Transantiago Now!!!
Por David Assael
Un dia de furia en Santiago de Chile…
Aunque el sábado comenzó oficialmente el nuevo sistema de transporte de Santiago, recien hoy lunes es cuando se pone a prueba de forma más real ya que parte importante de los usuarios va a sus trabajos y hay una mayor demanda de buses…
Y qué pasó? Lo que la mayoría pronosticaba… una gran confusión inicial, largas horas de espera y menos frecuencia de buses de la esperada fueron la tónica de esta mañana.
El gobierno anda con los pelos de punta, ministros interrumpen sus vacaciones para comunicar al país que todo va a estar bien, que pronto vuelve la normalidad… los canales de televisión sobrevuelan la ciudad mostrando los atochamientos en los lugares más obvios, como Escuela Militar, o la Plaza Italia. La Presidenta desde su lugar de vacaciones le sigue el pulso a los acontecimientos. Expertos hablan en la televisión del futuro del plan y de las implicancias de este. Casi todos los medios de prensa en internet tienen un minuto a minuto de lo que está ocurriendo…
El metro a absorbido satisfactoriamente el 80% de la demanda adicional que ha tenido hasta el momento… se estima que faltan unos 500 buses los que se agregarán a partir de marzo, mucha gente ha esperado 2 horas o más por falta de capacidad de los buses, y muchos simplemente han partido a pie para no retrasarse más.
Pero que es todo esto… a mi parecer, es como un gran ensayo general del verdadero lanzamiento y puesta a prueba del Transantiago, cual será a principios de Marzo, cuando los escolares vuelvan a clases y la ciudad empiece a funcionar con su rutina habitual.
Pero en realidad, es mucho más que todo eso… es una etapa absolutamente necesaria para un proyecto a gran escala y de largo plazo en el que sus beneficios no se verán de forma inmediata, si no en un mediano plazo. Es un paso más, y absolutamente necesario para mejorar la calidad de vida en Santiago y para entrar en una etapa de acuerdo a nuestro desarrollo social y económico, una señal más que estamos construyendo el país que soñamos. Primero fueron las autopistas, y en general grandes infraestructuras concesionadas… ahora es el transporte público, luego los barrios, y esperemos que así continuen estas intervenciones absolutamente necesarias para mejorar las oportunidades al interior de nuestras ciudades.
Sin duda con el Transantiago van a haber problemas y muchos, en un largo proceso de cambio y adaptación, pero no puede ser de otra manera. La mayoría de las grandes inversiones que reportan grandes beneficios traen consigo grandes riesgos y costos. Esta vez estamos hablando de un proyecto a escala metropolitana con beneficios a la misma escala, entonces claramente que los problemas no serán menores. Todos tendremos que asumir los costos, desde los usuarios que cruzan la ciudad en buses no tan comodos como esperaban, los empleadores que verán como llega su gente con retraso y los automovilistas que tendrán más congestión que la habitual, al menos en un inicio. Pero si en realidad queremos vivir en una mejor ciudad, tendremos que acostumbrarnos a hacer esfuerzos porque así sea.
El Transantiago, a mi parecer, es un proyecto emblemático que servirá para muchas cosas además de mejorar la calidad del transporte en la ciudad, también servirá para darnos cuenta que tan preparados estamos los ciudadanos para sacrificarnos por mejorar las condiciones de vida de nuestro entorno cotidiano y en general nos servirá para darnos cuenta que uniendo los esfuerzos de los habitantes de la ciudad, podemos aspirar a grandes logros, como ya se ha hecho en otras ciudades como Bilbao, Bogotá, Curitiba, o tantas otras que han puesto su eje de desarrollo en los proyectos que apuntan a mejorar su caliudad urbana.
Los dejo invitados a discutir sobre el Transantiago en sus dos escalas: la del día a día, la de la micro que no paró, o que se equivocó de recorrido… del paradero mal ubicado o de la exagerada cantidad de transbordos que hay que hacer para un recorrido que antes se hacía en una sola micro. Pero tambien creo necesario establecer una conversación a otra escala, la del largo plazo, donde todos estos costos se hacen en pos de una mejora global que nos da la oportunidad para plantearnos futuros desafíos más ambiciosos: hacer una ciudad mejor no es solo tarea del gobierno y sus autoridades, si no de todos y cada uno de los ciudadanos que la habitamos.
Creditos Imagen: Mattíaz Trujillo.