Inflación y combustibles: distorsión nacional

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Foto vía Flick por Patagon

Mientras que el país se podría ver nuevamente dividido en dos debido al paro de camioneros que entre otras cosas generó la suspensión de los viajes al sur desde la capital y amenaza con el desabastecimiento para el país, el precio de los combustibles parece no detenerse en su escalada e inevitablemente parece ser el denominador común de problemas como el mal funcionamiento de Transantiago, la inflación, el bajo crecimiento, aumento del precio de la electricidad y el paro de camioneros.

Mal que mal los productos, servicios y personas requieren día a día de transporte, y el precio del diésel, bencina o gas impactan fuertemente en el valor de todos ellos.

Distorsión de la inflación

El ineludible subsidio a Transantiago -el que por cierto también afecta al metro- durante todo su funcionamiento ha dado como resultado una paradójica baja en la inflación para el rubro de Transporte.

Es más, de considerarse el alza en el precio del combustible -según lo cual el valor del pasaje rondaría los $460- la inflación podría haberse disparado del 8.3% (mes de Abril) a un 9,6%. Si se considerarann los subsidios a la bencina, la cifra podría haber superado los dos dígitos empinándose por sobre el 10%.

Un punto relevante y poco mencionado es que la inflación al ser sólo medida en Santiago no señala el alza promedio de 13.4% que afectó a las regiones el último año en el ítem transporte:1.

“La mayor parte de los precios del IPC se toma en establecimientos comerciales del Gran Santiago (almacenes, supermercados, tiendas, servicentros, u otros establecimientos); algunos de los precios de servicios considerados para el IPC son nformados directamente por los proveedores, como en los casos de las tarifas de servicios profesionales, de electricidad, teléfonos u otros servicios. Los precios de arriendos de viviendas, se captan de una encuesta especial a viviendas que se realiza todos los meses en el Gran Santiago.”
Fuente: Aspectos Metodológicos IPC, Documento INE

Consecuencias directas de esto es una baja en la competitividad de las regiones.

Si tomamos como ejemplo un sueldo en regiones reajustado según el IPC en Viña del Mar por ejemplo, no estaría considerada el alza en el transporte2 , por lo que no compensaría el alza en el costo de vida, como si lo haría uno en Santiago.

Esta situación se repite y hace crisis en Punta Arenas, donde pese a disfrutar de beneficios legales, el incremento de precios se hace notar igual con un alza programada de un 25% en los pasajes de la locomoción colectiva.

La efectividad del fondo de estabilización del petróleo, con énfasis hoy en las gasolinas, queda en entredicho, ya que no sirve de nada subvencionar las gasolinas si con ello se está descuidando al sector productivo. Razón tenían los que advertían que las gasolinas no era lo que había que subsidiar (hoy por hoy hasta la parafina alcanza valores más altos que la bencina de 93 octanos).

Una vez más, los más golpeados con estas alzas son los que por no tener automóvil deben lidiar con el alza en el transporte y con el de los bienes de primera necesidad, por no decir que el combustible más barato usado para la calefacción alcanza valores nunca vistos.

Medidas como la inyección de más dinero a estos fondos sólo funcionan como un préstamo, ya que las continuas alzas permiten que el impuesto específico (originalmente destinado a reconstruir infraestructura después del terremoto de 1985) retorne los fondos inyectados a las arcas fiscales.

Cuesta recordar, pero hace 6 años un litro de bencina costaba $365 y sólo ahora se aprueba una rebaja “transitoria” en el impuesto específico a las gasolinas Una rebaja “transitoria” para un impuesto igualmente “transitorio”.

  1. Alejandro Fernández, economista y socio de Gemines en El Mercurio, 01 Junio 2008.- []
  2. Merval es hoy entre un 20 a 25% más barato que Metro de Santiago []