Barrio v/s Desarrollo Inmobiliario. Round 2: Vitacura

Otra vez la presión inmobiliaria vuelve a atacar los interesentes del barrio. En esta ocasión la pelea se da en el sector oriente de la capital, en una tranquila zona residencial de la comuna de Vitacura.

Sin embargo, ahora se añade un nuevo ingrediente más a la discusión: los vecinos están divididos. Mientras unos se oponen radicalmente a este cambio en el Plan Regulador a través del movimiento “Salvemos Vitacura”, otros están felices de recibir a los inmobiliarios (felices los que van a vender sus propiedades, obviamente…)

Todo comenzó cuando algunos propietarios de viviendas unifamiliares ubicados en Monseñor Escrivá de Balaguer (la avenida que enfrenta el borde sur del Mapocho) entre el Club de Polo y la Rotonda Carol Urzúa, solicitaron a la Municipalidad un cambio en las condiciones de edificación para su sector. De esta manera, a fines de julio pasado, el Consejo del municipio decidió iniciar los trámites para modificar el Plan Regulador Comunal vigente. La nueva propuesta para esta zona permitiría construir edificios de vivienda de hasta 10 pisos de altura (en caso de que fuesen conjuntos armónicos), equivalentes a más de 28 metros de altura.

Sabemos ya de sobra que muchas veces un cambio en la normativa es como ganarse la lotería: de un día para otro tu terreno se puede valorizar a un punto que jamás imaginaste. Y es justamente lo que pasa acá. Plusvalía para algunos (no más de 100 vecinos), pero a costa de ésta, minusvalía para el resto. Las propiedades de aquellos que viven al sur de esta franja se desvalorizarían ya que en vez de mirar al parque del Mapocho tendrían como única vista un gran muro de casi 30 metros de altura y, sobretodo, se perdería el carácter de tranquilo barrio residencial y de baja densidad que lo ha caracterizado hace años.

De realizarse el cambio normativo, el negocio inmobiliario capitalizaría alrededor de 230 millones de dólares, lo que lo transformaría en el proyecto inmobiliario de carácter residencial más grande de la historia del país.

Los vecinos perjudicados ya se organizaron a través del movimiento “Salvemos Vitacura”. En una de sus principales declaraciones afirman:

Nos cuesta entender que una iniciativa que es una aberración urbanística que cuenta con el amplio rechazo escrito de la comunidad afectada, se haya acogido por el Alcalde y el Consejo municipal, arrasando con los derechos de la mayoría para beneficiar a unos pocos, en base a argumentos técnicos que ha simple vista, sin mayor análisis, atentan contra el sentido común y la calidad de vida.

Asimismo han hecho comunicados de prensa y están promoviendo un plebiscito para que se participe democráticamente en la aprobación de los cambios al Plan Regulador Comunal. Para ello necesitan recolectar 5.300 firmas, equivalentes al 10% de los vecinos inscritos en el Registro Electoral de Vitacura.

Este hecho demuestra una vez más que los vecinos realmente se están moviendo por resguardar el hábitat que quieren. Es cosa de ver los movimientos ciudadanos que han aparecido en los últimos meses, como en Ñuñoa, Providencia y San Miguel. Ya no basta con delegar todo en manos del Alcalde o los Concejales. Los vecinos exigen mayor participación!

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