Transantiago 2.0: ¿Quieres un mejor Transporte Público?, Nosotros también!
Se inicia el segundo año (real) de Transantiago con una nueva cara. Mientras muchos especulaban con un cambio de nombre, lo que en la práctica ocurrió fue un lavado de imagen. Tanto la publicidad de Transantiago en televisión, como su sitio web cambiaron para comunicar este “Nuevo Transantiago”, como le ha gustado llamarlo al gobierno.
Las medidas tomadas por el Ministro Cortázar son, a juicio unánime de los expertos, las adecuadas para lograr estabilizar un sistema que parecía destinado al fracaso. Más aún cuando fue ratificado dos veces1 por la Presidenta Bachelet en su cargo, logrando una aprobación no sólo técnica, sino también desde el mundo político.
Si bien es muy cierto que “el sistema era tan malo que cualquier cosa que se hiciera lo mejoraría”2 no cabe duda que los ajustes son el camino adecuado no sólo para enfrentar los desafíos de hoy, sino para hacerse cargo adecuadamente de los problemas del futuro.
Estos cambios, si bien son adecuados para enfrentar el problema actual de Transantiago, traen como riesgo para el sistema su “amarillarización”3 , esto es, la vuelta a parte de los vicios del antiguo sistema como son el exceso de buses en las calles y la multiplicidad de recorridos en las vías. Atochamientos en los paraderos serán cada vez más frecuentes, agravados ahora por la envergadura de los buses articulados.
Una particularidad notable que arroja la nueva campaña de Transantiago es la relevancia que adquiere ahora el concepto de velocidad de desplazamiento. Como lo mencionábamos en un post anterior, tanto los estudios como la publicidad de Transantiago había omitido la rapidez del sistema como parte de los objetivos del plan, centrándose sólo en hacerlo eficiente para los operadores.
Este “escuchar a la gente” obedece no sólo al ánimo de mejorar el sistema con sugerencias propias de los usuarios, sino revertir en algo la persistente aprobación negativa que tiene el Plan de Transporte pese a que hay avances claros en materia de tiempos de espera y velocidad de desplazamiento.
Con todo esto el futuro de Transantiago se ve más auspicioso que a mediados del año pasado. Es de esperar que el camino a tomar en este segundo año se siga centrando en mejorar el sistema y lograr el ansiado sistema de control de flota que aún no llega, herramienta vital para empezar a pensar en el futuro del sistema y lograr tener un control efectivo sobre las flotas de buses, mejorando esta vez la dispar frecuencia que tienen la mayoría de los recorridos.
Esta nueva etapa de TS tiene muchas oportunidades interesantes. Ya resuelto el funcionamiento del sistema macro, los esfuerzos podrán concentrarse ahora en lograr aquello que alguna vez se prometió y pasó a segundo plano con la catástrofe inicial.
Mejorar la interacción con los usuarios a través de los paneles informativos, establecer horarios para aquellos recorridos sin tanta demanda, informar mejor sobre los cambios de recorridos, ubicación de paraderos y próximas paradas, e incluso tomar recorridos como laboratorio para probar nuevas tecnologías o sistemas de gestión4 son sólo el comienzo de las muchas oportunidades que surgen en este momento.
Ahora, integrar la ciudad y sus dinámicas urbanas con el nuevo sistema es algo que a estas alturas resulta casi imposible. Al respecto un interesante artículo en Transporte, ciudad y calidad de vida.
- La primera cuando le fue rechazada su renuncia a fines de diciembre y la segunda al ser mantenido en su cargo durante el ajuste ministerial para el “segundo tiempo” del gobierno [↩]
- Fernando Villegas en entrevista al Ministro Cortázar, Tolerancia Cero, Chilevisión [↩]
- Por amarillarización pretendemos aludir a una negación del sistema estructurante de Transantiago: Troncal-Alimentador, privilegiando recorridos extensos que comuniquen directamente dos partes muy distantes de la ciudad. Esto por que traiciona de alguna manera el espíritu original del plan que era optimizar el uso del material rodante a través de evitar la duplicidad de recorridos en una misma vía. Con esto no queremos hacer un juicio de valor de un sistema por sobre otro, ya que la práctica ha demostrado que ambos tienen sus ventajas y desventajas. [↩]
- A la luz del fracaso de implementar de una sola vez un cambio en toda la ciudad, resulta deseable que próximos cambios en la tecnología o funcionamiento del sistema de transporte sean primero testeados en la ciudad, incorporándose previamente en algunos recorridos para luego, de cumplir las expectativas, ser extendidos paulatinamente al resto de la ciudad. [↩]
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