Prensa y Transantiago: ¿Y qué pasa en regiones?
Cuando el 10 de febrero partió el Transantiago todo chile estaba expectante. Cuando el lunes siguiente las cosas no anduvieron tan bien, los periodistas se frotaban las manos encontrando tema para sus reportajes; y es que lo cierto es que nos enfrentamos a una de las reformas más radicales y profundas que se ha hecho en los últimos años a un sistema público –en este caso de transporte. Uno podría decir que todos tenían sus expectativas en Transantiago: el plan maestro del gobierno, la posibilidad imperdible para criticar de la oposición, el pretexto perfecto para una crónica periodística sensacionalista, el objeto de análisis de sociólogos, urbanistas, ingenieros, economistas, arquitectos, políticos….
No podemos negar que Transantiago es todo eso y mucho más. Y a poco más de un mes de la implementación del plan todo esto nos parece más cierto que nunca; pero a poco más de un mes del 10 de febrero comienza a aparecer también el cansancio y descontento de los dos tercios de chilenos que no viven en nuestro agitado, por estos días más que nunca, Santiago.
Sin negar lo transcendente de todo lo ocurrido las últimas semanas [que en la práctica no es ni más ni menos que una sumatoria de sucesos que ha determinado una nueva manera de relacionarse con su ciudad a más de 6 millones de personas], pareciera que tras años de intentar llevar la bandera de la descentralización como estandarte fundamental del desarrollo país, la idea de que Santiago ES Chile está hoy más presente que nunca.
En este aspecto, como en tantos otros, la llave que ha decidido hacia dónde se mueve todo esto, ha estado en manos de la prensa, en todos sus formatos. Si bien existe un buen número de Diarios Regionales en el país, no debemos olvidar que tanto los canales de televisión como la prensa escrita con que nos informamos en Santiago tienen un carácter Nacional, con la consiguiente idea de nación que esto implica.
Si bien nadie espera que Transantiago deje de ser tema (dado tanto su importancia real como su impacto mediático), el asunto da para pensar. ¿Hasta que punto se ha encontrado en Transantiago el chivo expiatorio del quehacer periodístico y político Nacional, con al consiguiente centralización exclusiva en Santiago de los ojos de la opinión pública? ¿Sabía usted que existen otros Trans que se desarrollan en nuestro país de manera paralela, en escalas de ciudades menores, pero que afectan a un número significativo de población? Con respecto a esto último, el punto es que ya que llevamos tantas semanas con los ojos puestos en el asunto, sin duda habrá lecciones que sacar de lo vivido para estas otras experiencias de escala Regional.
Para el gran porcentaje de chilenos que, viviendo en regiones, ven cómo se concentra la energía y la atención en este aspecto y punto del país, mirando como espectadores marginales el transcurrir de los agitados días en la capital, no queda más que esperar que esta efervescencia pase; de no ser así, tendrán que conformarse con un noticiario más bien desequilibrado hacia la zona metropolitana, inventar nuevos temas de sobremesa y conversaciones de pasillo; porque por estos lados, el tema tiene para rato.