fundar sobre ellas algo positivo.
Links
Pingback: Las Universidades y la Ciudad [2.0] » Plataforma Urbana()