Medidas para combatir prostitución en el residencial barrio El Golf
El Martes pasado, el alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, sorprendió a los lectores del Mercurio con las declaraciones que hizo con respecto a las medidas a tomar para lograr controlar el tema de la prostitución y la precencia de travestis en el barrio El Golf.
Con el fin de impedir el fujo de “clientes” en el sector, De la Maza propuso como solución restringir el acceso de cualquier vehículo entre las 00:00 y 06:00 horas, excepto para residentes, en el perímetro delimitado por las calles Apoquindo, Gertrudis Echeñique, Renato Sánchcez, Callao, San Crescente y El Bosque Sur, iniciativa que será sometida a plebiscito entre los residentes inscritos en los registros electorales. Si la medida fuera aprobada, éstos contarían con un permiso especial para poder circular en el horario establecido.
Para analizar la situación con conocimiento de causa, Plataforma fue a ver cuales eran las condiciones que verdaderamente se dan en el sector. Alrededor de las 01:00 de la mañana, en la calle Napoleón tres grupos de travestis esperaban en las esquinas, mientras una patrulla de carabineros y 3 autos de seguridad de la municipalidad circulaban, y en ocaciones se detenían, haciendo algún acto de prescencia. Fue esta coexistencia, la que más me sorprendió, ya que pone en evidencia las razones para pensar en medidas como esta, que a primera vista parecen desesperadas, ya que al no estar la prostitución en sí misma tipificada como delito en el código penal, poco es lo que carabineros puede hacer, pese a estar ahí.
Pensando en los efectos de una medida de segregación tan fuerte, el primero y más evidente es encontrarse con un área completamente vacía durante las horas del cierre, que poco colabora a la sensación de seguridad de los vecinos y transeúntes del sector, donde si bien el principal objetivo es puntual, eliminar la prostitución, la seguridad es lo que en el fondo se pone en cuestión. Por otra parte, aparece el tema de la libertad y derechos del resto de los ciudadanos, que si bien ante una situación como la existente, quedan en un segundo nivel de importancia, no pueden ser excluidos de un área de ciudad que al final pertenece a todos.
Con esto, creo que necesitamos, por una parte pensar que el delito existe y que si no está exactamente ahí, se moverá a otro lado, probabalemente no lejos de ahí, por lo que la medida pierde absolutamente toda du efectividad, y luego, pensar en revisar la ley y las facultades con las que cuentan tanto policías como patrullas de seguridad comunal para hacer frente al problema, que creo más les compete a ellos que a nadie más.
Por nuestra parte, tal vez considerar el hecho de que la falta de un mix de usos contribuye un poco a este tipo de situaciones, ya que pasada cierta hora no existe flujo peatonal, que aporta parte importante de la sensación de seguiridad en los barrios, y pensar en el futuro del resto del barrio El Golf, donde la densificación que se está llevando a cabo está pasando por alto este tipo de situaciones, al no incorporar otros usos al de oficinas en los primeros pisos.
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