Sewell, Patrimonio de la Humanidad
Sewell es el primer asentamiento minero-industrial de cobre en Chile. Sus orígenes se remontan a 1905, cuando en gobierno de Chile autorizó al norteamericano William Branden a explotar la mina de cobre El Teniente. Branden construyó caminos, una planta concentradora, campamentos y un tren que unían a este lugar con Rancagua. El campamento Sewell creció y en su época de máximo desarrollo, 1968, albergaba a 15.000 personas en 175.000 metros cuadrados construidos.
El viernes 14 de julio el campamento fue declarado Patrimonio de la humanidad por la UNESCO, sumándose así a otros sitios patrimoniales chilenos que alcanzan esta categoría; Isla de Pascua ( 1995), algunas iglesias de Chiloé (2000), Valparaíso (2003) y las oficinas salitreras de Humberstone y Santa Laura (2005).
Sewell fue declarado así por su valor patrimonial en el plano minero-industrial, su particular arquitectura y los aspectos culturales intangibles relacionados con la creación de una subcultura de mezcla entre chilenos y norteamericanos.
La implantación de Sewell en el territorio es de lo mas particular, básicamente, la ciudad fue planificada según un esquema capitalista de raíz protestante el cual ordena jerárquicamente según rango; los norteamericanos, los empleados y los obreros. El asentamiento no cuenta con calles, su ordenamiento urbano está determinado por las condiciones topográficas (la ladera del cerro Negro) y el imperativo productivo, y el resultado es la gran Escalera Central que conecta la estación de trenes con la industria y que se consolida como el espacio público principal del campamento. Además contaba con importante equipamiento; hospital, uno de lo mas modernos de Latinoamérica en su época, club social, escuelas, teatro, iglesia y hasta bowling.
Sewell estaba normado por una serie de reglas puritanas, muy del país del norte, referidas tanto al trabajo como a la vida privada; había ley seca, se combatían las parejeas “de hecho” y se exigía el matrimonio formal, se hacía hincapié en la vida en comunidad, se proveía de una notable educación y buenos servicios, por lo cual la calidad de vida era bastante destacable.
En 1960, la empresa comenzó a estudiar la posibilidad de trasladar la población de Sewell a Rancagua por los altos costos que implicaba la mantención del campamento. Esto se materializó entre el 68 y el 80. A partir de 1970, comenzaron las demoliciones en el campamento, hasta que a alguien se le ocurrió que en realidad capaz que fuera mejor idea mantenerlo en pie, a ver que pasaba.
Y pasó que ahora es patrimonio de la humanidad.
Primero en 1998 el campamento Sewell fue declarado Monumento Nacional y fue incorporado por el Consejo de Monumentos Nacionales en la Lista Tentativa de bienes culturales de Chile a ser postulados como Sitio del Patrimonio Mundial ante la UNESCO, la cual lo reconoció como tal por considerarla “un ejemplo excepcional de las ciudades ´implantadas´ por empresas industriales a principios del siglo XX en el mundo”.
Estos procesos permiten el mantenimiento de uno de los lugares mas impresionantes de Chile, que representa como un asentamiento productivo puede formalizar modos de vida ricos en identidad y de como el lucro puede perfectamente ir de la mano con el patrimonio.
*Fotos: Rosario González U. 2001
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